Kristen Bell: la dolorosa tragedia personal que superó y el casting más cruel que no logró desanimarla

Es una de las actrices más populares de los Estados Unidos. Navega sin problemas entre la comedia pasatista y el humor inteligente. Vida y obra de mujer que no actúa de alegre, sino que lo es

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Kristen Bell nació el 18 de julio de 1980 en Huntington Woods, un suburbio de Detroit, Michigan (Foto: Getty Images)
Kristen Bell nació el 18 de julio de 1980 en Huntington Woods, un suburbio de Detroit, Michigan (Foto: Getty Images)

Para los que no calificamos ni en cinéfilos ni eruditos pero sentimos que ver series y películas es uno de los grandes placeres de la vida existen algunos actores y actrices que sabemos jamás defraudan. Kristen Bell integra ese grupo. Por este lado del continente, en el grupo de blondas no es tan megafamosa como Cameron Díaz y Jennifer Aniston, ni detenta el prestigio de una Meryl Streep o Cate Blanchett. Sin embargo, cada vez que Bell aparece en pantalla sabemos que nos garantiza un buen rato, ya sea con una película pasatista y pochoclera, o con una serie que intercabla bromas y reflexiones filosóficas sin dar cátedra, pero que invita a pensar. Quizá por eso, aunque nunca se llevó el título de “novia de América”, sí podría ostentar el de “persona a la que no dudaría en invitar a mi cumpleaños”.

"No estoy involucrada en el negocio de ser famosa”, asegura Kristen Bell. “Y ese es el consejo que doy a los jóvenes aspirantes a actores. Trabajar en el escenario y hacer los pequeños papeles. Al final no es importante ser visto. Es importante hacerlo”
"No estoy involucrada en el negocio de ser famosa”, asegura Kristen Bell. “Y ese es el consejo que doy a los jóvenes aspirantes a actores. Trabajar en el escenario y hacer los pequeños papeles. Al final no es importante ser visto. Es importante hacerlo”

Desde niña, Kristen demostró ser tan pizpireta como determinada. A los dos años transitó la separación de sus padres, un director de un canal de noticias de televisión y una enfermera. Sin problemas se adaptó a vivir un tiempo con cada uno y con los hermanos que fueron llegando. Al cumplir cuatro años tenía dos certezas: odiaba su nombre y amaba a la Pitufina. Una tarde encaró a su mamá y le anunció/ordenó: “Desde ahora me llamo Pitufina. No responderé de otra manera”.

Por un tiempo, le siguieron el juego. Pasaban las semanas y la nena seguía firme en su decisión. Le dijeron que no continuarían llamándola así. “Okey, entonces llámenme Matthew”, respondió. Era el nombre de su primo favorito y a ella le gustaba tanto que a todos sus muñecos los nombró igual. No eran tiempos de crianza respetuosa o de caprichos, así que la respuesta que recibió de sus padres fue un categórico “de ningún modo”. Pensó un poco, puchereó otro tanto y propuso que la llamaran Annie, no porque era su segundo nombre sino por la adorable huérfana de la película. El problema ocurriría años después. En el secundario su nombre provocaba bromas, así que pidió que la llamaran Kristen aunque a sus padres les aclaró: “Pueden llamarme Pitufina, si quieren”.

Muy fotogénica, Kristen Bell a los 13 años ya tenía un agente y actuaba en comerciales
Muy fotogénica, Kristen Bell a los 13 años ya tenía un agente y actuaba en comerciales

Salvo por su multinombre, su infancia y adolescencia transcurrió sin grandes contratiempos. Actuaba en las obras escolares, tomaba clases de canto y baile, y en el último año del secundario figuró en el anuario como “la más bonita”. Jamás dudó que lo suyo era la actuación. Lo supo por vocación y también por posibilidades: con su 1,55 de altura, ni el básquet competitivo ni el modelaje de alta costura parecían resultar viables.

Bell repartía su tiempo entre la escuela y las producciones teatrales locales. Su primera prueba para una obra escolar terminó con un ataque de llanto. “Es que audicioné para papeles muy complejos. De banana en el primer acto y de árbol, en el segundo”, recuerda con humor.

