El momento del día en el que tomar paracetamol para que haga efecto más rápido

La administración de medicamentos por vía oral es una práctica común; sin embargo, no siempre se presta la debida atención a las indicaciones del prospecto, un documento que acompaña a todo medicamento y contiene información importante

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La correcta administración de medicamentos es crucial para asegurar su eficacia y evitar posibles efectos adversos. Uno de los aspectos a considerar es el momento del día en que se ingiere un medicamento, dado que puede ser determinante, especialmente en el caso del paracetamol, uno de los fármacos más consumidos a nivel global para aliviar el dolor y reducir la fiebre. De acuerdo con un informe elaborado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), existen recomendaciones específicas sobre cuándo tomar este medicamento para que su absorción sea más rápida y, por ende, su efecto sea inmediato.

La administración de medicamentos por vía oral es una práctica común; sin embargo, no siempre se presta la debida atención a las indicaciones del prospecto. Este documento acompaña a todo medicamento y contiene información importante sobre la dosis, efectos secundarios y, en especial, recoge recomendaciones sobre cómo y cuándo consumir el medicamento para obtener la mejor respuesta terapéutica.

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El paracetamol muestra un mejor perfil de absorción cuando se toma en ayunas, es decir, por la mañana antes del desayuno, o bien esperando de una a dos horas después de las comidas. Este detalle es especialmente relevante si la ingesta alimenticia ha sido rica en hidratos de carbono, pues estos pueden retrasar la llegada del principio activo al intestino delgado, demorando su efecto.

El informe de la OCU subraya que la interacción con los alimentos no solo puede retrasar la absorción de ciertos fármacos sino también reducirla sustancialmente. Esto último es particularmente relevante en medicamentos como la levotiroxina, una hormona tiroidea cuya absorción puede verse notablemente disminuida si se toma junto con comidas, llevando a un fallo terapéutico.

La mezcla de ciertas bebidas con medicamentos

Otra área de preocupación son las interacciones de los medicamentos con ciertas bebidas. Un ejemplo notable es el zumo de pomelo, que puede alterar el metabolismo de varios medicamentos aumentando su concentración en sangre hasta niveles peligrosos. Esto se debe a que el zumo inhibe una enzima necesaria para la metabolización de medicamentos, resultando en efectos similares a los de una dosis excesiva. Entre los fármacos afectados se encuentran ciertas estatinas, empleadas en el tratamiento del colesterol, cuya interacción con el pomelo puede incrementar los riesgos de efectos adversos, como el daño muscular.

El alcohol es otro factor de riesgo cuando se combina con medicación. Su consumo durante tratamientos con sedantes, ansiolíticos, analgésicos opioides, el paracetamol, antiinflamatorios no esteroideos, o el antibiótico metronidazol, puede tener consecuencias graves, alterando la eficacia del tratamiento y potencialmente resultando en toxicidad.

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De esta forma, el informe de la OCU resalta la importancia de seguir las recomendaciones sobre el momento de ingestión de medicamentos como el paracetamol para mejorar su efectividad. Un aspecto esencial es el consumo de este medicamento en ayunas o pasadas algunas horas después de comer para facilitar una absorción más rápida. Así mismo, destaca la necesidad de estar informados sobre las interacciones con alimentos y bebidas que pueden alterar la eficacia de los medicamentos. La concienciación sobre estas prácticas puede conducir a un manejo más seguro y eficaz de los tratamientos médicos, asegurando así una mejor respuesta terapéutica y minimizando riesgos asociados al consumo de medicamentos.

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