Así opera el equipo de élite formado por el Ejército mexicano para rescatar a soldados heridos en combate

Este grupo de atención inmediata está capacitado para realizar rápidas extracciones en medio de un conflicto

Compartir
Compartir articulo
Imagen referencial de un helicóptero de la Fuerza Aérea durante un ejercicio de simulacro de rescate.

Crédito: Cuartoscuro
Imagen referencial de un helicóptero de la Fuerza Aérea durante un ejercicio de simulacro de rescate. Crédito: Cuartoscuro

Desde que inició la administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hasta abril de 2023, el Ejército Mexicano contabilizó un total de mil 118 agresiones en contra de sus elementos.

Frente al crecimiento de episodios en los que civiles armados se enfrentan contra las fuerzas federales, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fundó un equipo especializado para realizar operaciones de rescate.

Bajo el nombre Fuerza en Situación de Alerta (FuSA), este grupo tiene la tarea de brindar apoyo aéreo y realizar evacuaciones de personal militar en un tiempo máximo de 12 minutos mediante el uso de aeronaves de ala rotativa (helicópteros).

Reportes consultados por Milenio señalan que esta división de reacción inmediata se creó el 31 de enero de 2023 y comenzó sus funciones al mes siguiente.

Desde entonces, la FUSA ha desplegado 102 operativos de rescate en zonas de conflicto como Baja California, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Zacatecas, Nuevo León y Chiapas.

Los cárteles han adquirido arsenal capaz de vulnerar el blindaje de los vehículos militares. (Crédito: Sedena)
Los cárteles han adquirido arsenal capaz de vulnerar el blindaje de los vehículos militares. (Crédito: Sedena)

Con 12 aeronaves a su disposición, este grupo de élite ha logrado extraer a 145 militares que sufrieron heridas como resultado de algún enfrentamiento contra presuntos criminales.

El plan de apoyo al que se apega este cuerpo de atención a situaciones de riesgo consiste en mantener una aeronave en alerta —de acuerdo con el territorio en el que ocurra el evento— y evaluar la disponibilidad de hospitales de tercer nivel —aquellos que cuentan con personal especializado y preparado para procedimientos de alta complejidad— en caso de que no haya nosocomios militares en la región.

Informes militares obtenidos por el periodista Pedro Domínguez, de Milenio, refieren que en 2022 murieron ocho soldados durante agresiones del crimen organizado. Para 2023, la cifra ascendió a 38 víctimas mortales. En este mismo periodo, la cantidad de militares heridos creció 54%.

En años recientes, diversos grupos criminales han dado muestras de su constante aprendizaje de técnicas de combate cada vez más sofisticadas.

Imagen del momento en que explotó una mina que mató a dos militares en Zipoco, Jalisco. (Especial)
Imagen del momento en que explotó una mina que mató a dos militares en Zipoco, Jalisco. (Especial)

Dentro de las más conocidas se encuentra la utilización de minas terrestres —ubicadas mayoritariamente en estados como Jalisco y Michoacán—, así como el uso de drones para arrojar explosivos, táctica popularizada por estructuras como La Familia Michoacana, el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).

A esto se suma la implementación de arsenal de alto poder que, al menos en una ocasión, ha podido penetrar el blindaje de los vehículos de la Sedena. El 10 de enero de 2024, un convoy del Ejército fue emboscado por presuntos sicarios del Cártel del Golfo en el municipio de China, Nuevo León.

Durante el ataque, un soldado perdió la vida debido a que las balas de los agresores atravesaron la coraza de la unidad militar, algo que no había ocurrido antes, ni siquiera con las armas calibre 50 que el crimen organizado tiene a su disposición.