¿Problemas con los terrenos? Esto sucede cuando una propiedad queda intestada

Una herencia se refiere a la transmisión de bienes, derechos y obligaciones de una persona fallecida a sus sucesores legales. Este proceso surge por disposición de la ley o a través de un testamento, documento en el cual el difunto expresa cómo desea que se distribuyan sus pertenencias tras su muerte.

Al momento de aceptar una herencia, los herederos pueden hacerlo de dos formas: pura y simplemente, donde asumen tanto los activos como las deudas del fallecido; o a beneficio de inventario, lo que permite aceptar la herencia sin comprometer el patrimonio personal del heredero más allá del valor de la herencia recibida.

La gestión de una herencia incluye diversas etapas. Inicialmente, se debe obtener un certificado de defunción y luego un certificado de últimas voluntades, que indica si el fallecido dejó testamento y ante qué notario se encuentra. Si existe testamento, se procede según las disposiciones señaladas por el difunto. En ausencia de este, la herencia se distribuye entre los herederos legales conforme a la ley.

Los derechos sobre la herencia incluyen no solo bienes tangibles como propiedades o dinero, sino también derechos a cobrar y obligaciones. Los impuestos asociados a la herencia varían según la jurisdicción, siendo común el pago de un impuesto sucesorio, cuyo monto depende del grado de parentesco con el fallecido y del valor de la herencia.

La figura del albacea es también relevante en el proceso sucesorio, ya que es la persona encargada de cumplir la voluntad del testador, gestionando y distribuyendo los bienes según las disposiciones testamentarias o legales.

Cuando las pertenencias quedan intestadas, la distribución de los bienes se realiza según la ley de sucesiones intestadas de la jurisdicción correspondiente. Generalmente, se prioriza a los familiares más cercanos del fallecido, como cónyuges, hijos y padres, siguiendo un orden de prelación establecido por la ley.

Y es que algunas pertenencias quedan intestadas debido a la ausencia de un testamento válido que especifique cómo deben distribuirse los bienes de una persona tras su fallecimiento.

• Falta de Testamento: La persona fallecida no realizó un testamento durante su vida. Esto puede ser por desconocimiento de la importancia de este documento, por retraso en su elaboración o por decisión personal de no hacerlo.

• Invalidación del Testamento: Un testamento puede ser declarado inválido por un tribunal si no cumple con los requisitos formales establecidos por la ley, como la ausencia de testigos o la falta de firma. También puede ser invalidado si se demuestra que el testador no estaba en plena capacidad mental para tomar decisiones, o si hubo coacción o fraude en su elaboración.
• Testamento Incompleto: El testamento existe pero no abarca la totalidad de los bienes de la persona fallecida. Esto puede ocurrir si el testador adquiere nuevos bienes después de haber escrito el testamento y no realiza actualizaciones pertinentes.
• Revocación del Testamento sin Sustitución: Si el testador revoca su testamento anterior y fallece antes de redactar uno nuevo, los bienes quedan intestados.

En el marco de una sucesión, tanto testamentaria como intestada, pueden recibir la herencia diversas figuras, cuya elegibilidad depende de la existencia de un testamento y de las leyes de sucesión de cada jurisdicción. Los potenciales herederos se clasifican en dos grupos principales.

• Herederos Testamentarios: Son aquellas personas o entidades designadas en el testamento por el fallecido para recibir todo o parte de sus bienes. El testador tiene libertad, dentro de los márgenes que la ley permite, para elegir a sus herederos testamentarios, que pueden ser familiares, amigos o instituciones.
• Legatarios: Son beneficiarios específicos a quienes el testador lega bienes concretos o cantidades de dinero determinadas, sin que estos se conviertan en herederos de toda la sucesión.

• Herederos Legales o Legítimos: En ausencia de un testamento, o si este es declarado inválido, la ley de sucesiones determina quiénes son los herederos según un orden de sucesión intestada.
• Este orden generalmente incluye a los parientes más cercanos del fallecido, en la siguiente prioridad:

1. Cónyuge o pareja de hecho.
2. Hijos y descendientes de estos.
3. Padres y ascendientes.
4. Hermanos y sobrinos (en representación si los hermanos han fallecido).
5. Otros parientes más lejanos hasta cierto grado de consanguinidad.

• El Estado: En algunos casos, si no existen herederos legales o testamentarios, o si los herederos renuncian a la herencia, los bienes pueden revertir al Estado.

Cabe destacar que la capacidad para ser heredero también está sujeta a restricciones legales, por ejemplo, no pueden heredar aquellas personas que han sido condenadas por haber cometido ciertos delitos contra el fallecido.

La selección de herederos, ya sea por disposición testamentaria o por ley, es un proceso regido por principios jurídicos específicos diseñados para respetar la voluntad del fallecido, en la medida de lo posible, y para proteger los derechos de los parientes más cercanos.