⁠Familia paisa se hace viral en las redes sociales tras adoptar a una guacamaya en su finca

El animal llegó a la casa a modo de visita cuando aún estaban construyendo la propiedad y, desde entonces, frecuenta los mismos espacios que la familia

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Tras llegar de visita y ser bien recibida, la guacamaya se ha vuelto parte de la familia Pacheco - crédito @sofyrolf / TikTok
Tras llegar de visita y ser bien recibida, la guacamaya se ha vuelto parte de la familia Pacheco - crédito @sofyrolf / TikTok

Tras llegar de visita y ser bien recibida, la guacamaya Pepa consiguió una segunda familia en zona rural de Medellín, pues, desde que la propiedad estaba en construcción, aprendió a frecuentar los mismos espacios que la familia Pacheco.

“Estábamos en la casa y pues llegó a saludarnos. Nunca la había visto antes, pero es muy amigable, es muy tierna. Aunque, al principio, debo decir, a mí me daba algo de miedo, porque no sabía si me podía morder. Pero me animé a ver qué tan amigable era o si entendía y, en efecto, la llamé y vino corriendo”, explicó la cabeza de la familia, Sofia Pacheco Pacheco, en un video compartido en sus redes sociales a mediados de marzo del 2024.

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Su teoría parecía apuntar a que Pepa, por entonces conocida como La Gorda era un ave mascota de otra de las fincas en el sector, a la que dejaban andar con total libertad, al punto en el que llegaron a conocerla “disfrutar de hacer visita”.

Lo que inició como una visita terminó convirtiéndose en un miembro incondicional de la familia Pacheco - crédito @sofyrolf / TikTok

Sin embargo, con el tiempo, según Sofía “ella quería estar en todo lo que” hacía la familia. Y siguió frecuentando los espacios comunes, dentro y fuera de la propiedad. De hecho, su video con más interacciones es aquel en el que Sofia y su esposo la encuentran durmiendo junto a su hija:

“Estábamos mi esposo y yo en la sala y, de repente, empezamos a escuchar la gritería de Pepa. Ella está acostumbrada a entrar por la terraza, porque en la terraza nosotros todavía no tenemos puerta y cuando mi esposo subió la vio ahí, al lado de mi hija, durmiendo”.

Un integrante más que ha hecho de esta familia paisa viral y un referente entre quienes quieren crear una relación más cercana con la naturaleza:

“Cada día la conocemos un poco más. Ha cogido mucha confianza y entra sin avisar, cuando menos pensamos ya está en las habitaciones. Ella es de un vecino, pero viene todos los días desde muy temprano y nos hace compañía. Hemos tratado de integrarla en diferentes actividades familiares y creemos que le gusta estar con nosotros”.

Guacamayas y otros tipos de ave han aprendido a desayunar con los residentes de un conjunto residencial en Envigado

En Envigado, un municipio ubicado en el noreste de Colombia, los habitantes de un conjunto residencial han experimentado un cambio notable en sus rutinas matutinas gracias al avistamiento a diarios de diversas aves silvestres, incluyendo loros, guacamayas y pájaros carpinteros.

Estos pájaros, atraídos por las nueces y semillas que les ofrecen los residentes, han comenzado a hacer apariciones regulares en balcones y ventanas altas, creando un vínculo sorprendente entre la naturaleza y la vida urbana.

Loas pájaros llegan a su cornisa atraídos por las semillas - crédito @colombiaoscura_

Este fenómeno ha llevado a los habitantes a instalar más comederos para alimentar a los visitantes alados, que paulatinamente han perdido el temor a interactuar con las personas. Las especies más destacadas que han sido avistadas son las guacamayas y las guacamayetas, estas últimas caracterizadas por sus distintivos chillidos y un plumaje que incluye toques de blanco y negro.

La convivencia con estas aves se ha convertido en una fuente de alegría para la comunidad, que celebra la oportunidad de observar de cerca a dichas criaturas, generalmente esquivas, en su entorno natural.

Loas pájaros llegan a su cornisa atraídos por las semillas - crédito @colombiaoscura_

Videos compartidos por los residentes han documentado estos encuentros, mostrando la cercanía que los pájaros han alcanzado con las personas y la variedad de especies que se han sumado a este intercambio. La presencia de estos animales no solo ha generado fascinación entre los vecinos, sino también ha motivado a otros a sumarse a la iniciativa de alimentación, fortaleciendo el vínculo entre la comunidad y el entorno natural que les rodea. Estos esfuerzos colectivos reflejan un deseo compartido de coexistir armónicamente con la vida silvestre, incluso en zonas urbanizadas.

La situación en Envigado es un ejemplo claro de cómo pequeñas acciones pueden tener un impacto positivo en la relación entre seres humanos y animales, promoviendo un mayor respeto y apreciación por la biodiversidad. Esta iniciativa comunitaria demuestra el poder de la colaboración para crear espacios en los que tanto personas como animales puedan beneficiarse mutuamente.