Anthony Bourdain en Tijuana y Tepito: “Dejemos de catalogar a México como un semillero de violencia”

El cocinero estrella de la televisión, que hace cuatro años se suicidó en un hotel de Francia, siempre tuvo una inclinación y una especie de fascinación por México y su comida

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Alguna vez dijo que prefería comer en Tijuana en lugar de San DIego (Foto: Travel Channel)
Alguna vez dijo que prefería comer en Tijuana en lugar de San DIego (Foto: Travel Channel)

Hace cuatro años, Anthony Bourdain se ahorcó en la habitación de un hotel de Estrasburgo, Francia, llevándose consigo los motivos que llevaron al cocinero estrella de la televisión a tomar esa decisión. Sólo dejó algunas pistas, inconexas pero relevadoras, como el hecho de que en sus memorias confesara que “estaba completamente deprimido... en la cama todo el día, inmovilizado por la culpa, el miedo, la vergüenza y el arrepentimiento”.

Las cocinas de México, Argentina, Uruguay, Omán, Nigeria y Armenia fueron solo algunas de las centenares de gastronomías que el chef neoyorquino acercó a millones de hogares alrededor del globo a lo largo de su dilata carrera televisiva, que siempre estuvo marcada por su carácter irreverente.

“¿Realmente queremos viajar en papamóviles herméticamente cerrados a través de las provincias rurales de Francia, México y el Lejano Oriente comiendo solo en Hard Rock Cafe y McDonald´s?”, se preguntaba Bourdain en uno de sus libros más famosos, Confesiones de un chef. “¿O queremos comer sin miedo, devorando el guiso local, la humilde carne misteriosa de la taquería?”.

Precisamente Bourdain siempre tuvo una inclinación y una especie de fascinación por México y su comida. Incluso, en plena crisis xenófoba por la construcción del muro fronterizo de Donald Trump, se consideró abiertamente un defensor de los mexicanos, pues aseguraba que ellos eran el corazón de la industria culinaria estadounidense.

El chef siempre tuvo comentarios por la cocina mexicana (Foto: archivo)
El chef siempre tuvo comentarios por la cocina mexicana (Foto: archivo)

Un defensor de los mexicanos

El 28 de mayo de 2012, en medio de la campaña por la presidencia de México y la condena internacional por la controvertida Guerra contra las Drogas, que de enero de 2006 a mayo de 2021 contabilizó alrededor de 350 mil personas asesinadas, el chef estadounidense viajó a Tijuana, que entonces era considerada una de las ciudades más peligrosas del país, para grabar un capítulo de su programa Anthony Bourdain: No Reservations.

Años antes, la ciudad había sido cuna del Cártel de Los Arellano Félix y por su posición geográfica un importante acceso a los Estados Unidos y un puerto de entrada y salida hacia Asia, lo que la convierte en un mundo de posibilidades para para los traficantes de todo el mundo que quieran aumentar su área de influencia.

Sin embargo, Bourdain hizo a un lado el tema de la violencia e invitó a hacer una reflexión de cómo la ciudad dejó de preocuparse por atender los vicios de los estadounidenses para entrar en un proceso de “renacimiento” en la escena culinaria. Incluso invitó a dejar de catalogar la ciudad como un semillero de violencia y empezar a observarlo como un sitio turístico.

“Nuestro patio trasero (dijo en tono sarcástico) está floreciendo de nuevo, y ver este espectáculo hará que quieras divertirte en él”
El popular barrio de Tepito recibió al famoso chef (Foto: Cuartoscuro)
El popular barrio de Tepito recibió al famoso chef (Foto: Cuartoscuro)

En el corazón del barrio bravo

Dos años después, cuando ya trabajando para la cadena CNN, Bourdain volvió a tratar el tema de la violencia en México, pero esta vez en otro destino turístico: Cuernavaca, Morelos, en el centro del país. El tono era diferente y sus entrevistas estaban relacionadas con los cuerpos cortados en pedazos que aparecían en la calles y la venta de drogas.

Todos los días México se levanta a contar los muertos… desde 2006 han muerto más civiles en México que los muertos en 10 años en la guerra de Vietnam y en 8 años en Irak.”, expresó Bourdain.

Otro sitio al que fue Bourdain, tristemente famoso por sus índices de violencia, fue Tepito en la Ciudad de México, mejor conocido como el Barrio Bravo, el cual tiene fama de ser uno de los más peligrosos de la capital mexicana, pues considerado como el gran centro neurálgico de la distribución de drogas y cuna de organizaciones peligrosas como La Unión Tepito.

Sin embargo, pese a los estigmas, el chef estadounidense no tuvo reparo en acudir al barrio para degustar su comida, concretamente la de Migas de La Güera, un caldo con pan blanco y hueso de pierna de puerco. También aprovechó su visita para recorrer las calles del peligroso barrio y comprar una de las míticas micheladas con chile en polvo, tomar mezcal y hasta visitar el altar de la Santa Muerte.

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