El pueblo de 35 kilómetros de extensión que no para de aumentar su población

Santa María de la Alameda tiene una extensión de 35 kilómetros de punta a punta. Se localiza a 70 kilómetros de la capital española y una parte de la región se inserta en la Comunidad castellanoleonesa. El territorio se divide en ocho términos (La Estación de Santa María de la Alameda, Robledondo, La Paradilla, Las Herreras, Navalespino, La Hoya, El Pimpollar y Santa María), una configuración que le que ha dotado de una particularidad única: uno de sus enclaves se halla completamente rodeado por tierras pertenecientes a la comunidad autónoma de Castilla y León.

Este particular enclave se extiende por más de 12 kilómetros, rodeado por tierras que pertenecen a las provincias de Ávila y Segovia, aunque su jurisdicción corresponde a la Comunidad Autónoma de Madrid. En la actualidad, esta “isla” madrileña permanece deshabitada y está en manos de una familia que la utiliza principalmente para la cría de ganado. Su acceso está restringido y solo es posible visitarla previa solicitud de permiso a sus propietarios, atravesando una pista forestal de tierra. En este contexto, las raíces de Santa María de la Alameda se hunden en el siglo XV y desde entonces y hasta ahora, el municipio se ha mantenido muy ligado a la ganadería.

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La población de este municipio ha experimentado un importante cambio durante los últimos años. Antes de 2020, la localidad apenas superaba los 1.000 habitantes, pero en la actualidad, el censo roza los 1.500. Este aumento, que se opone a la tendencia habitual de las zonas rurales, se debe en gran medida a un aumento del número de nacimientos, que ha elevado la proporción de menores en casi un 20%. Además, durante la temporada estival, la localidad multiplica su población, gracias en parte a la creciente oferta de casas rurales en la zona.

Así, el crecimiento demográfico ha llevado a la formulación de diversos objetivos destinados a mejorar la calidad de vida de los residentes actuales y a atraer a nuevos habitantes. Una de las metas clave del gobierno actual es implementar un servicio de transporte tipo microbús que conecte los diferentes sectores del pueblo, facilitando así la movilidad y acortando la distancia de 35 kilómetros que separa los extremos de Santa María de la Alameda.

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Los privilegios naturales del pueblo son uno de sus principales atractivos turísticos. En los alrededores dela localidad se despliegan numerosas rutas de senderismo y miradores que ofrecen vistas privilegiadas del oeste de Madrid. Uno de los más destacados es el del puerto de la Cruz Verde, conocido punto de encuentro para motoristas.

Además, el pueblo ofrece otros atractivos como la iglesia, la antigua estación de ferrocarril, los imponentes puentes de Recondo y Mocha, y el histórico potro de herrar. Ubicado a 1.409 metros sobre el nivel del mar, este enclave ofrece a sus visitantes con su rica oferta cultural y sus paisajes impresionantes.