Ya basta: advierten las universidades a los estudiantes que se manifiestan

The New York Times: Edición Español

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La ceremonia anual de distinciones que tiene 100 años en la Universidad de Míchigan tradicionalmente es un acontecimiento muy formal en el que un órgano monumental complementa los aplausos discretos.

El evento de este año no fue nada por el estilo. Algunos manifestantes se levantaron de su asiento y desplegaron pancartas que tenían escrito "Palestina libre" con pintura roja y gritaron: "¡Están financiando un genocidio!".

Al no poder continuar, las autoridades universitarias suspendieron la ceremonia y cientos de estudiantes y padres decepcionados se pusieron de pie y abandonaron el recinto.

Dos días después de la ceremonia de distinciones, el rector de la universidad, Santa J. Ono, pronunció un severo reproche: ya basta.

"Al igual que muchos de ustedes, yo estoy orgulloso de la historia de protestas en nuestra universidad", señaló. "Pero ninguno de nosotros debe estar orgulloso de lo que ocurrió el domingo". Anunció que la escuela elaboraría una nueva política para redefinir lo que podría sancionarse como comportamiento indebido.

La Universidad de Míchigan no es la única.

Después de años de aplicar de manera laxa sus propias reglas, algunas de las instituciones académicas de más alto renombre del país se están volviendo más enérgicas, por lo que suspenden y, en algunos casos, hasta expulsan a sus alumnos. En fechas recientes, el Instituto Tecnológico de Massachusetts, la Universidad de Nueva York y la Universidad Brown han tomado medidas rápidas y contundentes contra las protestas de los alumnos, por ejemplo, realizar detenciones.

Y el jueves, la Universidad de Columbia llegó a su límite y mandó al Departamento de Policía de Nueva York a arrestar a los estudiantes que protestaban, mismos que habían puesto decenas de tiendas de campaña en el campus. Estos arrestos siguieron a un testimonio en el Congreso el miércoles, en el cual la rectora de la Universidad de Columbia, Nemat Shafik, señaló que la institución académica había emitido un mensaje muy claro a los alumnos de que no se tolerarían comportamientos indebidos.

Las autoridades universitarias se ven presionadas por las críticas de los exalumnos, los donantes y los legisladores republicanos, pero en entrevistas también hablaron de una persistente sensación de que se ha dañado la civilidad en el campus.

Explican que en últimas fechas algunos alumnos se han vuelto tan conflictivos, que no solo están interfiriendo con su capacidad de brindarles una formación, sino que han hecho que muchos alumnos, sobre todo los judíos, teman por su seguridad.

No es tan fácil reajustarse, como lo están viendo muchas universidades. Los intentos de los directivos de recuperar parte de su autoridad sobre las manifestaciones en el campus se están topando con la resistencia de los alumnos, los profesores y los grupos por las libertades civiles que afirman que la función de la universidad es promover el debate --aunque sea desordenado, ofensivo y desestabilizador-- y no tratar de sofocarlo.

Los activistas del campus comentaron que la aplicación agresiva del procedimiento disciplinario para los alumnos por parte de las universidades es un acontecimiento nuevo y preocupante. "Estamos viendo una escalada", comentó Rosy Fitzgerald del Institute for Middle East Understanding, una organización sin fines de lucro que está monitoreando la manera en que las escuelas están respondiendo a los estudiantes que se manifiestan.

Las suspensiones y la expulsiones "no solían ser una táctica, pero ahora las estamos viendo como una respuesta inmediata", explicó.

En su testimonio ante el Congreso, Shafik reveló que en las últimas semanas han suspendido a quince alumnos de su universidad. También mencionó que, por primera vez en 50 años, la escuela había tomado la decisión de solicitarle al Departamento de Policía de Nueva York que le ayudara con las manifestaciones.

