Dimitrov frena, pero no detiene la redención de Alcaraz: “Es la mejor sensación”

La derrota estrepitosa ante el búlgaro no borra el flamante mes de marzo cuajado por Carlitos. Retuvo la corona en Indian Wells y se reencontró con su tenis tras meses instalado en un mar de dudas. Ya tiene la mente en la gira de tierra batida

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Alcaraz durante su partido ante Dimitrov (REUTERS).
Alcaraz durante su partido ante Dimitrov (REUTERS).

“Que te oiga, que te oiga”. Le repetía entre gritos Juan Carlos Ferrero a su pupilo desde la grada. Alcaraz, que venía de salvar el 1-5 a favor de Dimitrov en el set definitivo, apuraba sus opciones para mantenerse con vida en un partido en el que nunca llegó a sentirse cómodo. Carlitos jugaba sin paracaídas en ese instante y por momentos sus golpes se escuchaban en todo Miami. Sin embargo, su conato de remontada fue sofocado inmediatamente (2-6 y 4-6) por el búlgaro, incontestable durante toda madrugada española. El murciano, que llegaba con una inercia fantástica al duelo de cuartos, repentinamente se cegó. No podrá unirse a ese selecto club de jugadores que han logrado el sunshine double, ganar de manera consecutiva los torneos de Indian Wells y Miami.

Dimitrov se había colado en su mente. En el juego de Alcaraz no hubo nada rescatable, ni el servicio, ni su derecha, ni mucho menos su resto. Agobiado por la alta velocidad de la pista y por el peso de las bolas -distintas a las del Masters 1000 de Indian Wells-, se sumergió muy pronto en un mar de dudas y no supo salir a flote. Alcaraz se desvaneció. El número dos del mundo, inmerso en un marzo de ensueño después de su título en Indian Wells y su brillante inicio en Miami, dudó y las dudas le devoraron. Excepto el partido ante Dimitrov, para olvidar, Alcaraz ha cuajado un marzo excelso con la consecución de su segundo Indian Wells y el reencuentro con su tenis.

El número uno del mundo en tenis, Carlos Alcaraz, tiene tres hermanos. Dos de ellos están también metidos en el mundo del tenis

Sobre la pista se ve a un jugador mucho más sólido, concentrado y completo que la versión con la que se despidió el año anterior. Y, así, su tenis ha vuelto a fluir con la llegada de la primavera. Después de algunos meses de dudas con su juego, a Alcaraz se le vuelve a ver muy cómodo en la pista. “No sé si este es el mejor tenis que estoy jugando, pero es la mejor sensación. Me estoy sintiendo genial en la pista, me estoy moviendo muy bien. Creo que son las mejores sensaciones desde el verano. El título de Indian Wells fue muy importante para mí en lo personal. Gracias a ese torneo, comencé a sentirme mejor también fuera de la pista, dentro ya era obvio. Siento alegría cada día junto a mi equipo, junto a mi gente cercana”.

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Indian Wells, un antes y un después

Carlos Alcaraz sonríe, es su seña de identidad, pero en el desierto californiano lo hace porque ha tocado metal, por primera vez en lo que va de 2024. Carlitos está de vuelta y en Indian Wells, al reeditar título, ha vuelto a experimentar, ocho meses después, qué se siente al ser el campeón de un torneo al superar (7-6 [5], 6-1) al ruso Daniil Medvedev. Desde el pasado Wimbledon, Alcaraz no sabía lo que era levantar un trofeo. La sequía de finales, desde que pisó la de Cincinnati, había llegado a resultar alarmante. Tampoco 2024 había empezado con tan buen pie para él como para disipar las dudas.

Ni el Abierto de Australia ni Buenos Aires ni Río, este último evento con lesión de por medio, habían arrojado más luces que sombras. “Han sido meses difíciles para mí. Mi confianza bajó un poco. No después de Australia, sino en la gira sudamericana. Después de Buenos Aires no he jugado bien al tenis. He sufrido en los entrenamientos casi cada día. He peleado para tratar de mantener mi confianza lo más alta posible, intentando ser yo mismo cada día”, admitía él mismo “Ha sido un periodo realmente difícil tras Wimbledon. No podía encontrar mi estilo. Mi familia, mi equipo y la gente cercana a mí me decían que qué me pasaba, que ya no sonreía tanto en pista. Me costaba disfrutar en pista. No era yo mismo”, aseguraba.

Carlitos comenzará a preparar la gira de tierra batida cuando digiera esta derrota, la cuarta del año. Lo hace con el buen sabor de boca de haber retenido la corona en Indian Wells y haberse reencontrado consigo mismo tras una fase de dudas. Aunque con 160 puntos menos en el ranking, porque en Florida defendía las semifinales de 2023. Y si Sinner se llevara el trofeo el domingo, le quitaría el número dos del ranking. Miami, donde se ha sentido “un chaval de 13 años” en manos de Dimitrov, ya es pasado.