Conoce los requisitos para ser el Cristo de Iztapalapa

La representación del Viacrucis de Semana Santa en Iztapalapa, uno de los eventos religiosos más emblemáticos de la Ciudad de México, comenzó este pasado 2 de abril con el Domingo de Ramos, marcando el inicio de las celebraciones que culminarán con el Domingo de Resurrección, el 9 de abril.

Se estima que aproximadamente dos millones de visitantes participarán en estas festividades, que conmemoran las últimas horas de Jesucristo, incluida su crucifixión en el Gólgota. Esta tradición, que ostenta una rica historia de 180 años, es organizada exclusivamente por los habitantes de los ocho pueblos originarios de Iztapalapa: San Lucas, San Pablo, San Pedro, San José, Asunción, Santa Bárbara, San Ignacio y San Miguel.

El papel de Jesús de Nazareth es un honor que solo unos pocos han tenido a lo largo de la historia de esta representación. Para ser elegido, el Comité Organizador de Semana Santa, integrado completamente por miembros de los barrios, establece una serie de requisitos. La selección de quien interpretará a Cristo y a los demás personajes principales está limitada única y exclusivamente a los residentes de estos pueblos, asegurando así que el evento mantenga sus raíces y tradición intactas.

Además de revivir acontecimientos como la última cena, la traición de Judas y el juicio de Pilatos, el Viacrucis de Iztapalapa sirve como una manifestación de fe y una profunda tradición cultural que se ha transmitido de generación en generación.

La comunidad se involucra activamente en la preparación y ejecución de esta representación, lo que demuestra su compromiso con la preservación de sus costumbres y su identidad cultural.

La participación masiva de creyentes y visitantes en este evento no solo refleja la importancia de la Semana Santa en el corazón de los fieles sino que también destaca su relevancia como atractivo turístico y espiritual en la región.

Para poder interpretar el papel de Jesús de Nazareth en la Semana Santa de Iztapalapa, los aspirantes deben cumplir con una serie de criterios establecidos por el Comité Organizador de Semana Santa en Iztapalapa A.C.. Esta medida, adoptada tras dejar atrás la tradición de asignar el rol a través de herencias generacionales, busca asegurar una representación digna y fiel del personaje bíblico.

Históricamente, el papel de Jesús se transmitía de padres a hijos dentro de las familias con una profunda raíz en las celebraciones de la Semana Santa. Sin embargo, esa costumbre se ha modificado en favor de un proceso de selección más riguroso y democrático.

El Comité Organizador ha delineado un conjunto de requisitos específicos que los candidatos deben cumplir. Estos parámetros no solo se enfocan en aspectos físicos o de actuación, sino también en el compromiso espiritual y la conducta personal fuera del ámbito de las celebraciones, asegurando así que la persona seleccionada represente adecuadamente la figura de Jesús de Nazareth durante los eventos religiosos de gran relevancia cultural y espiritual en Iztapalapa.

La implementación de estos criterios ha transformado la forma en que la comunidad de Iztapalapa se acerca a la selección del protagonista de sus tradiciones de Semana Santa. Con el paso de los años, la práctica de asignar roles basándose en la tradición familiar ha dado paso a un sistema que valora la preparación, la piedad y la idoneidad de los candidatos para encarnar uno de los roles más emblemáticos y exigentes de estas festividades.

• Ser nativo de alguno de los 8 barrios de la alcaldía.
• Tener 18 años cumplidos.
• Ser de religión católica y tener hecha la Primera Comunión.
• Tener una estatura mínima de 1.75 m.
• Ser soltero, sin compromisos y sin hijos.
• Contar con buena conducta y buenas costumbres.
• No tener tatuajes ni perforaciones.
• Gozar de buena salud.
• Tener buena condición física.
• Ser autosuficiente en el aspecto económico.
• Presentar un comprobante de domicilio y CURP.

Este cambio no solo ha permitido que más personas tengan la oportunidad de desempeñar este papel tan significativo, sino que también ha reforzado la importancia de vivir de acuerdo con los valores que Jesús de Nazareth representó.