Hideyo Noguchi: su paso por el Perú y la huella que dejó su lucha contra la fiebre amarilla y peste bubónica

El viaje del médico al Perú marcó un antes y después en la lucha contra fiebre amarilla y peste bubónica, reforzando los lazos entre nuestro país y el Japón.

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Noguchi Seisaku nació en Japón en 1876 y desde muy joven tuvo gran vocación y talento para la medicina e investigación. (Wikipedia /digitalcommons.rockefeller.edu / insm.gob.pe )
Noguchi Seisaku nació en Japón en 1876 y desde muy joven tuvo gran vocación y talento para la medicina e investigación. (Wikipedia /digitalcommons.rockefeller.edu / insm.gob.pe )

El desarrollo de la medicina no ha sido un camino fácil para el mundo, como tampoco lo fue para el Perú, que pasó por una largo proceso para llegar a profesionalizar la práctica. Durante la evolución de esta disciplina hubo grandes exponentes, como el recordado Hipólito Unanue o el mártir Daniel Alcides Carrión, quien dio su vida para aportar en el conocimiento de la Verruga Peruana.

Lo cierto es que muchos connacionales han tenido importantes aportes en el campo, sin embargo, no se puede dejar fuera a aquellos extranjeros que dejaron su propia huella en el país. Uno de ellos es el investigador, médico y bacteriólogo japonés Hideyo Noguchi, conocido hoy en día por ser un eminencia y, en el caso de Perú, también porque existe un hospital capitalino que lleva su nombre. Sin embargo, vale preguntarse ¿quién fue este destacado médico?

¿Quién fue Hideyo Noguchi?

Noguchi Seisaku, como era su nombre original, nació en Japón, en la prefectura de Fukushima en 1876 y desde muy joven tuvo gran vocación y talento para la medicina e investigación. Se dedicó a ello bajo la dirección del doctor Kanae Watanabe, y poco después ya era toda una eminencia en su campo y muchas veces requerido por establecimientos médicos.

Con solo 21 años Noguchi ya tenía la autorización para ejercer la medicina y pasó mucho tiempo en Tokio. Más tarde, hacia 1900, emigró a Estados Unidos para continuar su formación en la universidad de Pensilvania.

Sin embargo, luego se desempeñaría como investigador en el Instituto de Investigaciones Médicas de la Fundación Rockefeller, donde pudo observar diferentes tipos de enfermedades infecciosas, además de visitar muchos países a donde era enviado.

Su paso por Perú

Hideyo Noguchi en conferencia en el Paraninfo de la Facultad de Medicina de la UNMSM. (.scielo.org.pe)
Hideyo Noguchi en conferencia en el Paraninfo de la Facultad de Medicina de la UNMSM. (.scielo.org.pe)

Corría el siglo XX y nuestra patria ya había sido testigo de más de una epidemia y enfermedad que cobró las vidas de muchos ciudadanos. No obstante, para el año 1919 la ciudad de Piura era azotada por un brote de fiebre amarilla que requirió la visita de más de un especialista extranjero para ayudar a combatirla.

Como si eso no fuese suficiente, también se registraron muchos casos de peste bubónica, lo que hacía la situación realmente crítica.

Para 1920, Simon Flexner, Director de la Fundación Rockefeller, enviaría a Hideyo Noguchi al país como parte de una misión benéfica de luchar contra las epidemias. Vale mencionar que el investigador ya había hecho estudios sobre la fiebre amarilla y fue recibido en el puerto de Paita un 5 de mayo. Desafortunadamente, no se habían presentado más casos del mal a su llegada.

Noguchi, deseoso de cumplir su misión, trabajó con las muestras recogidas de un grupo de cuyes inoculados con la fiebre que anteriormente habían sido examinados y encontrados sanos.

Para su sorpresa, estos animales mostraron el cuadro de fiebre amarilla y se procedió a reexaminar las muestras de humanos, hallando el mismo tipo de espiroqueta que ya había observado en países como México y Ecuador. Noguchi sin duda era una eminencia y fue recibido y despedido con honor, incluso se sane que hablaba un poco el español y ayudó a reafirmar la eficacia de la vacuna y el suero ‘antiamarillico’.

