Cómo usar la cáscara de mango para reducir los niveles de azúcar en la sangre

El mango es sin duda una de las frutas tropicales más jugosas, dulces y ricas que pueden existir, razón por la cual es la favorita de muchos. Sin embargo, no solo su deliciosa pulpa aporta increíbles beneficios sino que también esa parte que suele ser desechada, nos referimos a la cáscara.

Y es que, aunque muchos no lo saben, la cáscara de mango puede aportar muchos beneficios a la salud, entre uno de los que destaca el ayudar a reducir los niveles de azúcar en sangre, propiedades que han sido encontradas de acuerdo con diversos estudios científicos.

Según las investigaciones, en la cáscara se encuentran algunos compuestos bioactivos que podrían tener efectos beneficiosos en el metabolismo de la glucosa y una de las mejores maneras de obtener esas propiedades es usando esta parte de la fruta para preparar un té delicioso y nutritivo.

• Lavado: Lava cuidadosamente las cáscaras de mango, asegurándote de eliminar cualquier residuo o impurezas para evitar el consumo de pesticidas y bacterias.
• Preparación: Corta las cáscaras de mango en trozos pequeños o tiras.
• Hervir agua: En una olla, lleva a ebullición una cantidad adecuada de agua. La proporción puede ser ajustada según la cantidad de té que desees preparar, pero una recomendación general podría ser usar aproximadamente 1 taza de agua por cada cáscara de mango mediano que utilices.
• Agregar las cáscaras al agua: Una vez que el agua esté hirviendo, añade las cáscaras de mango cortadas.
• Dejar hervir: Deja que las cáscaras de mango hiervan en el agua durante unos 10 a 15 minutos. Esto permitirá que los compuestos bioactivos se liberen en el agua.
• Reposar: Apaga el fuego y deja reposar el té de cáscara de mango durante unos minutos.
• Colar: Usa un colador para filtrar las cáscaras de mango y servir el té.
• Disfrutar: Puedes disfrutar de este té de cáscara de mango caliente o dejarlo enfriar para beberlo como una bebida refrescante.

Recuerda que, si bien este té puede ser un complemento saludable, no debe ser visto como un sustituto de los medicamentos recetados para controlar el azúcar en la sangre.

Si estás considerando incorporar la cáscara de mango como parte de tu régimen para controlar los niveles de glucosa, es aconsejable discutirlo primero con tu médico o un profesional de la salud para ver si puede ser una parte alternativa a tu tratamiento.

También puede consumirse a pesar de no tener diabetes, para ayudar a prevenir la aparición de la misma.

Además de ser efectivo para ayudar a reducir los niveles de azúcar en la sangre, el té de cáscara de mango también ha ganado interés debido a que se le han reconocido otros potenciales beneficios para la salud.

Aunque la investigación es preliminar y se requiere más estudio para entender completamente estos beneficios, algunos de los efectos positivos sugeridos son:

• Propiedades Antioxidantes: Las cáscaras de mango son ricas en antioxidantes, como polifenoles y carotenoides, que ayudan a proteger las células contra el daño de los radicales libres, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades del corazón y ciertos tipos de cáncer.
• Potencial Antiinflamatorio: Los compuestos bioactivos presentes en la cáscara de mango pueden tener efectos antiinflamatorios, lo que podría ser beneficioso en la reducción de la inflamación crónica y el apoyo al manejo de condiciones inflamatorias.
• Apoyo a la Salud Digestiva: La cáscara de mango contiene fibra dietética, la cual es crucial para mantener la salud digestiva. La fibra ayuda a promover la regularidad intestinal y puede contribuir a la prevención de problemas como el estreñimiento.
• Gestión del Peso: La fibra presente en la cáscara de mango también puede ayudar en la gestión del peso, ya que aumenta la sensación de saciedad, lo que potencialmente lleva a un menor consumo de alimentos y a un mejor control del peso corporal.
• Reducción del Colesterol: Existe cierta evidencia que sugiere que los compuestos en las cáscaras de mango pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol al interferir con la absorción de grasas en el intestino.