Los payasos de los hospitales en tiempos de coronavirus: videollamadas para hacer reír y “sanar” el miedo

Hace una década que la Fundación Alegrañatas visita hospitales con la misión de “anestesiar el momento”. Con el aislamiento social no se detuvieron y siguen en contacto con los enfermos a través de videollamadas, como lo hicieron con Luisa -de 7 años- que sufrió un grave accidente doméstico. La conmovedora historia

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Luisa sufrió quemaduras en su cuerpo en un accidente doméstico
Luisa sufrió quemaduras en su cuerpo en un accidente doméstico

Son las ocho de la noche y Luisa Villa (7) espera ansiosa la videollamada de Colorete, Magiclick y Crisis. Sabe lo que la espera a la mañana siguiente: tiene que volver por séptima vez al quirófano y eso la inquieta.

La familia Villa vive en Martínez, pero la cuarentena los tomó por sorpresa en el campo de los abuelos en 25 de Mayo. Por un resfrío, sus papás optaron por hacerle un inhalaciones de vapor con una olla caliente para aliviar la congestión. Un descuido llevó a que Luisa se volcara el agua hirviendo en sus piernas, provocándole quemaduras de segundo grado en los muslos y su mano derecha.

Debido una complicación en el cuadro la internaron en la Clínica Trinidad de zona norte, con curaciones en quirófano cada dos días. "Tiene mucho empuje y supo sobrellevarlo bien a pesar de los dolores y el encierro. Pero las noches previas al tratamiento se volvían interminables. Se ponía ansiosa y tenía miedo”, relata su papá Juan Pablo Villa.

Hace una década que la Fundación Alegrañatas visita hospitales con la misión de “anestesiar el momento”. Con el aislamiento social no se detuvieron y siguen en contacto con los enfermos a través de videollamadas, como lo hicieron con Luisa -de 7 años- que sufrió un grave accidente doméstico. La conmovedora historia

Suena el teléfono y Luisa atiende rápido desde la cama de la clínica. Lo hace con su nariz colorada de payaso y un corbata puesta. Del otro lado la saludan con desparpajo: “Hola Granitaaaaa”... así la bautizaron los clowns. La charla dista de cualquier lógica, es todo juego, risas y mucha empatía.

Carcajada va, carcajada viene, Granita corta el teléfono. Está completamente relajada y esa angustia anticipatoria desaparece en un sueño profundo. Al día siguiente, sale con éxito de su operación.

En total fueron casi 20 días de internación, que se magnificron por el contexto de pandemia. “Las visitas a la clínica era restringidas, y eso complicaba las entradas y salidas para turnarme con mi mujer y estar con mi hija”, reconoce Juan Pablo Villa. “El encierro se hizo notar”.

Al igual que Luisa otros pacientes de centros de salud como Cemic, Austral o el Hospital Público Materno Infantil Central de Salta, tuvieron su dosis de humor de la mano de la Fundación Alegrañatas, integrado por 75 clowns voluntarios.

La sonrisa relajada de Luisa
La sonrisa relajada de Luisa

“Luisa es bastante tímida, pero tiene fuerza interna. Internada no relegaba sus tareas del colegio, con una manito lastimada y la otra con las vías seguía escribiendo o dibujando. Cuando noté cierta angustia, se me ocurrió entrar en contacto con la fundación, porque yo tuve mi propia experiencia como voluntario clown y conocía todo su potencial”, explica su papá.

Colorete y Magiclick
Colorete y Magiclick

“Es pura magia lo que sucede entre nosotros y los pacientes”, destaca a Infobae, Hernán Rodríguez, fundador de Alegranatas.

“¿Cómo empieza la magia? Nos conectamos con la historia del paciente. Y con lo que nos comparte construimos un juego donde predomina el corazón, surgen idiomas raros, señas desconocidas... Él es el sabio y nosotros los aprendices: ser payaso de hospital es aprender a recibir, no a dar”.

Hernán -mucho antes de convertirse en Colorete- ideó este proyecto solidario en 2007, después de hacer cursos de clown y coaching. Ahí fue cuando descubrió que su verdadera vocación pasaba por esos encuentros inolvidables con los pacientes.

En este contexto donde reina el distanciamiento social, debió adaptar las visitas semanales para transformarlas en encuentros por videollamadas. “La sed que tenemos por el contacto con las personas internadas nos motivó a seguir con nuestra misión a través de las pantallas. Un día lo probamos, y fue un éxito total”, reconoce Hernan.

Por semana llevan alegría a casi 30 pacientes -desde niños hasta adultos- cifra que pretenden superar para el mes que viene. “Los enfermeros son nuestros puente, ellos nos contactan con los pacientes. Lo llamamos, y las intervenciones duran entre 15 a 20 minutos. La tecnología -así como puede alejar- en este caso nos dio la posibilidad de hacer un seguimiento diario, algo que presencialmente se dificulta”, agrega.

La Fundación sueña con cruzar fronteras: “Estamos convencidos que la risa es sanadora y hoy lo que predomina es el miedo, por lo que nuestro labor se vuelve indispensable. El miedo es el generador de las enfermedades, y si el corazón supera a la mente tiene el poder de vencerlo”.

Luis ya esta de vuelta en su casa con sus papás y dos hermanos. “Juego a hacer trompo, también estuvimos sembrando trigo. Extraño a mis amigas del cole”, cuenta con dulzura habiendo dejado a tras sus días en la clínica.

¿A Magiclick, Crisis y Colorete no los extrañas? “¡¡¡Sí!!!... un poco, ellos me hicieron reír".

Cómo colaborar

Podés involucrarte desde el voluntariado como payaso de hospital, o se puede aportar como socio adherente haciendo donaciones que los permitan llegar a más hospitales y más personas. www.alegrañatas.com.ar

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