El reportero de nota roja que logró ingresar a la operación de Trotsky para cubrir su muerte

Durante la cobertura del asesinato del ex líder militar soviético, un periodista tuvo que hacer varias cosas para conseguir estar donde ningún otro comunicador estuvo

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Un policía mexicano sostiene el piolet usado por Ramón Mercader para herir mortalmente a León Trotsky. Ciudad de México, 20 de agosto de 1940
(Foto: AP)
Un policía mexicano sostiene el piolet usado por Ramón Mercader para herir mortalmente a León Trotsky. Ciudad de México, 20 de agosto de 1940 (Foto: AP)

Más de 400 disparos contra el cuarto donde habitaba un hombre no fueron suficientes para acabar con la vida de Lev Davídovich Bronstein, más conocido en México como León Trotsky, era mayo de 1940 y un grupo de estalinistas de origen mexicano, entre los que estaba David Alfaro Siqueiros –uno de los mayores exponentes del muralismo mexicano-, llegaron a la casa del ex líder soviético en Coyoacán. A pesar de los cientos de impactos de armas de fuego tanto Trotsky como su segunda esposa, Natalia Sedova, salieron ilesos pues lograron esconderse debajo de su cama.

“El 24 de mayo de 1940, al amparo de la oscuridad, un grupo de hombres comandados por el pintor David Alfaro Siqueiros descargó sus armas en la casa de Viena. Increíblemente, a pesar de los centenares de balas disparadas, el matrimonio Trotsky salvó la vida” (Elsa Aguilar Casas, INEHRM)

Sin embargo, meses más tarde, Trotsky, el hombre que ayudó a fundar el Ejército Rojo de la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), quien estuvo preso en más de una ocasión en Siberia, quien fue Comisario de Guerra, fue asesinado por la confianza que le tuvo a un hombre, el cual lo asesinó no con una arma de fuego sino con una herramienta: piolet o piqueta de montañismo.

La prensa mexicana cubrió el asesinato de Trotsky
(Foto: Gobierno de México/AGN)
La prensa mexicana cubrió el asesinato de Trotsky (Foto: Gobierno de México/AGN)

Parte de los detalles sobre el ataque y muerte de Trotsky fueron documentados de primera mano por un hombre que es considerado uno de los primeros y más relevantes reporteros de nota roja en México, Eduardo Téllez Vargas, también conocido como El Güero, quien logró infiltrarse en el hospital para cubrir el caso de Trotsky.

Desde que hubo una ráfaga de balas en la casa donde vivía Trotsky, Eduardo Téllez junto con su colega fotógrafo fueron al sitio: calle de Viena 19, en Coyoacán, pues uno de sus informantes de la Cruz Verde le había hablado por una fuerte balacera por la cual fueron solicitadas varias ambulancias.

Incluso el periodista describió al ex líder soviético como un hombre simpático de buen humor y con una mirada de lince: “Debía medir 1.65 metros; a pesar de sus casi 62 años, tenía una gran fortaleza, mirada de lince, penetrante, de ojos azules, y hablaba con fluidez el español, aunque con acento. En su trato era muy simpático, con un gran sentido del humor y poseía un extraordinario control de sí mismo”.

"El Güero" Téllez describió a Trotsky como un hombre con buen humor 
(Foto: Gobierno de México/AGN)
"El Güero" Téllez describió a Trotsky como un hombre con buen humor (Foto: Gobierno de México/AGN)

La muerte de Trotsky y el trabajo de Eduardo Téllez

Ramón Mercader, de origen español, fue el hombre que asesinó a Trotsky, el responsable del crimen ya había usado otros alias: Frank Jackson, cuando se hizo pasar como un hombre originario de Canadá y Jacques Mornard, de origen belga. La forma en que consiguió atacar a León Trotsky fue muy diferente del ataque armado, pues para acercarse a su víctima logró enamorar a una asistente de Trotsky: Sylvia Ageloff.