Según Javier Mariátegui, Noguchi y Honorio Delgado, pionero de la salud mental en Perú, podrían haber coincidido en algún punto de este viaje sin saber que en el futuro ambos le darían nombre a un importante instituto.

Almuerzo en la Estación Sanitaria de la Isla San Lorenzo. (scielo.org.pe/)
Almuerzo en la Estación Sanitaria de la Isla San Lorenzo. (scielo.org.pe/)

Posteriormente el científico viajó a Lima y se hospedó en uno de los mejores hoteles de la ciudad. Fue recibido como toda una celebridad y dio sus apreciaciones sobre la situación sanitaria en Piura, afirmando que había deficiencias en cuanto a agua y desagüe, agravadas por el calor.

En su estadía se reunió también con algunos médicos peruanos, presentó sus saludos al jefe de estado, Augusto B. Leguía, visitó los hospitales Santa Ana y 2 de mayo, y ofreció conferencias, entre ellas una para la facultad de medicina, donde afirmó que las acciones en saneamiento y la erradicación del mosquito Aedes aegypti eran la mejor forma de prevenir la enfermedad y nuevos brotes de fiebre amarilla.

Su interés por la enfermedad de Carrión

Un dato curioso sobre su vista es que el médico tuvo conocimiento de la controversia que existía en el país sobre la Verruga Peruana y la Fiebre de la Oroya, ya que algunos aseguraban que eran dos fases de la misma enfermedad, y otros sentenciaban que se trataba de dos afecciones distintas.

Noguchi Hideyo fue un brillante científico y médico. (mx.emb-japan.go.jp)
Noguchi Hideyo fue un brillante científico y médico. (mx.emb-japan.go.jp)

Esto habría llamado la atención de Noguchi quien no pudo visitar La Oroya, pero se sabe que pensaba volver para investigar al respecto e incluso se sumó a los muchos médicos que hicieron algunos experimentos y publicaciones, dando como resultado que la Bartonella bacilliformis era causante de ambos males.

Hideyo Noguchi tenía 43 años cuando visitó suelo nacional, y aunque tuvo una corta estadía, fue muy bien recibida por los hombres de ciencias de la época e incluso pudo conversar con algunos de sus compatriotas japoneses asentados en el país.

El científico pasó el resto de su vida haciendo diversos estudios y dedicado a su trabajo relacionado a la sífilis, el veneno de serpientes, temas inmunológicos entre otros, además, fue descubridor del patógeno de la fiebre amarilla. Años después viajaría a África, zona azotada por la fiebre. Allí, una vez instalado, contrajo el terrible mal y finalmente falleció un 21 de mayo de 1928 con tan solo 51 años.

¿Por qué un instituto de salud mental lleva su nombre?

Hoy en día existe un hospital que lleva el nombre del científico japonés, pero en conjunto con uno de los médicos más importantes del Perú, dando como resultado lo que conocemos como el Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi.

Frontis del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi. (Andina)
Frontis del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi. (Andina)

Este espacio, que se concibió como un centro de salud mental comunitario, fue resultado de la firma de un convenio con Japón. Inicialmente su nombre era San Juan Bosco, pero en 1981 se hizo la petición de cambio de nombre

La elección de su nueva denominación busca simbolizar los lazos de fraternidad entre Perú y Japón mediante las imágenes de dos grandes hombres de ciencias como lo fueron Honorio Delgado y Hideyo Noguchi. Vale mencionar que ambos tuvieron grandes aportes y son recordados como eminencias.

Instituto Nacional de Salud Mental en la actualidad

Hoy en día, el Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi (INSMHDHN) es una institución de Nivel III-2 de complejidad del Ministerio de Salud del Perú (Minsa). Esta categoría corresponde a los institutos especializados, en el caso del INSMHDHN su enfoque está dirigido a la investigación científica, el uso de tecnología avanzada y profesionales altamente calificados en la prevención de la salud mental y la psiquiatría.

Caracterizado por su liderazgo, innovación y excelencia, este instituto además propone normas a favor del desarrollo de la atención de la salud mental de los peruanos.