Los ladrones que robaban coches en un minuto en Bulgaria para venderlos en España

La Policía Nacional ha logrado un importante golpe contra el crimen organizado con la desarticulación de una red especializada en el robo y la falsificación de vehículos de alta gama. Los detenidos, siete integrantes de origen búlgaro, habían desarrollado un meticuloso sistema que les permitía sustraer coches en menos de sesenta segundos en Bulgaria para, posteriormente, venderlos en el mercado español.

Esta operación policial, que han llevado a cabo inspecciones en Madrid y Cataluña, ha concluido con la intervención de diez vehículos, cuyo valor alcanza aproximadamente los 350.000 euros, aunque la investigación continúa para la localización de más coches. Se estima que cada coche era vendido en el mercado de segunda mano por un precio que oscilaba entre los 30.000 y 40.000 euros, revelando el lucrativo negocio detrás de esta actividad ilícita.

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La investigación cobró impulso durante el pasado mes de diciembre del pasado año, a raíz de la información proporcionada por el Agregado de Interior de la Embajada de Bulgaria en España, quien alertó sobre la presencia de un parque de vehículos robados en Bulgaria circulando legalmente en España. La coordinación y colaboración internacional fueron claves para desenmascarar a esta organización, caracterizada por su alto grado de especialización.

El modus operandi de esta banda criminal implicaba el uso de tecnología avanzada para el robo rápido de autos nuevos de gama media alta directamente en Bulgaria. Los vehículos eran dotados de una nueva identidad mediante la manipulación del número de bastidor, las etiquetas del fabricante e incluso la alteración de registros digitales.

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Para legitimar la operación, los criminales confeccionaban documentación falsa utilizando soportes originales sustraídos en otros países, como Austria, sobre los cuales imprimían los datos falsificados. Una vez completado este proceso, los autos eran registrados nuevamente en Bulgaria, bajo la apariencia de haber sido exportados desde un tercer país, para después ser trasladados a España.

Una vez en territorio español, la organización contaba con una estructura logística dedicada a matricular los vehículos y colocarlos en el mercado como coches de ocasión. La sofisticación de las manipulaciones, tanto físicas como electrónicas, permitió que estos coches superaran todos los controles técnicos correspondientes sin levantar sospechas, llegando incluso a ser adquiridos por concesionarios reconocidos que desconocían la verdadera procedencia de los vehículos.

La eficacia de esta operación policial no solo se refleja en las detenciones y la recuperación de los vehículos robados, valorados en una cifra considerable, sino también en la colaboración continua con las autoridades búlgaras para identificar y recuperar más coches involucrados en este esquema. La desarticulación de esta red no solo desmonta un sistema complejo de robo y falsificación sino que también pone de manifiesto la necesidad de fortalecer los mecanismos internacionales de cooperación para combatir el crimen organizado que opera a través de las fronteras.