Murió papá de universitario electrocutado mientras cargaba su celular en Santa Marta

Allegados indicaron que el afligido padre no se repuso de la muerte de su único hijo, quien heredaría su hotel en Calabozo

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Padre e hijo murieron en una misma semana - crédito Moisés Ramos / Facebook / Feepik
Padre e hijo murieron en una misma semana - crédito Moisés Ramos / Facebook / Feepik

La muerte de un padre o un hijo no siempre se toma de la mejor manera, pues el vínculo es inquebrantable y en ocasiones puede conducir a episodios que terminan afectando la salud de los dolientes.

Precisamente, ese pudo haber sido uno de los motivos que condujo la muerte de Moisés Ramos, de 62 años que, el martes 27 de febrero fue testigo de la muerte “absurda” de su único hijo, también llamado Moisés Eduardo Ramos, cuando se disponía a cargar su celular y una fuerte descarga eléctrica fue suficiente para que muriera en el acto.

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Los hechos se presentaron en la vivienda familiar ubicada en la playa de los Ángeles, en la vereda Calabozo, en zona rural de Santa Marta, donde los agresivos ventarrones hicieron de las suyas, afectado presuntamente el sistema eléctrico.

Esto no pareció generar alarma en los habitantes, quienes continuaron con sus actividades rutinarias, entre ellos Moisés Eduardo, que salió después de tomarse una refrescante ducha y se dirigió hacia su habitación a cargar su celular.

Moisés Ramos era una apasionado deportista - crédito Moisés Ramos / Facebook
Moisés Ramos era una apasionado deportista - crédito Moisés Ramos / Facebook

Todos los elementos se juntaron para que, al conectar el cargador de su celular, Moisés se electrocutara, sin que alguien pudiera hacer algo por él.

La familia no salió del asombro por los hechos insólitos que rodearon la muerte del joven de apenas 21 años, quien era estudiante de educación física de la Universidad del Magdalena:

“Era un muchacho sano, de buenas costumbres. Tenía muchos sueños. Nos duele saber que murió de esa manera tan absurda”, afirmó uno de los allegados a la familia a medios locales.

El joven era amante al surf - crédito Moisés Ramos / Facebook
El joven era amante al surf - crédito Moisés Ramos / Facebook

Su muerte se produjo de manera instantánea, por lo que no alcanzó ni siquiera a ser trasladado a un centro médico cercano.

La escena fue aún más dolorosa cuando sus padres, María Isabel Arregocés y Moisés Ramos, descubrieron el cuerpo de su hijo, afectado por la descarga eléctrica.

La tragedia no pasó desapercibida en la pequeña familia, pues los padres veían en su hijo un hombre de bien, estudioso, educado y deportista, lo que le daba méritos de sobra para heredar el hotel que por años le había dado el sustento y el estudio a Moisés.

Los días transcurrieron y la familia, por obvias razones, continuaba sumida en el dolor por la repentina pérdida. Sin embargo, el padre de Moisés fue el más afectado, anímica y físicamente.

Tanto así que, luego del entierro de su hijo, la desmejoría fue aumentando: no comía y no lograba conciliar el sueño.

A su estado emocional se le añadía el hecho de que Moisés (padre) había sido recientemente intervenido quirúrgicamente de los riñones, por lo que debía tener ciertos cuidados para lograr exitosamente su recuperación. Todo parecía indicar que Moisés iba de mal, en peor.

Fue así como llegó la madrugada del viernes primero de marzo, cuando Moisés (padre), no aguantó y falleció.

Un fulminante infarto acabó con la vida del agobiado padre, quien tampoco alcanzó a llegar a un hospital cercano, quedando en su habitación.

Para una persona allegada a la familia, reseñada por medios locales, el corazón de Moisés no aguantó el dolor provocado por la muerte de su hijo: “Sufrió un infarto fulminante que acabó su vida. Se puede decir que su corazón no aguantó el dolor”.

Los habitantes de la vereda Calabozo no salen del asombro por la muerte de padre e hijo en accidentes completamente impredecibles; mientras que la madre y esposa ahora enfrenta un doble duelo.