El negocio ahora les pertenece a los carteles mexicanos y envían ingenieros agrónomos para mejorar cultivos de coca en Colombia

Los mexicanos pasaron de ser financiadores y aliados para el tráfico de cocaína, a supervisar y controlar la producción del alcaloide en territorio colombiano

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Los carteles mexicanos pasaron de ser un enlace comercial entre los productores de cocaína en Colombia con el mercado de Estados Unidos, a ser no solo financiadores sino a controlar y supervisar la producción de cocaína en territorio colombiano. REUTERS/Fredy Builes
Los carteles mexicanos pasaron de ser un enlace comercial entre los productores de cocaína en Colombia con el mercado de Estados Unidos, a ser no solo financiadores sino a controlar y supervisar la producción de cocaína en territorio colombiano. REUTERS/Fredy Builes

La presencia de los carteles mexicanos en Colombia no es algo nuevo, desde décadas el narcotráfico ha unido, trágicamente, la historia de los dos países. Lo que, en un principio, cuando los carteles colombianos dominaban tanto la producción y como el tráfico de cocaína en el mundo, solo era una alianza delictiva para hacer llegar la droga, principalmente, a Estados Unidos, con el tiempo derivó en que los mexicanos, según la ONU, se estén apoderando del mercado colombiano de producción de cocaína.

Así las cosas, carteles como el de Sinaloa o Jalisco Nueva Generación han enviado, en los últimos cinco años, ingenieros agrónomos para mejorar la producción de la hoja de coca para que las plantas puedan producir más coca con menos sembradíos. Así lo registró el Diario Milenio, de México, en un reportaje especial publicado el 6 de abril, allí advierten según datos de la Fundación Paz y Reconciliación, entre 2018 y 2022, se han capturado, en Colombia, 80 mexicanos por lavado de activos y tráfico, fabricación o posesión de estupefacientes.

Estas capturas se dieron en ciudades como Palmira, Buenaventura o Tumaco, donde se concentran la mayoría de sembradíos de hoja de coca en Colombia. Entre las últimas capturas están las de Carlos Omar Félix y Silvano Francisco Mariano, que, como miembros del cartel de Sinaloa, estaban entre los 30 más buscados de la Agencia Antidrogas (DEA).

“Vinieron a nuestro país con el objeto de realizar y coordinar acuerdos con organizaciones narcotraficantes colombianas con el fin de incursionar en la producción, venta y exportación de fentanilo”, advirtió el director de la Policía Nacional, el general Henry Sanabria.

El ministro de Defensa, Iván Velásquez, también se refirió a las capturas, diciendo que estas personas estaban, presuntamente, en el país “con el objetivo de realizar coordinaciones y acuerdos con organizaciones narcotraficantes colombianas, con el fin de realizar el envío de fentanilo (un opioide sintético) hacia Estados Unidos. Estas personas son requeridas por la Corte Distrital del Sur de Nueva York”.

¿Cómo operan los carteles mexicanos en Colombia?

De acuerdo con el informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito sobre la cocaína 2023, si bien Colombia sigue siendo el principal productor de cocaína del mundo, quienes están detrás del negocio, hace rato, dejaron de ser los colombianos, ahora, quienes mayoritariamente controlan el negocio son los carteles mexicanos.

En el informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el mercado ilícito de la cocaína en Colombia se atomizó después desmovilización de las Farc, lo que dio lugar a la aparición de “miríadas de actores delincuentes” y la penetración de grupos criminales extranjeros, como los mexicanos. Sobre esto, el exvicepresidente y exdirector de la Policía Nacional, el general (r) Óscar Naranjo Trujillo señaló que ese cambio en las alianzas entre los narcotraficantes mexicanos y colombianos cambió hace algo más de una década, invirtiéndose los papeles.

“Empieza un empoderamiento de las organizaciones mexicanas, que comienzan a aparecer como socias mayoritarias de la producción de cocaína. Ahí se da una división funcional de la operación mafiosa: cultivadores y procesadores en laboratorios a gran escala colombianos, pero supervisados por mexicanos para asegurar el envío y abastecimiento de la droga”, le dijo el general (r) Naranjo a Diario Milenio.

El informe advierte que, en este contexto, grupos como el Clan del Golfo exporta aproximadamente unas 20 toneladas de cocaína por mes a 28 países, en asociaciones con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa, así como mafias italianas y redes criminales de los Balcanes.

Desde la Fundación Paz y Reconciliación, Francisco Daza explicó que la presencia de los carteles mexicanos en Colombia “está más vinculada a un tipo de outsourcing criminal con grupos armados en el país”. Una fuente consultada por Diario Milenio, también advierte que “los cárteles mexicanos trabajan con delegados que tienen más perfil empresarial que militar porque, al final del día, lo que les interesa es que el abasto fluya”.

Kyle Johnson, experto de la Conflict Response Foundation, advierte que los mexicanos en Colombia cumplen “un papel de supervisión (para) asegurarse de que los envíos se hagan bien” rumbo a Estados Unidos vía Centroamérica.

“Se ha dado la vuelta en términos de poder entre colombianos y mexicanos, simplemente porque se ha cambiado quién controla las partes más rentables del negocio”, explicó el experto.

Así es como los carteles mexicanos pasaron de ser un mero enlace con el mercado estadounidense en los años noventa, a no solo a financiar la fabricación de cocaína, sino que también a supervisar el envío de los cargamentos desde territorio colombiano. Son conocidos como los “invisibles”, explicó Esteban Melo, coordinador de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) en Colombia.

Se ocupan del “financiamiento, y para eso no necesitan ser visibles, no necesitan tener todo un cuerpo armado atrás, porque ellos no están metidos aquí en esas disputas territoriales por el negocio del narcotráfico”, apuntó Melo.