A solas con Tomás Yankelevich: “Me crié en los pasillos de los canales, haciendo avioncitos con los libretos de ‘Mesa de noticias’”

Es el jefe de contenidos de WarnerMedia para Latinoamérica y forma parte de una de las familias más antiguas en los medios de comunicación

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Entrevista a Tomás Yankelevich.

Tomás Yankelevich forma parte de una generación de hombres que se dedicaron a la gestión de medios y producción de contenidos. Su bisabuelo, Jaime Yankelevich, fue director de las radios más populares en los años 30, entre ellas la mítica Radio Belgrano, y tuvo a cargo la primera transmisión televisiva en Argentina. Tomás llega ahora a uno de los cargos más relevantes de sus años como gestor de contenidos y director de una de las señales más importantes de la Argentina como lo es Telefe. Su padre, Gustavo Yankelevich, es un emblema dentro de las producciones televisivas y su mamá, Cris Morena, es una de las empresarias más creativas de la industria del entretenimiento que tiene en su haber grandes producciones televisivas como Casi ángeles, Erreway y Chiquiquitas.

Actualmente Tomás es el encargado de contenidos de la señal Warner Media para Latinoamérica y dialogó con Infobae acerca de esta tarea, los desafíos que tiene por delante y el vínculo con sus padres.

Su apellido es sinónimo de televisión, ¿se le ocurrió alguna vez dedicarse a otra cosa?

En algún momento coqueteé con la idea de ser arquitecto, pero me quedó pendiente. Desde los 10 años me preguntaban qué quieres ser y decía: “director de cine”, y lo fui y después me pasé al lado ejecutivo.

¿Qué aspectos de los latinos no deben perderse a la hora de pensar un nuevo contenido?

El Adn del latinoamericano es el melodrama. Nosotros no podemos perder el melodrama. Eso es lo que constantemente le pido a los equipos y por suerte estamos todos alineados. Cuando arrancamos entre todos a trabajar hace años y cada uno venía de mundos distintos, cuando yo decía el melodrama me miraban con cara de costado y otros no lo entendían. Porque un melodrama no es la típica historia novelesca de amor, no es la pizca dramática que tenemos los latinoamericanos. En el centro de historia tiene que haber una historia de amor: sea de un padre a un hijo, sea de un hombre a un hombre, de una mujer a un hombre, de una chica con su perro, pero tiene que haber porque si no está esa historia de amor, por más que sea un thriller o una historia de terror, no terminas conectado, no te terminas identificando, y lo principal es identificarte como audiencia con el personaje y con lo que siente ese personaje. Y si de ese personaje lo único que muestran es una serie de sketches o reacciones que tiene, pero sin mostrar realmente lo que siente, no te conectas.

Tomás y Gustavo Yankelevich, padre e hijo comparten la misma pasión por los medios de comunicación.
Tomás y Gustavo Yankelevich, padre e hijo comparten la misma pasión por los medios de comunicación.

¿Qué pasa cuando un contenido no funciona?

Las plataformas no son como la televisión abierta que arrancas con 20 capítulos y si no me va bien sé que en tal mes a los 40 capítulos tengo un corte y ahí vemos. Acá nosotros producimos el 100x 100 del contenido y si no funciona, no funciona.

La verdad es que nosotros desde que empezamos a poner contenido local en la pantalla uno fue mejor que el otro. Es más, estábamos contentos con la adaptación de La muchacha que limpia y que estrenó en paralelo en HBO y en HBO Max, y después vino Amarres que lo superó, y después vino Días de gallos en Argentina. De ahí depende cómo lo mides. Si uno lo mide a nivel Latinoamérica, un contenido mexicano, cuya base de suscriptores es más grande que la de Argentina, probablemente en el gran total a un contenido mexicano le puede ir mucho mejor que a uno argentino. Por eso siempre nos enfocamos en medir el país de origen. Días de Gallos en Argentina la rompió. Llegó a un nivel de usuarios base en la Argentina enorme. Empujó mucho la suscripción.

