Concesionario de carros en Bogotá estafó a decenas de personas con falsas promesas de venta de sus vehículos

En Bogotá, un presunto esquema de estafa ligado a la venta de vehículos afectó a decenas de ciudadanos que confiaron en Autocedro, un negocio ubicado en el centro comercial Iserra 100, en el norte de la ciudad.

Los afectados se enfrentan a la desaparición de sus automóviles, los cuales fueron dejados en consignación bajo promesas de venta, mientras que la oficina del concesionario fue encontrada vacía, dejando un rastro de incertidumbre y frustración.

Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.

“Son unas oficinas grandes, con recepción. Nos vemos con uno de los asesores, él nos explica el trato, acordamos un precio por el carro”, dijo una de las personas afectadas en entrevista con Blu Radio.

La situación salió a la luz pública cuando las víctimas compartieron sus experiencias, detallando procedimientos inusuales y retrasos en los pagos acordados para la compra de los vehículos. Una de las personas afectadas describió cómo, tras acordar la venta de un carro y recibir un adelanto monetario como señal de confianza, se enfrentó a excusas sobre problemas de “flujo de caja” que resultaron en aplazamientos de los pagos.

“Nos dijeron que el desembolso del carro se hacía en dos partes. Primero, un 70 % y segundo, el 30 % restante. Nos dijeron que esos pagos solo los realizaban los días jueves y que había 30 cupos cada jueves, es decir, solamente le podían pagar a 30 clientes por jueves”, relató la víctima.

Además, se reportaron casos donde los vehículos aparecen registrados a nombre de nuevos propietarios sin que hubieran sido formalmente transferidos, lo que sugiere posibles actos de falsificación.

Los intentos de los dueños para recuperar sus vehículos o recibir el pago correspondiente han sido infructuosos. Algunos descubrieron sus autos siendo anunciados en páginas de venta en línea sin su consentimiento, enfrentándose a la indiferencia y evasión cuando intentaban comunicarse con los presuntos compradores.

Al dirigirse al parqueadero del centro comercial donde operaba este concesionario los incautos se dieron cuenta que sus carros ya no estaban allí y que además, ya se habían hecho los traspasos.

“Me doy cuenta que en el parqueadero hay más gente. Los carros que estaban ahí son los que el centro comercial alcanzó a asegurar (...) En un momento éramos 20 personas. Empecé a reunir información de otras personas y me dijeron que había algunos carros que incluso ya habían hecho el traspaso del carro de manera falsificada, de nuevos propietarios”, dijo la víctima.

La situación ha llevado a que se interpongan múltiples denuncias, exponiendo no solo la pérdida financiera sino también el impacto emocional sobre las víctimas y la necesidad de acciones legales contra los responsables.

En otro caso, una de las personas afectadas encontró la foto de su vehículo publicada a través de Facebook y al hacerse pasar por alguien interesado al principio le contestaron pero después los que hicieron la publicación bloquearon su número.

“La persona les dejó de contestar, lo bloqueó. El carro todavía sigue a nombre de mi padre, él ya hizo la denuncia”, manifestó el hijo de uno de los afectados.

El concesionario Autos del Cedro, se encuentra en el centro de la controversia tras ser acusada también de fraude laboral, al no pagar los salarios prometidos a sus trabajadores.

La denuncia, que fue presentada ante la Fiscalía, aún espera respuesta. Este caso, que fue revelado por Blu Radio, destaca las dificultades que enfrentan los trabajadores quienes, según palabras de un exasesor de la compañía, se consideran también víctimas de esta situación.

La problemática se extiende más allá del incumplimiento salarial, afectando la seguridad y estabilidad financiera de los afectados. El exasesor, en comunicación con uno de los trabajadores perjudicados, expresó su propia condición de víctima luego de haber abandonado su puesto en la empresa por motivos de seguridad.

La falta de compensación económica llevó a que se consideraran de medidas legales contra la organización, evidenciando una profunda crisis interna que, al parecer, gira alrededor de un esquema engañoso.

A su vez, se menciona la colaboración del centro comercial relacionado indirectamente con el caso, cuyo estacionamiento fue utilizado por los trabajadores. Este lugar aseguró varios vehículos tras notar la abrupta partida de la empresa, brindando así un testimonio adicional sobre la repentina desaparición de la misma. Un evento narrado por una testigo refuerza la percepción de desamparo, al observar que su vehículo aún permanecía en el lugar pese a los hechos ocurridos.

La complejidad de este caso radica en la intersección de intereses laborales, legales y de seguridad, planteando interrogantes sobre la responsabilidad empresarial y las protecciones adecuadas para los trabajadores en situaciones de fraude. Mientras tanto, la expectativa crece en torno a la respuesta de la Fiscalía y el posible curso de acción legal que tomarán las partes afectadas.