(corrige errata en la palabra reconstrucción en el título)
París, 5 may (EFE).- Los investigadores reconstruyeron este domingo en la ciudad de Nanterre, en el extrarradio de París, la muerte por el tiro de un policía del joven Nahel Merzouk, que desencadenó una ola de disturbios de varios días en una gran cantidad de zonas urbanas de Francia a comienzos del pasado verano.
La reconstitución, con la que se trata de determinar si se verifica o no la versión del brigadier Florian M., que dice que disparó en legítima defensa, comenzó a partir de las 9.00 de la mañana en un perímetro en torno a la plaza Nelson Mandela de Nanterre que había sido establecido por las fuerzas del orden para mantener alejados a periodistas y curiosos.
Tanto Florian M. (38 años) como el otro agente que le acompañaba como pareja en una patrulla de motoristas el 27 de junio de 2023, cuando se produjo aquel suceso, iban este domingo encapuchados para que no se les reconociera y con chalecos antibala para evitar posibles ataques desde el vecindario.
Los dos están imputados por homicidio involuntario y participaron en esta operación judicial asistidos por sus abogados. El primero estuvo en prisión preventiva durante cinco meses y después salió en libertad bajo control policial.
También intervinieron en la reconstitución los dos jóvenes que se encontraban en el Mercedes que el día de autos conducía Nahel Merzouk, quien tenía al morir 17 años y era de ascendencia magrebí.
Así como una mujer que se encontraba en los alrededores y grabó con su teléfono el incidente, incluido el momento en que se produjo el disparo.
Uno de los puntos que se pretenden elucidar es, si como afirman los amigos que estaban con Nahel en el coche, antes de ser tiroteado éste recibió un golpe con la culata del arma de Florian M., algo que el interesado niega. También cuál fue el diálogo entre unos y otros.
La muerte del joven, que tenía antecedentes y conducía sin carné (no tenía la edad) se produjo después de que los dos motoristas de la policía estuvieran durante varios minutos persiguiendo el Mercedes, que conducía peligrosamente por las calles de Nanterre, se había saltado un primer control policial y varios semáforos en rojo.
Cuando quedó parado por un atasco de la circulación, los dos agentes bajaron de sus motos y exigieron a Nahel que parara el motor encañolándolo con un arma.
A partir de ahí, las versiones varían y la del policía sobre el uso del arma en legítima defensa quedó al menos parcialmente en entredicho con el vídeo que rápidamente se filtró a las redes sociales. El hecho es que el Mercedes arrancó y hubo un tiro mortal.
Ese episodio, de delincuencia para unos, de violencia policial para otros, desencadenó una oleada de protestas y disturbios durante los siguientes días que se extendieron por todo el país durante los que fueron incendiados miles de coches y de edificios, en particular de servicios públicos.
Cerca de 3.800 personas fueron detenidas por su participación en los altercados, en su inmensa mayoría muy jóvenes y con un proporción significativa de menores de edad.
En las semanas siguientes hubo cientos de juicios y antes del final del verano 1.800 fueron condenados a penas de cárcel y el 90 % de ellos tuvieron que ingresar en prisión. EFE
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