Habló el padre de la ex de Junior Benítez: “Hice todo por salvar a mi hija, pero él es un psicópata que instigó su suicidio”

Juan Carlos Ayala denunció dos veces al futbolista por violencia y amenazas contra él y su familia y, este martes, la Justicia condenó al ex Boca a cinco años de prisión. Anabelia, su hija, se quitó la vida y el hombre hace responsable al delantero

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Juan Carlos Ayala y su hija Anabelia, quien se quitó la vida en Año Nuevo pasado: "Estamos destruidos"
Juan Carlos Ayala y su hija Anabelia, quien se quitó la vida en Año Nuevo pasado: "Estamos destruidos"

Hace seis años que Juan Carlos Ayala (52), colectivero, vive en el corazón de una tormenta infernal. Comenzó cuando Anabelia, su hija, le pidió que la ayude a volver de México, donde vivía con su novio, el futbolista Oscar Junior Benítez, porque él la había frenado a los golpes. Todavía no terminó, o quizá no se acabe nunca. Su hija se quitó la vida el pasado Año Nuevo y la Justicia, este martes, condenó al ex delantero de Boca y Lanús, entre otros, a cinco años de prisión por coacción, amenazas y uso ilegal de armas contra el propio Juan Carlos en reiteradas oportunidades.

El dolor es tan profundo que la idea de que Benítez pase unos cuantos años en prisión le resulta insuficiente. Rodrigo Tripolone, su abogado, había pedido una pena de ocho años y medio. Y eso es lo que le hubiese resultado a él una condena justa.

“Me dejó mucha tristeza la sentencia. Esperaba algo mejor. Esperaba una condena máxima. Tenemos una Justicia que se tiene que cumplir y respetar. Y él no respetó nada. No respetó la perimetral, hizo violación de domicilio, no respetó la prisión domiciliaria. Él violó todo, es un delincuente. Y esta condena fue un chirlo en la cola”, consideró Ayala, quien adelantó que apelarán la decisión.

Benítez (31) fue encontrado culpable en cuatro hechos que el juez Antonio Miguel Balicki, del Tribunal Oral Correccional 8 de Lomas de Zamora, consideró probados. En uno, el ex jugador de Benfica le pegó una piña en un ojo a Ayala, en otro le rompió las cubiertas de su auto a cuchillazos, otra vez lo amenazó con una pistola Bersa calibre 9 milímetros.

Varias veces el novio de Anabelia violó la restricción perimetral impuesta por la Justicia para evitar que se acerque a la casa de los Ayala, en el barrio Malvinas Argentinas, de Almirante Brown. Y otras tantas, especialmente días antes de que la chica de 29 años se quitara la vida, salió de su casa a pesar de estar bajo prisión domiciliaria.

Luciano, María Cecilia, Juan Carlos y Anabelia: retrato familiar de los Ayala
Luciano, María Cecilia, Juan Carlos y Anabelia: retrato familiar de los Ayala

“Cuando yo lo denuncio, ella estaba viva y la Justicia actuó tarde. Capaz que si hubiera actuado a tiempo se podría haber evitado”, dice el hombre y cuenta que en el último tiempo Anabelia vivía absolutamente sometida a Junior Benítez.

“Era una persona que ya no pensaba por sí sola, estaba siendo psicopateada, no tenía poder sobre su vida. Por eso me cabe ninguna duda que fue una inducción al suicidio. Hay audios de la familia de él que dicen que no pudieron brindar porque veían cómo la piba se colgaba. Mi hija no tomaba sus propias decisiones. Si la hubieran querido salvar, hubiesen llamado al 911, ni siquiera a un vecino”, cuenta.

Por la muerte de Anabelia, el ex futbolista surgido de las inferiores de Lanús es investigado como presunto autor de una instigación al suicidio, un delito que normalmente es difícil de probar, y que está bajo instrucción del fiscal Juan Manuel Baloira. Pero Ayala asegura que hay pruebas, entre estas un audio atribuido a un familiar de Junior Benítez

“Ni llegamos a brindar porque se hizo la hora y estábamos todos con eso. Se ve que Junior y ella tenían como una aplicación o una cámara y Junior estaba viendo que la piba se colgaba. Y nada, llamaron a mi casa para que bajen a avisar, que hagan algo”, dice el audio al que tuvo acceso Infobae. Según Ayala, pertenece a una hermana de Benítez. Pero de momento la Justicia no mandó a analizarlo. Se desconoce fehacientemente quién es la persona que habla y a quién fue dirigido.

“Él es un típico psicópata. Mi hija estaba controlada las 24 horas a través de la tablet. Era continuamente amenazarla, amedrentarla. A veces yo escuchaba cómo hablaban y era la forma de voz amenazante, culpándola. El psicópata no reconoce sus actos. Junior piensa que está preso por culpa mía y no por lo que él hizo. Él es consciente”, asegura.

Junior Benítez fue condenado a cinco años de prisión
Junior Benítez fue condenado a cinco años de prisión

Anabelia y Benítez se conocieron en 2017 a través de Facebook. Rápidamente comenzaron a salir, mientras Junior jugaba en Boca, estaba casado, tenía cuatro hijos y vivía con ellos. Pocos meses después, el futbolista fue transferido al San Luis, de México, a donde invitó a Anabelia.

- ¿Cuándo empezó el calvario de su hija?

- Él la llevó a México y no se podía volver. Allá comienza el calvario. Le rompía las pertenencias, no la dejaba volver, no le daba de comer, no le daba agua. Le quiso sacar un tatuaje con un cuchillo.

- ¿Cómo fue eso?

- Ella se lo contó a una amiga. Se había hecho un tatuaje y como había sido un tatuador hombre, él le quiso sacar con un cuchillo caliente.

