El agente que trabajó en los fichajes de Messi y Maradona al Barcelona revela cómo el club rechazó a Julián Álvarez: “Les pregunté cómo se les había ocurrido”

Josep María Minguella también sugirió la contratación de Mbappé cuando estaba en Mónaco. “Se decantaron por traer a Ousmane Dembélé y a Philippe Coutinho, que no funcionaron”, contó

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Minguella y sus recomendados Maradona, Messi y Julián Álvarez
Minguella y sus recomendados Maradona, Messi y Julián Álvarez

Josep María Minguella se dice “retirado” del mundo del fútbol, pero luego acepta que eso es imposible y que si aparece un jugador que sabe que es bueno, lo seguirá recomendando al Barcelona, club en el que lleva más de setenta años de socio. El mismo agente que llevó a Diego Maradona y a Lionel Messi al Barcelona, cuenta por qué, pese a que recomendó a Julián Álvarez y a Kylian Mbappé, esos pases no se materializaron, y tiene una clara respuesta sobre las sociedades anónimas en la Argentina, la llegada del brasileño Víctor Roque como refuerzo azulgrana, y sobre el fallo del tribunal europeo sobre la Superliga.

-Usted intentó llevar a Julián Álvarez al Barcelona, pero eso no funcionó. ¿Puede contar cómo es que ocurrió?

-Sí, eso fue hace dos años. Él todavía era jugador de River y estaban hechos los contactos, por gente con la que yo estoy relacionado, y yo comenté en el Barcelona, además, que era por un monto asequible para el club, unos 20 a 22 millones de euros. Llegué a hablar con la dirección técnica del club, que atraviesa muchos problemas económicos y financieros, pero incluso se les proponía un financiamiento a cinco años. Sin embargo, acabaron contratando a Ferrán Torres, del Manchester City, por 60 millones de euros. Les pregunté cómo se les había ocurrido esto.

-Y Julián Álvarez acabó siendo figura en el Manchester City.

-Claro. No lo hizo el Barcelona y vino el Manchester City, que me consta que tiene contactos en la Argentina, y se lo llevó. Es que allí en Buenos Aires está Joan Patsy, el ex periodista de TV3 de Cataluña, muy amigo de Johan Cruyff, de Txiki Beguiristain y de Pep Guardiola, que se casó con una argentina y vive en Buenos Aires y que supongo que debe colaborar y debe ser el mismo que ahora se lleva al City al chico Claudio Echeverri. También supongo que una vez hecho el contacto, gente del departamento técnico del club habrá ido a verlo jugar. Hoy las características del mercado son más claras.

-Usted también le había ofrecido al Barcelona a Kylian Mbappé. ¿Qué pasó para que dijeran que no?

-Mbappé todavía jugaba en el Mónaco, antes del PSG y luego de una gran temporada del equipo, el club empezó a vender a sus jugadores y me llegó entonces la información de que Mbappé iba a salir. En ese momento me comuniqué con su padre, que fue muy amable y concluyente. Me dijo “cuando el Barcelona tenía arriba a Messi, Suárez y Neymar, no queríamos ir porque Kylian no iba a tener posibilidades de regularidad, pero ahora estamos interesados”. Fue cuando el Barcelona recibió los 222 millones de euros por Neymar, cuando el PSG pagó la cláusula de rescisión. En aquel momento, hablé con la Comisión Directiva. Recuerdo haber hablado con Silvio Elías y con Javier Bordas, que llegó a comunicarse otra vez con el padre de Mbappé, pero al final se decantaron por traer a Ousmane Dembélé y a Philippe Coutinho, que no funcionaron.

-¿Pero qué explicación le dieron?

-Que parece que la parte técnica decidió que Dembélé encajaba mejor para el sistema de juego del equipo.

-Qué pifiada, ¿no?

-En fútbol, como en la vida, hay decisiones que parecen evidentes pero que, en todos los casos, se trata de decisiones personales de los que están al frente de un club. Hay que acertar en ese momento y para eso, se necesita gente experta en ver jugadores que no son propios y entender si son o no para el futuro del club, porque es bueno ir a ver a tu equipo, sentarse en una platea, pero ver jugadores ajenos es una especialidad. No es fácil. Yo tengo más de setenta años de socio del Barcelona y estoy retirado, pero si veo un jugador que me puede parecer interesante, lo ofrezco.

-Parece increíble que el Barcelona haya cometido un error de este calibre.

-Es que yo creo que la salida de Neymar fue un problema y siempre ocurre cuando hay una entrada fuerte de dinero no previsto, como fue su pase al PSG, o anteriormente, cuando Luis Figo se fue al Real Madrid, que también pagó su cláusula. Lo más fácil es gastarse el dinero en estrellas, pero muchas, luego, no rinden. Lo que hay que tener como dirigente es la tranquilidad de pararse y poner, mientras tanto, el dinero en el banco. Pero no. Termina primando, muchas veces, la idea de taponar el golpe moral de la salida de una estrella con jugadores de mucho renombre.

-Por si faltara poco, ¿usted estuvo relacionado también con la llegada al Barcelona de Ansu Fati?

-Bueno, eso lo manejó mi hijo. Él fue quien lo trajo de Sevilla al Barcelona. Conocí tanto al chico como a su padre, y creció hasta llegar al primer equipo, y ahora está en la Premier League.

-¿Por qué cree que pasan estas cosas en el Barcelona?

