Agua: fuente de vida y de enfermedades

El agua es el solvente universal, propiedad esencial para la vida y la salud, pero también puede ser vehículo de enfermedades cuando su calidad no cumple estándares adecuados.

En Tlaxcala, recientemente se ha evidenciado un aumento preocupante de casos del Síndrome de Guillain-Barré (GBS, por sus siglas en inglés), que ha puesto en el debate la estrecha relación entre la calidad del agua y la salud pública.

El GBS es una enfermedad no contagiosa poco común, pero potencialmente grave, que afecta el sistema nervioso, en la que el sistema inmunológico del cuerpo ataca por error a los nervios periféricos, provocando debilidad muscular, hormigueo e incluso parálisis.

El origen exacto de esta enfermedad aún no se comprende completamente, pero se ha observado que puede estar desencadenado por infecciones virales o bacterianas, entre otras causas. Por ejemplo, la bacteria Campylobacter jejuni, asociada con la enfermedad, puede encontrarse en aguas contaminadas.

Si bien la Secretaría de Salud de Tlaxcala emitió desde el mes pasado una alerta epidemiológica por el incremento inusual de casos reportados de GBS en el estado, no se han dado a conocer muchas otras acciones que no sean las estrictamente informativas.

Entre las labores que deberían estarse ejerciendo y socializando están la revisión por parte de CONAGUA y los organismos operadores de agua locales de todas las fuentes que nutren el sistema de agua de Santa Cruz Tlaxcala, la Capital y Calpulalpan, municipios donde se ha reportado el mayor número de casos.

Esto es importante porque una parte significativa del suministro hídrico en Tlaxcala presenta deficiencias en su calidad. De acuerdo con información de la UNAM, seis de los siete ríos del estado presentan altos índices de contaminación causados por elevadas descargas de desechos sólidos y líquidos degradados de usos domésticos, agrícolas e industriales, lo que plantea serias dudas sobre su seguridad para el consumo humano.

La implementación de sistemas de tratamiento de agua efectivos, la vigilancia continua de la calidad del agua que se expende para consumo humano, como las rellenadoras de agua, y la educación pública sobre prácticas de higiene, son pasos cruciales para prevenir la propagación de enfermedades y proteger la salud de la población.

Esta crisis, que lamentablemente ya ha cobrado varias vidas, es recordatorio contundente de la estrecha relación entre la calidad del agua y la salud humana.

Es imperativo que se tomen medidas inmediatas para abordar las deficiencias en el suministro hídrico y proteger a la población de enfermedades evitables. El acceso a agua limpia y segura es un derecho humano fundamental que no puede ser ignorado.

La crisis por agua contaminada en la Alcaldía Benito Juárez, de la Ciudad de México, pone de manifiesto varias situaciones que hemos abordado constantemente en Agua en México:

1. La vulnerabilidad de la infraestructura hídrica en México, en general, y particularmente en CDMX. No se ha modernizado la misma al ritmo que se requiere, por ello es fácil que tenga fugas y filtraciones que terminan por contaminar el agua que llega hasta los hogares.

2. El problema de las rellenadoras de agua. La mayoría de los pequeños negocios rellenadores de agua se abastecen de la propia red y son muy pocos los que cuentan con sistemas y procesos que realmente purifiquen el agua. Se requiere que las autoridades sean más estrictas en verificar el cumplimiento de las normas. No sabemos el número de rellenadoras que hay en la zona contaminada ni cuántas personas habrán bebido esa agua, lo que potencialmente podría desencadenar una crisis de salubridad importante.

3. El agua es un recurso sine qua non hay vida. Por ello, es indispensable que en una crisis así evitemos politizar y nos preocupemos por la salud y bienestar de la población.