Por Valeria Román
Adolescentes de diferentes países se reunirán por cuatro días en Israel para competir por ver quién arma la caja fuerte más inviolable del mundo.
Pondrán en juego la capacidad para resolver problemas en base a sus conocimientos de física y vivirán un intenso momento de intercambio cultural. El torneo se hace anualmente desde hace 22 años. En esta oportunidad será la primera vez que participa un equipo de dos mujeres y tres varones de la Argentina.
Se trata de un original concurso que hace que los grupos de cinco adolescentes tengan que aprender, razonar, e imaginar la caja fuerte durante los meses previos en sus respectivos países, con un instructor del colegio y según un reglamento general. Los que son preseleccionados viajan a Israel para exponer su caja. El desafío consiste en que en menos de 10 minutos cada grupo deberá descubrir cuáles son los mecanismos que mantienen cerradas a las cajas de los otros participantes.
"Me entusiasmó la oportunidad de construir algo, y de aplicar un montón de conceptos de física", contó a Infobae Melina Silbestein, de 17 años, que forma parte del grupo argentino, que también integran Adriel Steremberg, Marcos Tolcachir, Sofía Elijis, y Ezequiel Cohn. Son alumnos del Colegio Israelita General San Martín de Córdoba, y su instructor es Diego Lamisovsky.
Como no van a una escuela técnica, no solo tuvieron que aplicar los conceptos de física, sino también aprendieron sobre carpintería, con el asesoramiento de Sofía Raviolo, que es licenciada en física y docente. Según el reglamento del torneo, cada caja debe ser de madera y medir 60 centímetros de largo, 30 de ancho y 40 de altura. Debe contar con una puerta transparente que cierre con un dispositivo que se crea en base a mecanismos de mecánica o de electromagnetismo.
Llevar conceptos abstractos de la física a un resultado concreto no resulta fácil. Pero en noviembre del año pasado la directora del colegio de Córdoba hizo la propuesta del concurso, y 22 alumnos se anotaron. En diciembre, empezaron a reunirse con el instructor, y armaron un grupo de Whatsapp. A través del chat, el instructor les fue mandando videos y audios que trataban desde la estructura del átomo hasta de campos magnéticos. En enero pasado, cuando el sol arrasaba con todo, el equipo pasó a tener 8 integrantes que se fueron reuniendo en la escuela por las mañanas. No les importó "perder" el tiempo de sus vacaciones para aprender.
En febrero mandaron fotos, video y textos sobre el prototipo de la caja fuerte que habían armado, con vasos, circuitos, y caños, y el comité organizador del concurso les aprobó la propuesta, pero les sugirió que debían hacerla menos compleja. "La respuesta nos sirvió para sentirnos más confiados. Vamos por un buen camino", recordó Sofía. Cuando ya tenían la caja fuerte, se enfrentaron a otra decisión. El concurso solo admite a 5 participantes por grupo para ir a competir, y los chicos le propusieron hacer una votación al instructor. Cada uno no podía votarse a sí mismo. Este paso se hizo sin problemas. Más allá de la excitación del viaje y la competencia, el grupo siente que todo será una experiencia divertida y de aprendizaje. Se llaman el grupo "Katonti", un nombre con el que -por una combinación de palabras en hebreo- quisieron decir que cada uno se empequeñece frente a la inmensidad del Universo.
El grupo argentino viajó con apoyo financiero del Centro Unión Israelita de Córdoba y el Instituto Weizmann. En el país, la Asociación Amigos del Instituto Weizmann en Argentina fue la institución facilitadora para participar en el torneo que es abierto a todos los adolescentes del mundo, sin importar su credo.
En esta edición, participarán estudiantes de Canadá, Rumania, Eslovenia, Angola, Panamá, Gran Bretaña, Estados Unidos e Israel. El jurado, compuesto por especialistas en física, evaluará cada participación en base a la cantidad de cajas fuertes que cada equipo logre abrir, la cantidad de veces que les consigan descubrir los mecanismos de la caja que llevaron y a la presentación oral que deberán hacer frente a sus contrincantes. "Se evalúa bien si los estudiantes tienen incorporados los conceptos y han razonado para encontrar la solución", comenta el instructor.
Al ser entrevistada en Buenos Aires después de una charla pública que brindó en el Centro Cultural de la Ciencia, que depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, la directora del Instituto donde se lleva a cabo el torneo internacional, la doctora Liat Ben-David, comentó a Infobae por qué se busca revolucionar la educación. "Las escuelas no preparan a los estudiantes para un mundo que cambia continuamente -resaltó-. Aún enseñan un montón de información, con números y otros datos, y evalúan a los alumnos de acuerdo a lo que saben o a lo que se acuerdan.
"En un mundo en el que la información está disponible para todos, necesitamos enseñar modos de pensar y habilidades para usar esa información y saber qué es relevante. Es importante que los estudiantes sepan cómo resolver problemas, usar el pensamiento crítico y la lógica para hacer preguntas, resolver problemas y tomar decisiones". En el Instituto Davidson, promueven ese cambio con actividades informales: "Los chicos vienen al Instituto y vuelven. Vuelven porque saben que pueden explorar, descubrir, y equivocarse para buscar la respuesta. Tenemos que prepararlos para ser flexibles, saber hacer preguntas, alentar la imaginación y la creatividad", agregó su directora.
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