La Universidad Vanderbilt realizó lo que se cree son las primeras expulsiones de estudiantes por las protestas relacionadas con la guerra entre Israel y Hamás. Más de dos decenas de manifestantes irrumpieron en la oficina del rector de la universidad --hirieron a un guardia de seguridad y rompieron una ventana-- y la ocuparon durante más de 20 horas. La universidad suspendió a todos los estudiantes que participaron en la manifestación y expulsó a tres.

Desde la época de la guerra de Vietnam hasta el día de hoy, las protestas estudiantiles tienen un historial de ser conflictivas y a veces hasta violentas. Desde las elección de Donald Trump en 2016, muchos campus universitarios se han vuelto lugares especialmente inestables y se ha visto un aumento de airadas manifestaciones contra los oradores conservadores, a algunos de los cuales les ha retirado la invitación por miedo de que peligre su seguridad.

El ataque del 7 de octubre sobre Israel por parte de Hamás desató otra ola de protestas, las cuales, según los directivos de las universidades y los defensores de la libre expresión, plantean nuevos retos. En entrevistas, estos mencionaron estar enfrentándose a estudiantes que no estaban dispuestos a colaborar con los directivos cuando los exhortaban a hacerlo y de inmediato usaban modalidades de expresión agresivas y en ocasiones físicas, y a menudo traían máscaras para ocultar su identidad.

"Cuando hablo con otros rectores universitarios, todos comentan tener la misma experiencia", señaló Daniel Diermeier, rector honorario de la Universidad Vanderbilt, quien mencionó que esa experiencia casi siempre implica enfrentarse a un grupo pequeño de alumnos o varias docenas que se muestran intransigentes.

"No les interesa dialogar. Cuando se les invita a hacerlo, no participan", mencionó Diermeier. "Lo que quieren es protestar y generar conflictos".

"Eso es otra cosa", añadió.

Este mes, en Pomona College, al sur de California, suspendieron a siete estudiantes después de que un grupo de manifestantes irrumpió en la oficina del rector para protestar sobre la remoción de un "muro de segregación" en apoyo a los palestinos.

Los directivos de la escuela mencionaron que este incidente formaba parte de un patrón preocupante en el cual alumnos con el rostro cubierto ponían tiendas de campaña en algunas partes del campus (lo cual transgredía la política de Pomona College), intimidaban tanto al personal como a los visitantes durante los recorridos por el campus y, luego, se rehusaban a identificarse cuando se les solicitaba que lo hicieran.

Era imposible que las autoridades de la escuela supieran si estaban interactuando con verdaderos alumnos de Pomona, ni hablar de tener un diálogo abierto, comentó Tracy Arwari, vicepresidenta adjunta de asuntos estudiantiles en Pomona College.

"Eso mismo pensamos acerca del anonimato en la comunicación por internet, es muy difícil tener una conversación si ni siquiera sabes con quién estás discutiendo", afirmó Arwari.

En la Universidad Vanderbilt, Diermeier ha planteado una iniciativa, el Futuro de la Libre Expresión, para promover la libre expresión más allá de los campus universitarios. Jacob Mchangama, director del programa, dijo en una entrevista que había manifestado sus diferencias con Diermeier acerca de la manera en que se manejó la ocupación estudiantil de la oficina del rector, que incluyó el arresto de un reportero de una publicación local que cubría ese suceso.

Pero se requiere una respuesta de los profesores para enfrentar la intención de algunos alumnos de desafiar los límites de un comportamiento tolerable. El personal docente debe decir: "Hasta aquí se puede llegar", explicó Mchangama. "Y ese es uno de los problemas que está aquejando a las universidades de todo el país".

Tiendas de campaña instaladas por manifestantes propalestinos sobre la explanada de la Universidad de Columbia, en Nueva York, el 18 de abril de 2024. (C. S. Muncy/The New York Times)

Nemat Shafik, rectora de la Universidad de Columbia, a la izquierda, escucha durante una audiencia del Comité de Educación y Fuerza Laboral de la Cámara de Representantes, en el Capitolio, en Washington, el 17 de abril de 2024. (Amanda Andrade-Rhoades/The New York Times)