México enfrenta una severa ola de calor que no solo ha puesto en alerta a la población debido a las elevadas temperaturas, sino que también ha resaltado la necesidad de proteger a los animales domésticos y de otras especies, advirtiendo sobre el riesgo que representa mantenerlos en condiciones inadecuadas, como es el caso de aquellos que se encuentran en azoteas.
Los expertos en cuidado animal alertan que, ante el calor extremo, perros, gatos y otras especies pueden experimentar reacciones adversas que podrían comprometer seriamente su bienestar y, en el peor de los casos, resultar fatales. Este tipo de situaciones, además, podría encuadrarse dentro de lo que se considera maltrato animal, infligiendo no solo daño a los seres vivos sino también exponiendo a los propietarios a consecuencias legales.
La legislación mexicana, en su Ley de Protección Animal, contempla medidas específicas contra el maltrato animal, señalando que mantener a los animales en espacios que se consideren indignos o inapropiados por las circunstancias climáticas se clasifica como una forma de maltrato. Esta ley subraya la importancia de asegurar un entorno adecuado que respete la integridad y el bienestar animal.
¿Qué sanción tendrá la persona por tener perros en la azotea?
Artículo 24. Se consideran actos de crueldad y maltrato que deben ser sancionados conforme lo establecido en la presente Ley y demás ordenamientos jurídicos aplicables, los siguientes actos realizados en perjuicio de cualquier animal, provenientes de sus propietarios, poseedores, encargados o de terceros que entren en relación con ellos: IV. Todo hecho, acto u omisión que pueda ocasionar dolor, sufrimiento, poner en peligro la vida del animal o que afecten el bienestar animal.
En un plano más específico, el Código Penal de la Ciudad de México estipula sanciones para aquellos que causen lesiones a los animales, las cuales pueden ir desde los 6 meses hasta los 2 años de prisión, acompañadas de multas que oscilan entre los 50 y los 100 días de salario. En casos donde el maltrato resulte en la muerte del animal, las penas se endurecen, llegando a contemplar de 2 a 4 años de prisión y multas de 200 a 400 días de salario.
Es fundamental, por tanto, que los propietarios procuren un ambiente fresco y templado para sus animales, particularmente durante estas oleadas de calor, prestando especial atención a su hidratación y al pelaje que, en muchas especies, sirve como aislante térmico. En caso de observar síntomas de estrés por calor o cualquier otra afección relacionada con las altas temperaturas, es imprescindible la consulta inmediata con un profesional veterinario para asegurar la salud y bienestar del animal.
Esta situación no solo pone de manifiesto la vulnerabilidad de los animales ante fenómenos climáticos extremos, sino que también recuerda a la sociedad sobre la responsabilidad colectiva de proteger a todos los seres vivos y el imperativo ético y legal de proporcionarles un cuidado adecuado.