Por qué Petro está tan seguro de que la reforma pensional pasará en la Cámara de Representantes: estas son las cuentas del Gobierno

La reforma pensional en Colombia avanza hacia la Cámara de Representantes tras haber conseguido una crucial aprobación en el Senado.

Con un horizonte definido para ser discutida y potencialmente convertirse en ley antes del 20 de junio, el presidente Gustavo Petro enfrenta no solo el reloj, sino también las expectativas y las promesas previamente establecidas.

Un giro reciente en su postura respecto al umbral de cotización ha suscitado controversia, particularmente tras sugerir que este se incremente hasta cuatro salarios mínimos, distanciándose de un acuerdo previo con el Partido Liberal que fijaba un umbral de 2,3 salarios.

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Esta discrepancia ha encendido el debate en el espectro político, generando críticas por parte de congresistas que alertan sobre una posible falta de palabra del mandatario. “Ese es el problema de este Gobierno. Faltará a su palabra si incumple ese acuerdo que se logró con los liberales”, expresó Víctor Salcedo, representante del Partido de la U, evidenciando un malestar que atraviesa líneas partidarias.

El acceso a la Comisión Séptima de la Cámara se perfila como el próximo campo de batalla para la reforma pensional, contando con una mayoría aparente de miembros afines al gobierno.

Entre los voceros afines al proyecto se encuentra Alfredo Mondragón, del Pacto Histórico, quien ha defendido la reforma con vehemencia: “No permitiremos que congresistas opositores que se ganan 43millones de pesos y cuyas familias tienen pensiones de15 millones, nieguen a los abuelos tener una pensión”. Este ambiente político refleja la complejidad y el dinamismo que caracterizan la actual coyuntura legislativa colombiana.

La discusión no solo se centra en los montos de cotización sino también en la equidad y la sostenibilidad del sistema pensional colombiano. El ajuste propuesto por Petro, aunque busca ser un punto medio, ha levantado ampollas incluso antes de su discusión formal en la Cámara, revelando las tensiones y los desafíos intrínsecos a la reforma de un sistema tan crucial como el pensional.

La próxima semana marcará un hito crucial para la política colombiana con la llegada del proyecto de reforma propuesto por el Gobierno a la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes.

Se espera que, tras el nombramiento de los ponentes, la aprobación del proyecto se realice a mediados de mayo, justo un mes antes de que finalice el periodo legislativo actual. Este paso es fundamental para que luego sea discutido en la plenaria, donde las condiciones parecen favorecer al Gobierno, especialmente si logra conservar el apoyo de la mayoría del Partido Liberal.

A diferencia de la situación en el Senado, donde el presidente Iván Name presentaba una independencia crítica, en la Cámara, el Gobierno cuenta con la ventaja de tener a un representante liberal con inclinaciones hacia el oficialismo, Andrés Calle. “Eso está listo. Aquí pasa”, manifestó la representante Katherine Miranda, de la Alianza Verde, resaltando la aparente seguridad sobre la aprobación del proyecto, incluso entre los críticos del Gobierno.

Lo anterior entendiendo que la Cámara de Representantes en total tiene 188 curules, de las cuales 33 son del Partido Liberal, 27 del Pacto Histórico, 26 del Partido Conservador, 18 Cambio Radical, 17 Alianza Verde/Centro Esperanza, 16 son del Centro Democrático, 16 del Partido de la U y otros 16 son curules de Paz. Los minoritarios son 11, los Comunes 5 y la Liga anticorrupción son 3. De esos 188, 122 apoyan al Gobierno, 48 son independiente y 38 son oposición.

Por el lado de la Comisión Séptima, según las cuentas del Gobierno también tienen las de ganar ya que de las 21 curules que hay, al menos 13 apoyan al Gobierno (4 del Pacto, 4 de los Liberales, 2 de Alianza Verde, 2 víctimas y 1 de Comunes). Solo cuatro son independientes (2 Conservadores y 2 de La U) y 4 son de oposición (2 del Cambio Radical y 2 del Centro Democrático). Lo anterior significa que lo más probable es que el Gobierno intente acercarse a los congresistas Conservadores y de La U, de manera que puedan llegar a acuerdos y asegurar otros cuatro votos, sin embrago, eso no será fácil. Además por supuesto de reconciliarse con los Liberales luego de la sugerencia de Petro de subir el umbral de cotización.

Aún así, hay que tener presente que existen estrategias por parte de sectores independientes y de oposición que buscan modificar el proyecto, como atrasar su entrada en vigencia hasta el 2026 para evitar coincidencias con periodos preelectorales y posiblemente disminuir el umbral de cotización.

El representante Hernán Cadavid, del Centro Democrático, señaló el papel crucial de la ciudadanía en el seguimiento del voto de cada partido y congresista: “Nos opondremos a la reforma pensional que llegará a la Cámara de Representantes. La ciudadanía nos ayudará a vigilar cómo vota cada partido, cada congresista”.

Asimismo, la gestión del tiempo se presenta como un desafío significativo para el Gobierno, a medida que se acercan los plazos finales para la aprobación del proyecto.

En este contexto, el rol de Andrés Calle cobra especial relevancia para la conducción del proyecto. Su posición favorable hacia el Gobierno ha sido clave en la priorización de otras iniciativas legislativas, tal como se demostró en la tramitación de la reforma a la salud.

La dinámica dentro de la Comisión Séptima y posteriormente en la plenaria de la Cámara de Representantes, así como las maniobras y estrategias de los diferentes bloques políticos, serán determinantes en el futuro de la reforma propuesta por el Gobierno.