En sus redes Kristen Bell compartió una foto de su primer papel teatral: actuó de banana. Ya famosa suele, colocarse hebillas en el pelo que llevan una bananda, como guiño a su infancia
En sus redes Kristen Bell compartió una foto de su primer papel teatral: actuó de banana. Ya famosa suele, colocarse hebillas en el pelo que llevan una bananda, como guiño a su infancia

Estaba por terminar el secundario cuando le avisaron que había sido aceptada en la Tisch School of the Arts de la Universidad de Nueva York. Lo que parecía sería el mejor año de su vida se transformó en el peor. Semanas después de esta gran noticia recibió otra que la aniquiló. Jenny DeRita, su mejor amiga desde la infancia, su confidente, la que siempre la apoyaba para ir tras sus sueños de actriz, murió en un accidente de tránsito.

Kristen quedó paralizada, durante días se negó a salir de su habitación. Sintió que “todo mi mundo estaba patas para arriba” y pensó en no ir a Nueva York. Ya sabemos que muchas veces la vida es una porquería pero también sabemos que cuando ya no te quedan lágrimas lo único que queda es seguir viviendo. Y Kristen decidió vivir. Descubrió que no hay que dar todo por sentado. Con el tiempo diría que la muerte de su amiga fue “lo mejor y lo peor” que le pasó en la vida, y que marcaría el comienzo de su adultez.

Instalada en Nueva York, Bell participó en varias producciones. La más importante fue en el 2001 cuando debutó en Broadway en el musical Las aventuras de Tom Sawyer: fue Becky, la coprotagonista. Ese mismo año filmó su primera película. No fue debut y despedida sino debut y frustración. La única escena, donde aparecía, fue reducida a una línea que además se perdía en los créditos finales.

La mujer de la casa de enfrente de la chica de la ventana es una comedia negra donde Kristen Bell brilla parodiando los thrillers psicológicos con mujeres
La mujer de la casa de enfrente de la chica de la ventana es una comedia negra donde Kristen Bell brilla parodiando los thrillers psicológicos con mujeres

En 2002 decidió mudarse a Los Ángeles. Siguió audicionando y obteniendo papeles menores. En una de las pruebas recibió una contestación que hasta el día de hoy sigue figurando en las listas de “las peores frases que les dijeron a las famosas”. Después de rechazarla, le dijeron con sinceridad pero sin humanidad: “No sos tan bonita como para hacer de ‘la chica linda’, pero tampoco tan diferente como para hacer de ‘la chica rara’”. Ignoramos qué contestó Kristen en ese momento, pero seguramente cada vez que le dan un protagónico, recordará a quien se lo dijo y pensará “en tu cara loser”.

La gran oportunidad le llegó en 2004 cuando le ofrecieron protagonizar Verónica Mars. Debía interpretar a una detective de 17 años. Ella tenía siete años más que la protagonista, pero su rostro de rasgos aniñados le consiguió el papel. Verónica Mars se convirtió en un exitazo, casi tres millones de personas cada semana se sentaban a ver la serie. Cuando terminó, luego de cuatro temporadas, Bell no ganó ningún Emmy pero sí algo mejor: el reconocimiento de la gente.

Verónica Mars fue el primer protagónico de  Kristen Bell, que posteriormente brillaría en otras series como Gossip Girl
Verónica Mars fue el primer protagónico de Kristen Bell, que posteriormente brillaría en otras series como Gossip Girl

La serie es una mezcla de comedia, drama, parodia y peligro; características que suelen ir bien cada una por su lado, pero no mezcladas. Sin embargo, Bell supo mostrar un talento único para combinarlas y entregar un personaje tan querible como inolvidable. No fue casualidad: a partir de esa serie fue su impronta. Es que una cualidad que hace de Kristen una de las actrices más interesantes es su capacidad única para pasar de éxitos de taquilla a otras propuestas no tan masivas pero ingeniosas, esas que consideran al espectador un ser inteligente y no solo un ticket con descuento. Entre las primeras podemos ubicar Las madres rebeldes y La navidad de las madres rebeldes con guiones tan amenos como obvios. Son de esas que se ven en modo “cerebro pausado”.

Pero si el lector/espectador desea una propuesta que ofrezca un combo de humor inteligente más reflexión y sin bajada de línea nada mejor que disfrutar de The Good Place. (ALERTA SPOILERS). Bell interpreta a Eleanor, una mujer que muere atropellada por un camión que transporta ¡productos para la disfunción eréctil! Al abrir los ojos entiende que está en el más allá, y su mentor, Michael, le comunica que llego al “buen lugar”, el sitio después de la muerte para los que realizaron buenas acciones en su vida.