- ¿Usted le tuvo que comprar el pasaje para volver?

- Dos veces. Mi hija se escapó, pero Junior la agarró en el aeropuerto, la subió a la camioneta, la llevó a la casa, la golpeó, la revoleó de los pelos, le rompió un diente y toda la ropa interior y ella no se pudo escapar. Después quiso escaparse nuevamente y trató de comunicarse con un celular que le pidió a una persona. Me llamó si le podía comprar el pasaje. Me ayudó un chofer de Uber a sacarla. Un ángel guardián. Lo llamé, le expliqué el problema, él entendió perfectamente. Y la pasó a buscar. La llevó a un hotel, le pagó el hotel, siguió trabajando y la fue a buscar a la hora de tomar el vuelo.

Anabelia volvió a su casa familiar, pero la relación con Benítez nunca se terminó. Meses más tarde, el jugador regresó a la Argentina para jugar en Atlético Tucumán. Su carrera deportiva ya era errática y pasaba mucho tiempo en Buenos Aires, y volvió a frecuentar a la chica en su casa, donde vivía con Juan Carlos, su mamá María Cecilia y su hermano.

Algunas fotos que Anabelia le envió por whatsapp a una prima desde México, cuando Benítez no la dejaba regresar a Buenos Aires
Algunas fotos que Anabelia le envió por whatsapp a una prima desde México, cuando Benítez no la dejaba regresar a Buenos Aires

“Entró a mi casa, me rompió mi computadora con cosas importantes, entró al otro día con un revólver a mi domicilio, una madrugada que mi señora escuchó ruidos en la habitación, lo encontré a Junior en la pieza de mi hija con objetos de mi hija tirados y él con un revólver y me amenazó. Yo le dije ‘tirá, es tu oportunidad’. Agarró las cosas de mi hija y las quemó afuera. Quemó ropa, libros de la facultad. Cada una de estas cosas denuncié. Después me clavó un cuchillo en un auto. Después, me pegó una piña y me rompió un ojo. Otra vez vino a las 11 de la noche, me dijo ‘te voy a matar’, y lo denuncié. Le habían dado perimetral, pero no le importaba nada. Andaba como si nada. Insistía, la llamaba a mi hija. Y si ella no salía el tipo se te metía adentro. Creo que mi hija salía con él para que no entre a mi casa”, describe Juan Carlos.

- En su declaración durante el juicio, Benítez dijo que usted había sido violento con su hija durante toda su vida y que eso la había traumado a ella. ¿Qué sintió cuando escuchó eso?

- Con el amor que le tengo a mi hija no me perjudicó en nada. Salía de la boca de un Don Nadie. Yo sé lo que era para mi hija. Nos criamos en un ambiente de amor. Mi familia somos cuatro. Nos amamos uno al otro. No me importó lo que dijo. Es un psicópata, no siente culpa ni la va a sentir.

- ¿Sintió alivio con el fallo o tampoco?

- No. Sentí que él se sigue burlando de la Justicia y que la Justicia se presta para eso.

- ¿Qué expectativa tiene para la causa de suicidio?

- Tenemos muchas pruebas que pueden demostrar que realmente hubo una inducción. Tenemos fotos de agresiones, mensajes de amenazas, muchas cosas. El resto hay que abrir la tablet y encontrar más información. Hay que probar todo esto. Nosotros sabemos que el audio es real, pero hay que probarlo. Tenemos que demostrar su culpabilidad.

La familia Ayala espera que Benítez también sea condenado por instigación al suicidio
La familia Ayala espera que Benítez también sea condenado por instigación al suicidio

- ¿Por qué Anabelia nunca lo denunció a Benítez?

- Ella le tenía terror, pánico.

- Usted declaró en el juicio que Benítez la tenía amenazada.

- Sí. El 28 de diciembre pasado me encuentro en casa con mi hija. La notaba mal. Entonces le digo que salga de la relación. Ella llorando me dice ‘mirá, si yo lo dejo a él, él los mata a ustedes’. Yo tengo 32 años arriba del colectivo, para mí una amenaza de este payaso era una amenaza más. Nunca le creí. Pero a ella no le expliqué. Simplemente, la miré, como una charla que había que cortar porque si no se enojaba. Tenía que tratar de que no se me aleje. Él hizo el trabajo del lobo. Separó a la oveja de la manada y, una vez que la separó, pasó a ser su víctima. La fue alejando de las amigas, de los compañeros de facultad, de la familia, primos y después la alejó del hermano y de nosotros. Pero nosotros siempre estábamos al lado de ella.

- ¿Benítez la observaba desde una tablet?

- Junior sabía todo porque estaba conectado, sabía hasta lo que comíamos. Con la tablet apuntando para todos lados, filmando a ver quién entró a la casa, quién salió, el tipo estaba ahí. Ella simulaba como que no, pero nosotros sabíamos que sí. Usaban una app que solamente él miraba.

- ¿Por qué cree que él la indujo al suicidio?

- No estamos hablando de una discusión, de una pelea. Mi hija no aguantaba más. Yo creo que mi hija no quiso morir, quiso dejar de sufrir. Obviamente, para protegernos prefirió quitarse la vida. Él estaba viendo en vivo. Él la acompañó hasta el barranco y le dijo: ‘Tirate o mato a tu familia’.

- ¿Cómo se vive después de esto?

- Es el día a día. Tratar de buscar ayuda a nivel profesional, estoy yendo al psicólogo, psiquiatra. Me junto con padres que perdieron hijos. La pérdida de un hijo no se supera. Cuando murió mi mamá pensé que era lo peor, ahora me di cuenta de que no era lo peor. Es difícil. Somos una familia destruida. Estamos destruidos. Yo traté de hacer todo para salvar a mi hija.