Una cerveza antes de morir a golpes: cuál será la pericia clave para esclarecer el crimen del joven de La Matanza acusado de robo

Ocurrió el domingo pasado en Villa Celina y por el hecho fueron detenidos dos hermanos. Para el fiscal Matías Folino se trata de un homicidio simple tras una riña: los acusados y la víctima bebían juntos minutos antes del ataque fatal. Qué declaró el padre de la víctima

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Como Maximiliano Thomsen: una de las zapatillas con manchas de sangre secuestradas a los detenidos (Inforbano)
Como Maximiliano Thomsen: una de las zapatillas con manchas de sangre secuestradas a los detenidos (Inforbano)

Agustín Ezequiel Mansilla, un joven de 21 años murió tras haber sido atacado a golpes y puñaladas el domingo pasado en Villa Celina, La Matanza, por vecinos que lo acusaron de robar un teléfono celular y dinero.

Por la muerte del sospechoso fueron detenidos dos hermanos de 34 y 27 años, señalados por el padre de Mansilla. Ambos hermanos, identificados como “Pancho y Roberto”, de nacionalidad boliviana, continúan detenidos en una causa a cargo del fiscal Matías Folino, de la UFI de Homicidios matancera.

Por lo pronto, el fiscal Folino considera al hecho un homicidio simple, aseguraron fuentes del caso a Infobae. “Los hermanos declararon el lunes, aseguraron que no lo quisieron matar. Dijeron que Mansilla les había robado. La víctima, momentos antes, estaba con ellos tomando alcohol”, afirman investigadores.

El robo en sí “ni siquiera está claro, si ocurrió o no ocurrió, o si fue todo una gran confusión producto del estado de ebriedad en el que estaban”, continúan.

Así, la pericia toxicológica al cuerpo de la víctima y a los acusados será una clave para esclarecer el hecho. Mientras tanto, está la declaración del padre de la víctima, una clave en la causa.

Qué declaró el padre de la víctima

Ante policías de la Bonaerense, el hombre seguró que llegó de trabajar en la noche del domingo para ver a Agustín en la cancha de fútbol de la calle Manantiales bebiendo junto a una serie de vecinos, “Iceberg, Pati, Pancho y Robert”, los describió. “Pancho y Roberto”, los hoy detenidos, eran los más borrachos, aseguró. Agustín, aseguró, les recriminó que estaban bebiendo las cervezas destinadas a ser vendidas en la canchita. Poco después, Agustín regresó a su casa, agitado, aseverando que “le habían querido robar”.

Poco después, oyó gritos en su puerta. “Abrime la puerta, que salga tu hijo, que nos quiso hacer robar”, dijo un grito. Comenzó a oír golpes en su puerta, realizados con un cascote. La puerta terminó rota. Los gritos, afirmó el padre, correspondían a “Pancho y Roberto”, que entraron y se trenzaron en lucha con Agustín, que tomó un cuchillo para defenderse. “Hijo de puta, te vamos a matar, nos mandaste a robar”, gritaban en pleno ataque.

El arma que usaron para atacarlo fue, de acuerdo al relato, una botella de cerveza. Luego, le arrebataron el cuchillo y lo apuñalaron. Desesperado, el padre intentó contener la agresión. No pudo: la agresión de “Pancho y Roberto” era demasiada.

Tras dejar moribundo a Agustín, ambos sospechosos huyeron. El crimen fue reportado al 911. El propio padre de Agustín reconoció a ambos sospechosos en una foto.

Los crímenes de este tipo marcaron el calendario bonaerense de la muerte en lo que va del año: los ajustes de cuentas y las muertes por rencores y peleas ocasionales son una constante en jurisdicciones como La Matanza y La Plata. El crimen de Agustín Mansilla es casi idéntico al de Ariel Toledo, ocurrido a comienzos de marzo en una cancha de fútbol de General Rodríguez. Ariel fue asesinado tras una pelea. Su cuerpo luego fue quemado y hallado bajo un arco de la cancha barrial por los investigadores.

El cuerpo, descubrió el Comando de Patrullas al llegar, estaba en llamas. La autopsia posterior determinó que Toledo había recibido dos puñaladas en el pecho.