Alimentos anticancerígenos, una clave para evitar alarmante escenario previsto por la OMS en los próximos años

La OMS prevé más de 35 millones de nuevos casos de cáncer en 2050, 15 millones más respecto a sus estadísticas en 2022

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Close-up of a woman holding a bowl with freshly harvested vegetables. (Getty)
Close-up of a woman holding a bowl with freshly harvested vegetables. (Getty)

La relación entre la alimentación y la salud es un tema que ha cobrado cada vez más relevancia en los últimos años. Es bien sabido que lo que comemos puede afectar significativamente diversos aspectos de nuestro bienestar, incluido el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como las enfermedades cardíacas, la diabetes y, particularmente, el cáncer.

El cáncer es una de las principales preocupaciones de salud a nivel mundial, y la evidencia científica sugiere que la dieta puede desempeñar un papel fundamental en su prevención. Si bien es cierto que no existe una dieta milagrosa que pueda garantizar la prevención total del cáncer, incorporar ciertos alimentos con propiedades específicas en nuestra alimentación diaria puede contribuir a reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad.

Adoptar hábitos saludables tienen una singular relevancia después de que la Organización Mundial de la Salud dio a conocer una proyección alarmante sobre esta enfermedad. Con base a estadísticas del organismo vinculado a Naciones Unidas, “se prevén más de 35 millones de nuevos casos de cáncer en 2050, lo que supone un aumento del 77% con respecto a los 20 millones de casos estimados en 2022″.

En su reporte, la OMS puntualiza que el aumento exponencial de casos tiene múltiples causas: “El rápido crecimiento de la carga mundial de cáncer refleja tanto el envejecimiento como el crecimiento de la población, así como los cambios en la exposición de las personas a los factores de riesgo, varios de los cuales están asociados al desarrollo socioeconómico”.

Si bien hay múltiples causas, especialistas en la salud recomiendan dar un vuelto hacia una dieta saludable que incluya alimentos con propiedades anticancerígenas respaldadas por la investigación científica.

Alimentos de la dieta mediterránea (Shutterstock)
Alimentos de la dieta mediterránea (Shutterstock)

Alimentos con propiedades anticancerígenas respaldadas por la investigación científica

Brócoli: Este vegetal crucífero es rico en sulforafano, un compuesto vegetal que ha demostrado tener potentes propiedades anticancerígenas. Estudios en animales han mostrado que el sulforafano puede ayudar a reducir el tamaño y la cantidad de células cancerosas en varios tipos de cáncer, incluido el de mama y próstata.

Zanahorias: Consumir zanahorias regularmente puede estar asociado con un menor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como el de estómago, próstata y pulmón. Estos beneficios se atribuyen a su alto contenido de compuestos antioxidantes, como los carotenoides.

Frijoles: Los frijoles son una excelente fuente de fibra, la cual ha demostrado tener efectos protectores contra el cáncer colorrectal. Estudios en animales sugieren que el consumo de frijoles puede ayudar a prevenir la formación de tumores en el colon.

Bayas: Las bayas, como los arándanos y las frambuesas, son ricas en antioxidantes, como las antocianinas, que pueden ayudar a inhibir el crecimiento de células cancerosas. Estudios preliminares en humanos y animales han mostrado resultados prometedores en la prevención del cáncer mediante el consumo regular de bayas.

Canela: Además de sus conocidos beneficios para la salud, como la regulación del azúcar en sangre, la canela también ha demostrado tener propiedades anticancerígenas en estudios de laboratorio. Se ha observado que la canela puede inhibir la propagación de células cancerosas en varios tipos de cáncer.

Frutos secos: Diversos estudios epidemiológicos sugieren que el consumo regular de frutos secos puede estar asociado con un menor riesgo de padecer cáncer, especialmente de colon, pancreático y endometrial. Se cree que los antioxidantes y otros compuestos bioactivos presentes en los frutos secos pueden contribuir a este efecto protector.

El aceite de oliva ha sido objeto de numerosos estudios que sugieren un efecto protector contra el cáncer. (Wikimedia Commons)
El aceite de oliva ha sido objeto de numerosos estudios que sugieren un efecto protector contra el cáncer. (Wikimedia Commons)

Aceite de oliva: Parte fundamental de la dieta mediterránea, el aceite de oliva ha sido objeto de numerosos estudios que sugieren un efecto protector contra el cáncer. Su alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados y compuestos fenólicos podría ayudar a reducir el riesgo de cáncer de mama y cáncer digestivo.

Cúrcuma: La cúrcuma, una especia ampliamente utilizada en la cocina asiática, contiene curcumina, un compuesto con potentes propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Estudios preliminares proponen que la curcumina puede inhibir el crecimiento de células cancerosas en varios tipos de cáncer.

Ajo y cebolla: Estos alimentos aromáticos no solo agregan sabor a nuestras comidas, sino que también pueden ofrecer beneficios para la salud, incluida la prevención del cáncer. El ajo y la cebolla contienen compuestos sulfurosos que han demostrado tener efectos anticancerígenos en estudios de laboratorio.

Cítricos: Las frutas cítricas, como naranjas, limones y kiwis, son ricas en vitamina C y otros antioxidantes que pueden ayudar a proteger contra el cáncer. Si bien consumir zumos de cítricos puede perder parte de su fibra, seguir incluyendo estas frutas en la dieta puede ser beneficioso para la salud.

La evidencia científica respalda la idea de que una dieta rica en alimentos naturales, como verduras, frutas, legumbres, especias y frutos secos, puede desempeñar un papel importante en la prevención del cáncer. Sin embargo, es relevante tener en cuenta que ningún alimento por sí solo puede prevenir completamente esta enfermedad, y mantener un estilo de vida saludable en general, que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y hábitos de vida saludables, sigue siendo fundamental para reducir el riesgo de cáncer y promover el bienestar general.

Lo que comemos puede afectar significativamente diversos aspectos de nuestro bienestar, incluido el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como las enfermedades cardíacas, la diabetes y, particularmente, el cáncer. EFE/Everett Kennedy
Lo que comemos puede afectar significativamente diversos aspectos de nuestro bienestar, incluido el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como las enfermedades cardíacas, la diabetes y, particularmente, el cáncer. EFE/Everett Kennedy