De esta manera logró pasar desapercibido en la casa, sitio que contaba con guardias que cuidaban la seguridad del ex líder militar. Además, Mercader ya había convivido con Trotsky y en una ocasión se reunieron en un despacho con el objetivo de corregir un artículo. El hombre que hacia correcciones no sabía que sus horas estaban contadas.

“Ramón se sitúa a espaldas de Trotski. A pesar de que es un fanático estalinista, el pánico lo domina. Pero bien sabe que no tiene escapatoria, pues Stalin no perdona a todo aquel que osa incumplir una de sus órdenes […] se debate consigo mismo. Un sudor helado le resbala por las sienes. Entonces, de repente, concluye que lo mejor es terminar lo más pronto posible su cometido y largarse de ahí” (Gaceta UNAM).

Para cubrir la muerte de Trotsky, Téllez se hizo pasar por agente del MP y también por médico
(Foto: Gobierno de México/AGN)
Para cubrir la muerte de Trotsky, Téllez se hizo pasar por agente del MP y también por médico (Foto: Gobierno de México/AGN)

El ataque contra Trotsky fue el inicio de la labor periodística de Eduardo Téllez y para lograr su cometido tuvo que hacerse pasar primero por un agente del Ministerio Público, pero no solo eso, sino que también se vistió como doctor y llegó a un sitio donde ningún otro reportero estuvo.

Sus acciones dieron frutos, primero porque tras hacerse pasar por un oficial pudo lograr fotografiar el arma con la que atacaron a Trotsky, este último fue atendido por la Cruz Verde, lugar al que no le dejaron entrar. Por lo que el periodista tuvo que pensar en otra manera y se le ocurrió fingir un infarto y así acceder al sitio donde estaba siendo intervenido Trotsky.

Su maniobra funcionó, pues tras su presunto ataque cardiaco una ambulancia de la Cruz Verde lo llevó al sitio donde quería estar, ya dentro de las instalaciones se vistió de doctor y estuvo presente en la operación de Trotsky. Para el 21 de agosto, día de la muerte de Trotsky, el periodista también estaba ahí.

El medio donde Téllez trabajaba no le permitió firmar su crónica, pero en el extranjero sí recibió el crédito 
(Foto: Gobierno de México/AGN)
El medio donde Téllez trabajaba no le permitió firmar su crónica, pero en el extranjero sí recibió el crédito (Foto: Gobierno de México/AGN)

Durante el ataque y muerte de Trotsky Eduardo Téllez trabajaba en Novedades, periódico el cual no le permitió firmar la crónica de lo sucedido, debido a que el medio tenía la idea que si un periodista se hacía famoso entonces podría exigir una mayor remuneración por su labor. Aunque en el extranjero sí le dieron crédito a su trabajo pues en Inglaterra, el medio London Times sí publicó la crónica de Téllez íntegra, con todo y la firma de su autor.

Gladys Cruz Leyva en su tesis de licenciatura, la cual trata parte del trabajo de Eduardo Téllez rescata las palabras de José Ramón Garmabella, reportero y criminalista que se expresó así de El Güero:

“A través de charlas sin fin, siempre frente a una taza de café, supe de las anécdotas que había vivido este hombre. Como por ejemplo aquella, cuando no reparó en ostentarse como agente del Ministerio Público en la fortaleza coyoacanense de León Trotsky para conseguir que el fotógrafo imprimiera la placa del piolet homicida”.

"El Güero" Téllez y Trotsky
(Foto: Archivo)
"El Güero" Téllez y Trotsky (Foto: Archivo)

Según relata Cruz Leyva en su trabajo de investigación titulado Los mejores casos de nota roja en México de 1940 a 1971 cubiertos por el reportero de policía Eduardo Téllez Vargas, el periodista con sus investigaciones ayudó a aclarar robos o asesinatos y en algunos casos también ayudó a liberar de la cárcel a personas inocentes.