El detalle es que Eleanor no fue tan buena como para estar en ese lugar ni tan mala como para ir a lo que conocemos como infierno. A partir de ahí comienza una maravillosa comedia que mecha cuestiones éticas que ayudan a pensar y repensar nuestra propia muerte o de la gente que amamos. Y en este caso, si me permite el lector, le aseguro que la serie no nos embarga de tristeza sino que da cuenta como dicen sus protagonistas de que “la vida no es un rompecabezas que puede resolverse una vez, te levantas todos los días y lo resuelves de nuevo”, y que “con amor hasta morirse es bueno”, entre otras maravillosas definiciones.

En The Good Place, Kristen Bell protagoniza una historia donde desde la risa y la emoción nos invita a reflexionar sobre ese tipo de preguntas que a veces todos tenemos miedo de hacernos, como, ¿qué sucede después de la muerte? (Foto: NBC)
En The Good Place, Kristen Bell protagoniza una historia donde desde la risa y la emoción nos invita a reflexionar sobre ese tipo de preguntas que a veces todos tenemos miedo de hacernos, como, ¿qué sucede después de la muerte? (Foto: NBC)

Pero volvamos a Kristen, que no solo hace trabajos interesantes, también tiene una vida interesante. Desde los 11 años es vegetariana. Lo hizo no solo por su amor a los animales sino porque no podía soportar ni el olor ni el sabor de la carne. Su plato preferido siempre fueron los repollitos de Bruselas.

Grandes amores se le conocen dos. En su época universitaria fue novia de Matthew -otra vez ese nombre- Morrison, el seductor profesor de música de la serie Glee. Desde 2007, cuando lo conoció en un cumpleaños de un amigo en común, está en pareja con el actor Dax Shepard. Se comprometieron en 2010 pero decidieron no casarse legalmente hasta que toda la comunidad LGBTQ pudiera hacerlo. En 2013, cuando la Corte Suprema de los Estados Unidos dictaminó que podían casarse, ella le propuso matrimonio a su entonces novio. Lo hizo no en un cena romántica sino tuiteando: “¿Te casarías conmigo? #igualdadenelmatrimonio #elamoreselamor”.

Ese mismo año se casaron con una discreta ceremonia en Beverly Hills. Su flamante marido comentó con humor que “todo el calvario costaba solo 142 dólares, incluida la gasolina”. Bell asegura que fue uno de los mejores días de su vida y que en su matrimonio son tan pegotes que hasta molesta. El matrimonio tiene dos hijas, Lincoln y Delta. Si llega el varón, ¿lo llamarán Matthew?

Preocupados por la privacidad de sus hijas, Shepard y Kristen Bell encabezaron un boicot contra las revistas que publicaban fotos de niños famosos tomadas por paparazzi (Foto: Getty Images)
Preocupados por la privacidad de sus hijas, Shepard y Kristen Bell encabezaron un boicot contra las revistas que publicaban fotos de niños famosos tomadas por paparazzi (Foto: Getty Images)

La pareja cumple a rajatabla eso de amarse en las buenas y en las malas. Aprendieron a combinar la tendencia a la melancolía crónica de él con el temperamento alegre y siempre optimista de ella. Para lograrlo contaron que fueron a terapia de pareja, no para resolver sus problemas sino para prevenirlos. Kristen además lidió con las adicciones de su esposo, pero como debo ir finalizando esta nota le prometo al lector que lo contaré en una próxima y también sus anécdotas poniendo la voz para Anna en Frozen.

Mención aparte merece su obsesión por los perezosos. “Debe ser mi animal espiritual o algo. No hay nada más lindo que un perezoso bebé”, explicó. Su pasión por estos animales que parece realizar todo en cámara lenta es tal que cuando cumplió 31 años Dax, su entonces novio, le dijo que le daría un regalo único. Lo gracioso es que cuando Bell comenzó a sospechar de qué se trataba el obsequio tuvo un ataque de pánico o más bien un ataque de felicidad. Al ver al osito su alegría fue tanta que preguntó: “¿Viene a la fiesta?”. El momento, tan hilarante como gracioso, ella misma lo relató en el programa de Ellen DeGeneres. Como una imagen vale más que mil palabras, le dejo al lector el video y concluyo ya no con un “nos vemos”, sino con un “¿lo vemos?”.

La actriz Kristen Bell relata en el programa de ElleDeGenares la vez que le regalaron un perezoso

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