De vuelta a las alturas: la historia de salvación de una cría de águila

Expertos de un centro de rehabilitación de vida silvestre orientaron a la familia sobre los pasos a seguir para ayudar al ave a retomar su vida

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El ave se pudo reunir en los cielos junto a sus padres gracias a la ayuda de la preocupada familia. (Facebook/Marcia McNeal)

Las interacciones entre humanos y animales salvajes son cada vez más comunes, el fenómeno se ha generalizado gracias a la expansión de la mancha urbana que desplaza a la vida silvestre fuera de sus hábitats y los obliga a convivir con seres humanos. La historia de Marcia Woody lo retrata a la perfección.

El verano pasado, Nicole Taylor caminaba por su patio trasero, cuando de pronto notó un bulto extraño en el pasto. “Se veía como un hongo gigantesco”, relató la madre de Taylor, en una publicación de Facebook.

Taylor decidió acercarse para comprobar si lo que veía en el suelo de verdad era una seta, pero la mujer se llevó una sorpresa al darse cuenta de que el “hongo” en realidad era una pequeña y solitaria ave. Tras debatir consigo misma sobre que hacer, tomó la decisión de contactar a su madre y enviarle las fotos del extraño animal. “Por poco y la pisa, cuando se dio cuenta de que en realidad era un animal, Taylor tomó una fotografía y me la mandó por mensaje de inmediato”, dijo Woody al medio de comunicación The Dodo.

Woody y su hija asumieron que el extraño animal era un búho común, sin embargo, enviaron las imágenes del ave a un centro local de rehabilitación de vida silvestre y les confirmaron que el “búho” realmente era un águila del Misisipi (Ictinia mississippiensis). El centro de rehabilitación no contaba con más espacio para el pájaro, por lo que decidieron darle a madre e hija instrucciones exactas sobre qué hacer.

<b>El nacimiento de un equipo de rescate</b>

La familia reubicó al águila del Misisipi en un nido provisional. (Facebook/Marcia McNeal)
La familia reubicó al águila del Misisipi en un nido provisional. (Facebook/Marcia McNeal)

Luego de la charla con el grupo de rehabilitación, Taylor, Woody y su pareja, reubicaron al ave en un nido provisional que estaba ubicado en la rama más baja del árbol más cercano a donde encontraron al águila. La madre de Taylor relata que el cuidador que instruyó al grupo les dijo que los padres del pájaro regresarían tarde o temprano a buscar a su bebé.

Un par de días después, el grupo escuchó un pájaro cantar desde su nido. Uno de los padres del águila había regresado a su hogar y, más tarde, su pareja le hizo compañía. Los rescatistas novatos se asombraron al ver cómo los padres empezaban a alimentar a su bebé.

Madre e hija ya estaban comprometidas con la historia del águila, entonces se mantuvieron pendientes de su progreso. Durante semanas observaron como el lindo pajarito crecía y crecía. La pequeña ave creció y lentamente salió de su nido, subió a la copa del árbol y descendió surcando los aires. Los días pasaron y tanto Taylor como Woody dejaron de ver al trío de aves, la madre asumió que su visita finalmente había terminado. “Las águilas del Misisipi son aves migratorias, estoy segura de que ahora están tomando baños de sol en algún lado de América del Sur. Woody concluyó su historia diciendo: “Amé por completo ver a este pequeño pájaro crecer y fortalecerse. Ha sido una de las experiencias más gratificantes que he tenido en un buen rato”.

Los animales no siempre necesitan la ayuda de los humanos

La pequeña y solitaria ave fue encontrada en el patio trasero de una mujer que la confundió con una seta. (Facebook/Marcia McNeal)
La pequeña y solitaria ave fue encontrada en el patio trasero de una mujer que la confundió con una seta. (Facebook/Marcia McNeal)

La historia de Woody es el ejemplo perfecto de cómo con la ayuda de la intervención humana un animal pudo retomar su vida. Sin embargo, siempre es necesario contactar con autoridades expertas en rescate de vida silvestre, pues nuestras acciones en lugar de beneficiar, podrían afectar severamente el ciclo de vida de los animales.

El medio de divulgación científica National Geographic, en el pasado ha hablado sobre el tema consultando a Jennifer Verdolin, experta en comportamiento animal e investigadora de la Universidad de Arizona, quien explicó que es algo natural en seres humanos querer ayudar a los bebés y mantenerlos a salvo, sin embargo, ayudar a los animales salvajes sin tener la información suficiente puede desencadenar una serie de problemas que afectará su desarrollo y bienestar.

La experta explicó que muchos de los animales cuando son apenas unos cachorros pasan mucho tiempo a solas, moverlos del lugar en el que posiblemente lo dejó su madre provocará una situación de estrés y una serie de obstáculos para el animal para encontrar a su cría.