Por qué los cárteles priorizan las drogas sintéticas por encima de las de origen natural

El mercado de los narcóticos tuvo un notorio cambio en sus dinámicas hace poco más de una década

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Fotografía de un operativo realizado para desmantelar un narcolaboratorio de metanfetamina. (FOTO: SEMAR /CUARTOSCURO)
Fotografía de un operativo realizado para desmantelar un narcolaboratorio de metanfetamina. (FOTO: SEMAR /CUARTOSCURO)

A lo largo de los años que lleva la presente administración, distintas figuras del Gabinete de Seguridad han tratado de marcar una distancia entre sus estrategias y las que impulsaron gobiernos anteriores para enfrentar al crimen organizado.

El reciente informe Radiografía de la Prohibición, elaborado por la organización Elementa DDHH, resalta que las actividades ofrecidas por el gobierno mexicano como resultados en esta materia en realidad no tienen la intención de desmantelar las redes de macro criminalidad que sostienen este negocio, sino que se enfocan en reducir la oferta de narcóticos.

Ejemplo de esto son los constantes desmantelamientos de narcolaboratorios que las fuerzas federales llevan a cabo, así como las múltiples labores de destrucción de plantíos de amapola y cannabis.

Concretamente, los datos analizados por Elementa DDHH exponen que en los últimos años ha habido un declive en la erradicación de estos cultivos, pero esto “no necesariamente indica que las estrategias de reducción de oferta funcionan”.

Los cultivos de amapola eran el sostén de miles de familias en distintas regiones del Pacífico.
Los cultivos de amapola eran el sostén de miles de familias en distintas regiones del Pacífico.

La reducción en el número de estos operativos, más bien, “es resultado de la reconfiguración en las dinámicas del mercado”.

Según información proporcionada por el Gobierno Federal, en el año 2009 —marcado por la ruptura entre el Cártel de Sinaloa y la facción de los Beltrán Leyva— se detectó un repentino incremento en el número de laboratorios de producción de drogas sintéticas, como metanfetamina.

El documento de la organización mencionada anteriormente explica que los cárteles “se concentrado más en la producción de drogas sintéticas —como la metanfetamina o el fentanilo—, ya que son económicamente más rentables” que las drogas de origen natural, o tradicionales.

A finales de 2023, el periódico francés Le Monde publicó una investigación del profesor Bertrand Monnet, especializado en temas de economía, que reveló cuán lucrativo es el negocio del fentanilo.

Según testimonios compartidos por un operador del Cártel de Sinaloa, en una jornada de 24 horas es posible producir hasta 40 mil tabletas de fentanilo en un solo laboratorio.

El fentanilo es uno de los productos preferidos de los cárteles mexicanos para mantener a flote sus millonarias ganancias. (Archivo DEF)
El fentanilo es uno de los productos preferidos de los cárteles mexicanos para mantener a flote sus millonarias ganancias. (Archivo DEF)

La inversión para elaborar un kilo del opioide es de entre 16 mil y 17 mil dólares —alrededor de 290 mil pesos mexicanos—, pero su precio de venta, por kilo, puede alcanzar hasta los 400 mil dólares, equivalentes a casi siete millones de pesos.

La rentabilidad de este tipo de drogas también está relacionada, acorde con lo que explica Elementa DDHH, con el menor tiempo de producción y de traslado que requieren, en comparación con los procesos que deben cumplir las drogas de origen vegetal.

Esta preferencia de los cárteles por los estupefacientes creados a partir de procesos químicos “generó una crisis económica [...] en la vida de miles de campesinos en Guerrero, Nayarit y Sinaloa, quienes por varios años encontraron en la economía de la amapola una especia de subsidio ante el abandono del Estado”, expone el informe de Elementa.

Ante esta situación, no parece haber un programa de políticas públicas que ayude a reubicar a estas comunidades en actividades que no se enmarquen en la economía ilegal ni a disminuir la influencia de los cárteles en dichas regiones.