Los que entran todos los días en la plataforma, entran y ven el contenido y le dan play. Pero lo importante también es tratar de llamar la atención a gente que no está en la plataforma para que venga a mirarla. Bake Off México fue lo más visto en México, llegó a top 1 por arriba de Friends o Game of Thrones, y en Latinoamérica llegó al puesto 3. El contenido local es super importante, hiper importante y es un complemento que la audiencia disfruta. El público tiene que sentirse identificado.

En los últimos años surgió una especie de competencia entre los contenidos que se veían en el cine y en las plataformas. ¿Qué postura tiene frente a esto?

Yo trabajo para una de las compañías más importantes del mundo y para una plataforma como HBO MAX que está entre las TOP3 del mundo, aunque todavía nos falta expandirnos en territorios y países. Mi idea es sumar contenidos a las networks que manejo. Ahora, yo soy director, me encanta el cine, me encanta sentarme a ver películas en el cine. Lo más importante es lo que quiere el consumidor, qué quiere la audiencia y cómo quiere consumirlo. Se acabó. La verdad es que yo creo que hay espacio para todo. Nosotros estamos produciendo películas que van a salir con una ventana corta al cine antes de pasar a HBO Max y otras que van a ir directo a la plataforma. Va a depender del tipo de contenido que nosotros consideremos que valga la pena que vaya directo a la plataforma o sea visto directamente en los cines. La verdad es que no hay una respuesta. Creo que cuando aparecen tecnologías nuevas también surgen estos encontronazos de old school vs new school, pero creo que con el tiempo eso se va a disipar.

Gustavo Yankelevich con Cris Morena y sus hijos Romina y Tomás.
Gustavo Yankelevich con Cris Morena y sus hijos Romina y Tomás.

¿Cómo es el tema a la hora de tomar alguna decisión. Si tiene dudas, ¿consulta con sus padres o al revés, ellos le consultan a usted algún tipo de idea?

Vengo haciendo un montón de notas pero con Argentina hacía un tiempito que no hacía. Y es loco porque en otros países no me preguntan por mi familia, o muy poco. El otro día me pasó algo muy gracioso. Mi padre tenía una reunión con alguien en Chile que me conocía y había trabajado conmigo. Entonces empieza la reunión, presentan a mi papá y le dicen: “¿Usted no es algo de Tomás?’’. “Sí, sí es mi hijo”, responde. Y la persona le contesta: “Ah, eres el papá”. O sea, él dice es mi hijo y le dicen: “Ah, eres el papá”. Entonces nada, empieza a cambiar. La verdad, yo tengo un orgullo enorme no solo por la trayectoria sino por la clase de personas que son mis papás. Me encanta cuando puedo trabajar con ellos, no tengo ningún tipo de vergüenza de decirlo. Al día de hoy, con todas las responsabilidades que tengo y todo lo que he aprendido con mi carrera, siempre tienen algo para decir que me ilumina. Y si hay un proyecto que ellos puedan tener en insight definitivamente los llamo y les pregunto. Hoy por hoy es más ida y vuelta.

¿Siente que alguno de sus hijos va a seguir el legado de la familia?

Siempre digo lo mismo: yo de chiquito no tenía alguien que me cuidara. Entonces, yo iba a los estudios, me quedaba pasilleando, agarraba los libretos de Mesa de noticias y hacía avioncitos. Yo viví mucho dentro de un estudio de televisión, y eso te contagia. Hoy por hoy puedo viajar porque hay muchas producciones en la región. Pero mis hijos no viajan conmigo. Yo en cambio iba y le metía los dedos en el switcher a los directores, jugaba, me divertía. Eso es muy distinto a lo que viven mis hijos y definitivamente no sé cuánto les puedo contagiar. Que ellos elijan lo que quieran ser.

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