Los estadounidenses están durmiendo más que nunca, pero no todo es un sueño feliz

Los datos de una investigación sugirieron que el incremento de sueño benefició especialmente a los adultos jóvenes y a los hombres

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La pandemia ha cambiado las rutinas de sueño, pero también ha ofrecido una oportunidad de reevaluar la importancia de dormir bien frente a las exigencias del trabajo y el estrés diario (Imagen Ilustrativa Infobae)
La pandemia ha cambiado las rutinas de sueño, pero también ha ofrecido una oportunidad de reevaluar la importancia de dormir bien frente a las exigencias del trabajo y el estrés diario (Imagen Ilustrativa Infobae)

En los Estados Unidos, la cantidad de sueño ha aumentado significativamente en los últimos años, una tendencia que se aceleró durante la pandemia de acuerdo con un análisis realizado por The Washington Post. Los datos del American Time Use Survey indicaron que, en promedio, un estadounidense ha ganado 10 minutos adicionales de sueño diario entre 2019 y 2022.

Este incremento representa un cambio significativo a nivel individual, señalan expertos en el sueño. Sin embargo, estos minutos extras no se distribuyeron de manera uniforme entre la población.

Los más jóvenes, en particular aquellos entre 25 y 34 años, además de los hombres en todas las edades y las personas sin hijos, fueron quienes más se beneficiaron de este aumento. El análisis de datos de uso del tiempo, aunque no mide el sueño con la precisión de la polisomnografía, ofrece una visión coherente y robusta de las tendencias del sueño en la población.

El trabajo remoto ha sido un factor determinante en el aumento del tiempo dedicado a dormir. Según un nuevo estudio en el que participó Sabrina Wulff Pabilonia, economista investigadora en el Bureau of Labor Statistics, las personas con empleos de tiempo completo despertaron aproximadamente 35 minutos más tarde en días de trabajo desde casa en comparación con aquellos días de trabajo presencial durante 2020 y 2021.

Además, los tiempos de desplazamiento reducidos gracias al teletrabajo también podrían haber contribuido a que las personas se acostaran más temprano, una tendencia que ya había comenzado antes de la pandemia y continuó hasta 2022. Este ajuste en los horarios ha permitido que muchos compensen el denominado “asesino del sueño” número uno: el trabajo.

Un reloj despertador marca una hora tardía de la mañana en la mesita de noche de un joven adulto, reflejando el aumento del tiempo dedicado al sueño (Imagen ilustrativa Infobae)
Un reloj despertador marca una hora tardía de la mañana en la mesita de noche de un joven adulto, reflejando el aumento del tiempo dedicado al sueño (Imagen ilustrativa Infobae)

Sin embargo, a pesar de que la cantidad de sueño ha aumentado, la calidad del mismo sigue siendo un aspecto crucial y, en algunos casos, un desafío. Esta calidad, definida por episodios continuos de sueño sin interrupciones, es tan importante como la cantidad. Problemas como las apneas del sueño y el insomnio afectan a más de 50 millones de estadounidenses, pudiendo tener consecuencias graves para la salud, como enfermedades cardiovasculares, diabetes y demencia.

Además, el uso de dispositivos de seguimiento del sueño ha generado una mayor conciencia sobre la importancia del descanso adecuado, aunque también ha llevado a algunas personas a desarrollar ansiedad por el rendimiento del sueño, impactando negativamente en su capacidad para descansar correctamente.

La tendencia al aumento en la cantidad de sueño entre los estadounidenses podría considerarse una señal positiva de adaptación en un mundo que cambia rápidamente, especialmente en lo que respecta al balance entre la vida laboral y personal.