Venció prejuicios, cumplió su sueño y hoy tiene “el mejor empleo del mundo”

Se trata de Aprille Joy Ericsson. Trabaja en la NASA y es la primera mujer negra en haber obtenido un doctorado en Ingeniería Mecánica de la Universidad Howard, en Estados Unidos. Su rol en la agencia espacial y por qué se siente tan afortunada

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Aprille Joy Ericsson sabe de seguir los sueños a pesar de las dificultades. Sabe que vale la pena creer en uno mismo y que la frase que asegura que "los esfuerzos generan frutos" es mucho más que un simple refrán. En su caso se podría decir que ese concepto funcionó como un mantra que la impulsó siempre a seguir adelante.

Ericsson se destaca en un mundo considerado como "masculino": trabaja en la NASA, dentro del Centro de vuelo espacial Goddard (GSFC) y tiene más de 25 años de experiencia en dinámica estructural y control de misiones de aeronaves espaciales.

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Actualmente se desempeña como gerente del programa de centro de vuelo espacial Goddard de la NASA, en el área de Investigación de transferencia de tecnología para pequeños negocios.

En su posición integra conocimientos técnicos, así como habilidades sociales con el fin de crear instrumentos para aplicar en viajes espaciales. Trabaja con ingenieros, científicos y gerentes en Goddard, así como en otras agencias gubernamentales, compañías aeroespaciales y universidades.

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Obtuvo su primer título de grado en el MIT, y tiene una maestría y doctorado de la Universidad Howard. De hecho, es la primera mujer negra en haber obtenido un Phd en Ingeniería Mecánica de esa institución, de donde se graduó con honores.

Durante una entrevista con el MIT destacó que siguió sus sueños y logró explorar el espacio. Sin embargo no fue fácil lograrlo. "La discriminación nos afecta a todos. La inclusión de mujeres y minorías es fundamental. Cuando trabajo con equipos de ciencia e ingeniería, sé que cada integrante de ese equipo es importante".

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Y remarcó que los científicos deben actuar como agentes de cambio. "Debemos trabajar juntos, más allá de las diferencias de color, género y religión. Estamos en este viaje juntos, para convertir este mundo en un mejor lugar".

Ericsson nació en Brooklyn, Nueva York, y se educó en escuelas públicas durante su niñez y adolescencia. Cuando era pequeña difícilmente se imaginaba llegar donde está hoy; sin embargo, dice que fueron esos primeros años de vida los que cimentaron su camino.

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"Mi madre me hizo recitar todo tipo de información para convencer al representante de la escuela de que era una niña inteligente y de que podía inscribirme en jardín de infantes antes de tiempo. Sí, me acuerdo eso. Es uno de los recuerdos que tengo de la infancia. Así que gracias, mamá, por tu sabiduría, anticipación y fortaleza. Me enseñaste que uno debe sentirse orgulloso y hacerse cargo de lo uno hace. Tú me enseñaste a tratar a otros como me gustaría ser tratada a mí", dijo el año pasado durante la ceremonia de entrega del Washington Award para ingenieros.

Ese premio es el que más valora porque fue la primera persona de color en recibirlo. De todos modos no es el único que recibió en sus años de vida. Obtuvo varias distinciones a lo largo de su carrera entre los que se destaca el Premio Mujeres en Ciencia e Ingeniería (WISE), que obtuvo en 1997.

"Me considero una persona extremadamente afortunada por haber tenido la oportunidad de conseguir varios títulos, premios y logros en mi vida. Muchas veces, me tambaleé", contó durante la entrega de WISE.

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Ericsson aseguró en una entrevista a la NBC que decidió ser ingeniera porque siempre le gustó entender "cómo funcionan las cosas: desde cómo funcionan los autos, cómo crecen las plantas o por qué vuelan las moscas".

"Nuestros niños pueden lograr mucho si les damos las herramientas adecuadas y los incentivamos de la manera correcta. Eso es lo que hizo mi madre conmigo, y lo que voy a hacer por mi hija Arielle", subrayó.

Ella siente que tiene el mejor trabajo del mundo. Y no sólo porque tiene la fortuna de trabajar de lo que más le gusta, sino porque tiene la oportunidad de dejar un legado que considera fundamental.

"Me han ofrecido la oportunidad de hablar a varios jóvenes a lo largo del país y del mundo. Tengo la oportunidad de inspirar a la juventud e impactar en el futuro, en los futuros ingenieros y científicos. ¿Quién puede pedir un mejor empleo que éste", concluyó al recibir el premio WISE.

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