China nombró un nuevo embajador en Afganistán y se convirtió en el primer país en hacerlo bajo el régimen talibán

Ante la falta de legitimidad algunos países optaron por enviar delegados de alto rango bajo el título de “encargado de negocios”

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China nombró un nuevo embajador en Afganistán y se convirtió en el primer país en hacerlo bajo el régimen talibán (AP)
China nombró un nuevo embajador en Afganistán y se convirtió en el primer país en hacerlo bajo el régimen talibán (AP)

China se convirtió, este miércoles, en el primer país en nombrar un embajador en Afganistán bajo el régimen talibán luego de que el funcionario elegido presentada las credenciales en una ceremonia en Kabul.

“Se trata de la rotación normal del embajador de China en Afganistán y su objetivo es seguir avanzando en el diálogo y la cooperación” entre los países, indicó el Ministerio de Exteriores de Beijing en un comunicado en el que resaltó que “la política de China hacia Afganistán es clara y coherente”.

El embajador Zhao Sheng llegó al Palacio Presidencial escoltado por un convoy policial y fue recibido por tropas uniformadas. Allí, se reunió con altos cargos talibanes -entre ellos Mohammad Hasan Akhund, que encabeza la administración del país, y el ministro de Asuntos Exteriores, Amir Khan Muttaqi- en lo que fue una ceremonia lujosa y poco habitual.

Tras la lujosa ceremonia los talibanes sostuvieron que se trata de “un paso importante con un mensaje importante” ya que es "una señal para que otros países se acerquen e interactúen con el Emirato Islámico" (AP)
Tras la lujosa ceremonia los talibanes sostuvieron que se trata de “un paso importante con un mensaje importante” ya que es "una señal para que otros países se acerquen e interactúen con el Emirato Islámico" (AP)

Muttaqi celebró este hecho y lo consideró “un paso importante con un mensaje importante”. “Es una señal para que otros países se acerquen e interactúen con el Emirato Islámico. Debemos establecer buenas relaciones como resultado de las buenas interacciones” ya que con ellas “podemos resolver todos los problemas que tenemos por delante o que vendrán en el futuro”, sumó por su parte el principal portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid.

Los talibanes tomaron el poder de Afganistán en agosto de 2021 tras la retirada de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN. La comunidad internacional mantiene sanciones sobre sus líderes y se niega a reconocerlos como gobernantes legítimos del país. Es por ello que, desde entonces, ningún país había nombrado a un embajador allí.

En su lugar, algunas naciones mantienen a sus diplomáticos que asumieron el cargo antes de los sucesos de 2021 y, en otros casos, se optó por el envío de misiones con delegados de alto rango bajo el título de “encargado de negocios”, que no requiere la presentación de las credenciales ante las autoridades anfitrionas. Este fue el caso de Pakistán y la Unión Europea mientras que China nombró oficialmente un sucesor para Wang Yu, quien estaba al frente de la Embajada desde 2019.

Desde su toma del poder en 2021, ningún país había nombrado a un embajador en Afganistán (REUTERS)
Desde su toma del poder en 2021, ningún país había nombrado a un embajador en Afganistán (REUTERS)

Si bien desde Beijing se negaron a decir si se trata de alguna forma de mayor reconocimiento hacia los talibanes, sí instaron a mantener un diálogo con el país y a participar en la búsqueda de un marco político integrador junto con políticas moderadas. Algunos países deben “extraer lecciones” y abandonar la doble moral en su lucha contra el terrorismo, devolver al país sus activos en el extranjero y levantar las sanciones, dijeron a continuación.

De todas formas, las buenas relaciones entre el Beijing y Kabul no son una novedad.

En julio, empresarios chinos de la compañía Fan China Mining Processing and Trading mantuvieron un encuentro con el primer ministro talibán, Mawlawi Abdul Kabir, en el Palacio Presidencial, en el que anunciaron una inversión por USD 350 millones en el sector de la generación de energía, el cemento y la atención sanitaria. Estos, sumados a las iniciativas de minería y otros servicios públicos, son parte de los planes de Xi Jinping por hacerse con el control de algunos de los valiosos recursos del país.

(Con información de Reuters y AP)