-El Barcelona está atravesando desde hace años una situación complicada. Con los pases de Dembélé, Coutinho y (Antoine) Griezmann se produjo un importante agujero en las arcas y, cuando no hay dinero, empiezan las dificultades para fichar y se comienza a buscar a jugadores a préstamo para reforzar el plantel en vez de traer a jugadores de nivel. Esta situación económica delicada termina dando como resultado un equipo discreto que en la temporada pasada ganó la liga con una campaña práctica de ganar la mayoría de los partidos por 1-0. En estos años hubo continuos cambios de entrenadores y varias eliminaciones de Champions en la fase de grupos. Hay que rehacerse de esto y volver a jugadores de alto nivel y una mejor situación económica.

-Ahora llegó el brasileño Víctor Roque y hay mucha ilusión en lo que pueda hacer.

-Víctor Roque tiene 18 años y se habló de 60 millones de euros por su pase y eso es, como mínimo, arriesgado y tampoco sé cómo lo van a pagar, pero claro, la primera parte de esta temporada fue decepcionante, irregular, y se necesitaba un revulsivo. Se trata de un chico joven, que genera expectativas, pero hay que tener cuidado porque lo pueden llegar a quemar en tres semanas. Tiene buenas cualidades en ataque, pero no hay que ponerlo en aprietos. Ojalá sea de ayuda futbolística para el Barcelona. Hay que ver cómo se adapta. Es un chico que sólo jugó en Brasil, hasta ahora.

Minguella con Maradona y Hristo Stoichkov (@minguellajm)
Minguella con Maradona y Hristo Stoichkov (@minguellajm)

-Usted es un hombre de una larguísima trayectoria en el fútbol y que tiene una amplia visión de lo que ocurre en él. Acaba de salir el fallo del Tribunal de Justicia europeo sobre la Superliga. ¿Hacia dónde va Europa?

-Lo que el fallo dice es que la UEFA ya no tiene más la exclusividad para organizar torneos, o sea que no hay más monopolio, ya sea para organizar una Superliga u otros campeonatos. Lo que yo noto es que hay un desenfreno en la cantidad de partidos por temporada. Se habla ya de más partidos en los torneos europeos, la FIFA acaba de confeccionar un nuevo Mundial de Clubs de 32 equipos, y entre la UEFA, la FIFA y las selecciones nacionales hay tantas competiciones que los jugadores no pueden dar más de sí. Fíjese ahora la situación de los planteles del Barcelona y el Real Madrid: los dos cuentan con cuatro a cinco lesionados. Los jugadores no son máquinas y necesitan tiempo de recuperación y al no tenerlo, los partidos van a perder nivel por la ausencia de muchos jugadores de calidad.

-O sea que usted ve el problema más por el lado de la carga de los jugadores, algo que ya manifestó el FIFPRO, el sindicato mundial de futbolistas.

-Sí, la Superliga es un torneo más pero hay que preguntar, a cambio, qué van a suprimir, y además, en Europa hay trescientos clubes y entonces, hay que preguntarse qué va a pasar con el resto, con los que no jueguen este torneo. Por eso le digo: romper el monopolio es un hecho, pero el desgaste fñisico de los jugadores es muy importante para debatir. Hoy, los jugadores en cada partido hacen carreras muy rápidas y largas, de 50 a 60 metros y ya de por sí, los 15 minutos de descanso entre cada tiempo parece poco. Cada organismo monta su tinglado, pero los jugadores son siempre los mismos.

-Habrá seguido esta decisión del nuevo gobierno argentino de reglamentar las sociedades anónimas deportivas (SAD). Usted conoce bien la Argentina. ¿Cómo observa esta situación?

-Argentina es un país excepcional en todos los sentidos: acogedor, te puedes encontrar fenómeno allí. Se come muy bien y el fútbol es muy importante y hay hasta doce equipos en la zona que militan en Primera División y entonces hay mucha oferta y me imagino que los que dirigen los clubes deben saber qué es lo mejor para sus entidades.

-¿Se puede hacer un paralelismo con las SAD en España?

-En España la mayoría de los clubes como asociaciones civiles sin fines de lucro acabaron en SAD porque su situación era ruinosa. Lo que sucede es que como todos quieren ganar, arriesgan más dinero de lo que podían y esos clubes estaban arruinados, por lo que el gobierno decretó el pase a SAD y se quedó con el dinero de las quinielas (apuestas). Los únicos que no fueron SAD, porque estaban en una situación administrativa correcta, fueron el Real Madrid, el Barcelona., el Athletic de Bilbao y el Osasuna. Me imagino que debe suceder algo parecido en la Argentina. Como idea, puede estar bien, pero luego tiene que haber un gran control estatal para que no se vuelva a caer en la situación anterior. Debe haber un control de lo que gastan las SAD, porque se supone que antes, el Estado las subvencionó. Pero el gran problema del fútbol es que la ilusión por ganar lleva a gastar más de lo que se puede y siempre parece que el jugador que llega va a solucionar los problemas.

-Entonces, por lo que usted cuenta, la situación no es parecida a la de la Argentina.

-Es que allí los clubes son un poco especiales, pero al final, son los socios o los dirigentes los que deben decir sí o no y habría que saber cuál es la situación económica de los clubes allí. Como le decía, se trata de un país especial. Es un país al que yo quiero, amo, pero ya a fines de los Setenta y principios de los Ochenta, cuando yo arreglé con Argentinos Juniors y Boca el pase de Diego Maradona al Barcelona, había seis tipos de cambio diferentes del dólar cada día, algo que no se entendía en Europa. Quiero decir con esto que es un país sensacional, pero con características muy especiales. Luego hicieron algo todavía más difícil, llevaron al peso a la convertibilidad uno a uno con el dólar y entonces todo tenía un costo enorme, carísimo. Por eso, es difícil comentar cosas sobre la Argentina a la distancia.

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