Así era el lugar favorito de Moctezuma en Tenochtitlan, destruido por los españoles con un incendio

Hernán Cortés mandó quemar el lugar al saber que significaba tanto para el tlatoani y para sus aliados, aunque confesó que no deseaba hacerlo por lo que había dentro

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El lugar favorito de Moctezuma se encontraba a unos metros de su gran palacio, actualmente cerca de la Alameda Central (INAH)
El lugar favorito de Moctezuma se encontraba a unos metros de su gran palacio, actualmente cerca de la Alameda Central (INAH)

En Tenochtitlan los españoles encontraron algunas de los sitios más maravillosos que habían visto en sus vidas, se sorprendieron por la cantidad de edificios enormes, lujosos y exóticos que había en la ciudad más importante de la época.

Cuando Hernán Cortés y sus tropas entraron a Tenochtitlan, se dieron cuenta de que era un lugar lleno de riqueza y poder, algo que comprobaron cuando Moctezuma los llevó a conocer algunos de los sitios que él más frecuentaba, como lo era su palacio y el de su padre, las Casas Nuevas y Casas Viejas.

Asimismo, visitaron los templos de los mexicas, ahí se dieron cuenta de que el Templo Mayor era la edificación más grande que habían visto, así como el zoológico del tlatoani, que además de ser enorme, contaba con animales que ellos no sabían siquiera que existían.

El lugar era un santuario, donde los animales eran cuidados como seres tan valiosos como los seres humanos, algunos incluso relacionados con dioses (Foto: INAH)
El lugar era un santuario, donde los animales eran cuidados como seres tan valiosos como los seres humanos, algunos incluso relacionados con dioses (Foto: INAH)

Era precisamente la Casa de Fieras el lugar favorito de Moctezuma, el cual cuidaba y al que le destinaba muchos recursos para que siempre estuviera en las mejores condiciones. Este zoológico era todo un palacio, estaba cerca de lo que hoy conocemos como la Alameda Central y ahí habitaban tanto animales como sus cuidadores.

Los españoles describieron que este sitio -que hoy asemejamos a un zoológico, pero que en realidad era un espacio privado para la conservación de animales- era tan grande que había alrededor de 300 personas al cuidado de las “fieras”, quienes conocían todas las enfermedades que pudieran sufrir y que los alimentaban.

Este palacio se dividía entre patios, como era usual en la época, y entre las habitaciones de cada patio había diferentes espacios. En uno habitaban las aves, las cuales algunas podían verse en jaulas y otras volaban libremente por el espacio. Los españoles pudieron reconocer pocas especies como las águilas reales. Por la descripción que dejaron acerca del lugar, se sabe que también había flamencos y patos.

Hernán Cortés no estaba dispuesto a permitir que un lugar que significara tanto poder de los mexicas continuara existiendo en la Nueva España (INAH)
Hernán Cortés no estaba dispuesto a permitir que un lugar que significara tanto poder de los mexicas continuara existiendo en la Nueva España (INAH)

En el siguiente patio, estaban los animales que representaban a Moctezuma, que sí se encontraban enjaulados ya que eran leones, tigres, osos y toros. Supuestamente, en este mismo lugar se encontraba el lobo mexicano, coyotes, jaguares, linces.

En otra zona del palacio había 10 estanques para las aves acuáticas, se piensa que eran tan grandes que llegaban hasta lo que es hoy avenida Lázaro Cárdenas. También Bernal Díaz del Castillo menciona que había una gran alberca de agua dulce.

Asimismo, aquí dormían enanos, albinos, jorobados y otras personas que los españoles consideraban “monstruos” por ser diferentes a ellos.

A parte de este palacio, se encontraban otras casas que correspondían únicamente a animales “ponzoñosos”, describió Antonio del Solía y Rivadeneyra en Historia de la Conquista de Méjico. En este otro palacio sitio estaban los cocodrilos, serpientes de todo tipo, escorpiones y demás, la mayoría estaban encerrados en vasijas.

El incendio ordenado por Hernán Cortés

El conquistador confesó que no quería quemar el lugar, pero consideraba que era una obligación
Imagen:
Wikimedia
El conquistador confesó que no quería quemar el lugar, pero consideraba que era una obligación Imagen: Wikimedia

El final del zoológico llegó con un incendio que provocaron los españoles tras la Caída de Tenochtitlán. Así como con el resto de las construcciones que representaban el poder del imperio de Moctezuma, decidieron destruir este lugar, pero ya que en él había mucha madera (por las jaulas) comida, vegetación y animales, decidieron prenderle fuego a todo.

Fue el mismo Hernán Cortés quien menciona en la tercera Carta de Relación a Carlos V que él ordenó prender fuego a las casas de las fieras aunque le “pesó mucho” hacerlo por la pérdida que esto significaba, pero sabía que sería aún más tormentoso para los mexicas. Incluso mencionó que cuando la noticia le llegó a los aliados de Moctezuma, también sufrieron al saber de la muerte de los animales.

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