Es complicado entender el engranaje del modelo de producción de las películas en Hollywood. Es un sistema mastodóntico donde varios actores diferentes tienen el control de variables: pre-producción, conseguir financiación, producción, distribución… Y en este tipo de escenarios es donde compañías como Blumhouse Productions (de ahora en más, solo Blumhouse) se convierten en grandes negocios.
Blumhouse es una productora / estudio encargado de todo el proceso de producción, para luego darle la película a las grandes distribuidoras para que se encarguen de mostrarla al mundo. Fue creado por Jason Blum en el año 2000 y desde allí no paró de crecer.
¿Su modelo? Hacer películas con presupuestos mucho más bajos que las grandes productoras, y luego utilizar los canales de distribución de los grandes estudios para que llegue a la mayor cantidad de público y que se recupere por mucho la inversión inicial. Si distribuyese con poca potencia, quedaría más encerrado en el nicho y no sería rentable a pesar del bajo costo.
Lo que entendieron con Blumhouse es que el mejor lugar para conseguir ese círculo virtuoso es el cine de terror. Con su capacidad de convocar a juventudes y su experiencia compartida, es el caldo de cultivo ideal para lograr grandes números con baja inversión. Y eso lo comprobaron con su primer gran éxito: Actividad Paranormal (Paranormal Activity, 2007). A partir de allí, habiendo costado 15.000 dólares y recaudando más de 200 millones, todo fue éxito.
A principios del 2010 se estrenaba la segunda parte de Actividad Paranormal, y muchos se preguntaban si el estudio conseguiría otro éxito. La respuesta a eso fue el estreno de La noche del demonio (Insidious, 2011), que volvió a colocar arriba a Blumhouse y catapultó la figura de James Wan.
Desde ese momento se estableció en el terror con cintas como Siniestro (Sinister, 2012) de Scott Derrickson; La noche de la expiación (The Purge, 2013) de James DeMonaco; Oculus: el reflejo del mal (Oculus, 2014) de Mike Flanagan; Los huéspedes (The Visit, 2015) de M. Night Shyamalan; ¡Huye! (Get Out, 2017) de Jordan Peele; Halloween Kills: La noche aún no termina (Halloween Kills, 2021) de David Gordon Green o M3GAN (2023) de Gerard Johnstone, por nombrar algunas y sus directores.
También realizaron películas fuera del esquema del terror como es el caso de Whiplash (2014) de Damien Chazelle; Jem y los Hologramas (Jem and the Holograms, 2015) de Jon M. Chu; Upgrade: Máquina Asesina (Upgrade, 2018) de Leigh Whannell o El infiltrado del KKKlan (BlacKkKlansman, 2018) de Spike Lee.
Con muchísimas películas en su haber, y su constante renovación con títulos como El Exorcista: Creyentes o Five Nights At Freddy’s, Blumhouse sigue renovando el cine de terror desde el bajo presupuesto.