Éste es el objeto más contaminado en casa; un lavado frecuente es necesario para evitar enfermedades

La conexión entre enfermedades y una adecuada limpieza resalta la necesidad lavar la ropa y tela en contacto con el cuerpo

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Limpiar las superficies del hogar es importante para mantener un buen estado de salud. (Freepik).
Limpiar las superficies del hogar es importante para mantener un buen estado de salud. (Freepik).

En medio de la vida acelerada que caracteriza a la sociedad actual, se aplazan tareas fundamentales para el bienestar personal como lo son el lavado de ropa y el cambio de sábanas. Ambas prácticas de higiene son cruciales para mantener saludable la piel. Este fenómeno, reflejo de la limitación de tiempo que enfrentan muchas personas para dedicarse al cuidado del hogar, resalta la importancia de integrar estas actividades en la rutina diaria.

La relación entre una higiene adecuada y la prevención de enfermedades es bien conocida, pero se subestima el impacto que pequeños actos podrían tener para las personas. Entre ellos, el lavado adecuado de la tela que suele cubrir un colchón es más importante de lo que podría parecer. Para evitar la propagación de bacterias, hay un punto en específico en el cual las personas tienen que poner atención cuando limpien sus hogares.

La importancia de lavar sábanas y almohadas

Las sábanas y almohadas podrían albergar millones de bacterias, algo que a menudo pasa desapercibido durante la limpieza doméstica . Un estudio realizado por la empresa Amerisleep ha descubierto que una almohada sin lavar puede contener hasta tres millones de bacterias, lo que representa un riesgo para la salud. Este hallazgo enfatiza la importancia de mantener la ropa de cama limpia para evitar la propagación de enfermedades.

Las almohadas pueden guardar hasta tres millones de bacterias. (Freepik).
Las almohadas pueden guardar hasta tres millones de bacterias. (Freepik).

El análisis de Amerisleep no solo se limitó a las almohadas; también se extendió a colchones y sábanas, revelando que estas superficies son reservorios potenciales de microorganismos nocivos. Se recomienda cambiar las sábanas al menos una vez a la semana, o incluso con mayor frecuencia durante olas de calor, para combatir la acumulación de sudor, células muertas de la piel y ácaros.

La ropa puede ser un transmisor de bacterias

Un estudio ha revelado la importancia de las prácticas de higiene en la lavandería para prevenir la transmisión de patógenos a través de textiles. Uno de los mayores peligros de lo anterior es lo fácil que pueden transportar una infección a hogares y espacios compartidos. Los investigadores han identificado cómo la manipulación de ropa sucia, las condiciones de lavado, y el tipo de detergente o desinfectante utilizado juegan un papel crucial en la probabilidad de exposición a agentes patógenos, de acuerdo con los resultados publicados en la Revista de Microbiología Aplicada.

Según los hallazgos, tanto la composición del textil como los hábitos de limpieza impactan en la persistencia de los patógenos y su transferencia potencial a los seres humanos. Factores como la temperatura del agua en el lavado y el método de secado, así como las interacciones entre distintos usuarios en lavanderías de uso común, como las de edificios de apartamentos, sugieren un mayor nivel de riesgo de contaminación cruzada y requieren estrategias de control de infección más rigurosas.

Lavar la ropa de forma regular previene el riego de tener más contaminantes en casa. (REUTERS/Sergio Pérez).
Lavar la ropa de forma regular previene el riego de tener más contaminantes en casa. (REUTERS/Sergio Pérez).

Las investigaciones respaldan la teoría de que el tipo de material puede influir en la transferencia de microorganismos de los textiles a las manos y, posteriormente, a las vías de entrada al cuerpo como la boca, nariz y ojos. Específicamente, se destacó que telas como el 100% algodón son más propensas a transferir patógenos en comparación con mezclas sintéticas. Adicionalmente, la investigación apunta a que la transferencia microbiana desde superficies textiles es considerablemente menor que desde superficies duras, aunque factores como la suciedad y la humedad pueden incrementar este riesgo.