Cuando se trata de dar propina por el servicio, los “millennials” son los más tacaños

Por Riley Griffin

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Un mesero lleva comida a los clientes de un restaurante Denny’s de Nueva York (Bloomberg / Victor J. Blue)
Un mesero lleva comida a los clientes de un restaurante Denny’s de Nueva York (Bloomberg / Victor J. Blue)

Los millennials estadounidenses se apresuran a vaciar sus billeteras para pagar la costosa tostada de aguacate y la cerveza artesanal. Pero cuando se trata de recompensar a los meseros que les sirven, esas carteras, a menudo, permanecen cerradas.

El diez por ciento de los jóvenes millennials no dan propinas cuando salen a cenar, en comparación con solo el tres por ciento de las generaciones mayores, según un estudio publicado por CreditCards.com, un mercado de tarjetas de crédito on line.

Y aquellos millennials que dan propina en los restaurantes tienden a dejar, de media, una propina del 15 por ciento, menos que el promedio general. Los de la Generación X, los baby boomers y los estadounidenses de más edad, la llamada Generación Silenciosa, son más generosos y dejan entre el 18 y el 20 por ciento.

"Fue interesante ver que los millennials son los que dan las peores propinas, porque el típico trabajador de restaurante es un millennial", dijo en una entrevista el analista de CreditCards.com, Matt Schulz. "Es contraproducente".

El estudio se llevó a cabo por CreditCards.com a través de la firma de investigación de mercado GfK, que el mes pasado recabó datos de 1.000 estadounidenses mayores de 18 años. Los millennials se definieron entre las edades comprendidas entre los 18 y los 37.

Más allá de esos pobres camareros, a los taxistas y a los bartenders les fue aún peor con sus clientes millennials. A pesar de la sugerencia que indica que el empleado espera propina parece que no va con este grupo generacional. El 18 por ciento de los jóvenes de la generación millennial señaló que, por lo general, se niega a dejar cualquier tipo de cantidad cuando se presentan opciones de propinas predefinidas, como en un taxi o en un Lyft o un Uber.

¿Por qué estos jóvenes estadounidenses, muchos de los cuales trabajan en industrias dependientes de propinas, son tan tacaños? La respuesta puede ser económica. "Las luchas financieras de los millennials son una gran razón por la que dan menos propinas", apuntó Schulz.

Pero otros datos apuntan a una explicación más cínica. Los empleados de la generación millennial tienden a gastar más de sus ingresos disponibles comiendo fuera, según datos del 2017 de Merril Lynch. Después de todo, esa propina puede pagar el postre.

Pero los de veinte y veintitantos no son los únicos demográficos afectados. Según el estudio, los hombres, los sureños, los occidentales, los padres con niños pequeños, los que tienen menos ingresos y los menos educados son los que dan menos propinas en los restaurantes, en comparación con la media general, que da un 18 por ciento.

Entonces, ¿quién da las mejores propinas?

El estudio encontró personas que tienen estudios universitarios, mayores de 65 años, del noreste y el medio oeste y todas las mujeres informaron que dejaron, de media, una propina del 20 por ciento, una propina superior al promedio general.