“Ardor”: una exploración de la sexualidad y el deseo sin vergüenza, prejuicios ni pudor

En su primer libro, la creadora del primer podcast sobre sexo de Latinoamérica, Paula Giménez, invita al lector a un viaje transformador para repensar “qué es y cómo se activa lo que se enciende cuando deseamos”.

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¿Qué deseamos cuando deseamos? ¿Cómo surge el deseo? ¿Dónde se anida? ¿Por qué se apaga? Todo esto y más en "Ardor", de Paula Giménez. (Télam S.E)
¿Qué deseamos cuando deseamos? ¿Cómo surge el deseo? ¿Dónde se anida? ¿Por qué se apaga? Todo esto y más en "Ardor", de Paula Giménez. (Télam S.E)

La escritora y periodista argentina Paula Giménez, creadora del primer podcast sobre sexo de América Latina, dice que la sexualidad siempre fue su objeto de estudio. Pero en su nuevo libro, Ardor, admite con humor y honestidad: “No soy profesional, soy autodidacta”.

Editado por Planeta, Ardor es “una exploración del deseo, desasida de prejuicios y preconceptos, al tiempo que recopila anécdotas y datos curiosos de la atracción en el reino animal”. Sin duda, es un libro extraño. Mezcla formatos, géneros y registros. Pasa de la prosa a la poesía y del ensayo a la ficción para tratar de abarcar lo inabarcable en su búsqueda de dilucidar “qué deseo cuando deseo y cuán genuino es”.

“Hacía falta un poco más de sexo hard en la literatura”, dijo la autora en entrevista con Télam. Pero, lejos de los manifiestos y del tono académico, agregó: “No quería que fuese un libro militante con perspectiva de género, que es lo que hago habitualmente. Quería que fuera otra cosa, algo distinto donde estén naturalizados ciertos temas como la cuestión de género en la sexualidad (...) Sentía que hacía falta literatura que no sea militante, sino que fuese simplemente un espacio en donde escribir y en donde los cuerpos sean cuerpos y ya, que no importe el género”.

¿Qué es el deseo? ¿De dónde sale y dónde anida? ¿Por qué se apaga? ¿Deseamos los seres humanos como desean, por ejemplo, los pulpos o las mariposas? ¿Qué pasa con el deseo en la era de las redes sociales? Todo esto y mucho más en Ardor, el primer libro de la creadora, junto a Filonews, del segmento Sexipedia, que revolucionó la forma de hablar sobre sexualidad en los medios de comunicación mainstream.

Así empieza “Ardor”

"Ardor", de Paula Giménez, editado por Emecé.
"Ardor", de Paula Giménez, editado por Emecé.

Preludio

Desde siempre la sexualidad es, de alguna forma, mi objeto de estudio. No soy profesional, soy autodidacta. Como periodista entrevisté y charlé con muchas personas que viven y gozan de formas distintas y aprendí que el sexo es un músculo y que el deseo sólo aplicado ahí no siempre es un buen ejercicio.

Este libro es una búsqueda. Una imperiosa necesidad de entender la forma en la que funciona el extraño motor de desear. Y es el ardor un concepto que intenta plasmar la sensación que nos dan los besos marcados a fuego, las historias de amor o de espanto que rodean nuestra vida.

La psicología intenta hace siglos explicar qué es y cómo se activa lo que se enciende cuando deseamos, cuál es el motor, el entusiasmo o el vacío que muchas veces nos acompaña. Porque ideales hay muchos y bien claros, pero la cosa se pone rara cuando nos corremos de lo que se supone que debemos y empezamos a transitar lo que ¿queremos?

Salir de las etiquetas, de los géneros y de los supuestos para meter la cabeza de lleno en el desconocimiento. Aun así, no es lo mismo nacer varón, mujer o queer, no lo es. Tampoco es la intención de este libro despersonalizarlo todo, porque cada una de esas categorías está cargada de significados que no puedo ignorar. Significados que nos activan, que nos calientan, pero que a su vez muchas veces también nos condicionan.

En principio este libro iba a ser una guía en la búsqueda del deseo “femenino” que tan pobremente está representado en nuestra cultura. Pocas opciones y la mayoría de ellas, incómodas. El porno mainstream, aunque válido como deseo —porque casi todo lo es—, es a nivel representativo, incómodo. Pican en la piel esas imágenes que alimentan al monstruo de una sexualidad hostil y mentirosa de la cual es difícil escapar.

¿Son representaciones de lo que nos gusta o simples plantillas a copiar? ¿Existen otras formas de sentir o reproducir deseos? ¿De coger con otres? ¿De cogerse a una misma?

En este libro se van a encontrar con más preguntas que respuestas. Me parece pertinente porque la duda activa la búsqueda de qué deseo cuando deseo y cuán genuino es. En definitiva, la duda es lo que acciona todo el resto de las cosas.

Un desafío es tener fantasías más sueltas o despojadas. Algunos relatos de este libro son imágenes calientes que aparecen como fotos, como cortos videos que se repiten en loop. Fragmentos de besos, de lenguas y de dedos sin dueñx, sólo instantes de algo que arde.

Pero como no sólo la humanidad desea y el deseo no sólo es coger, hay también fragmentos de otros mundos en donde la pulsión de placer se despliega en forma de tentáculos, rayos de sol o mariposas.

Desordenado como mis pensamientos, cada relato o fragmento busca esos instantes en los que el corazón se acelera y el cosquilleo avanza. Ideas sueltas de escenarios posibles y una sexualidad muy contemporánea que se pregunta: ¿qué es este deseo?, ¿lo puedo romper?

Deseo: cortocircuito

Los pulpos se portan mal. Muchos de ellos, cuando están encerrados en acuarios, protestan o realizan acciones que desencadenan problemas.

En la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, un pulpo lanzó un chorro de agua a las bombillas de luz y causó un cortocircuito en las fuentes del estanque. Lo hizo varias veces y fue tan caro arreglar los destrozos que terminaron devolviéndolo a su hábitat natural.

Las ganas de libertad de un animal en cautiverio son complejas. Muchos no tienen siquiera las herramientas para sobrevivir allá afuera pero aun así la pulsión por escapar los posee.

Los pulpos son inteligentes y pueden entrenarse para obedecer, pero como leemos, la alienación desquicia.

A veces querer escapar tiene desenlaces extraños y lanzar un chorro de tinta para destruir una instalación eléctrica puede ser la única manera de volver a casa.

En "Ardor", Paula Giménez traza paralelos entre la sexualidad humana y la animal, con ejemplos concretos de pulpos, mariposas y más. (EFE/Cabalar)
En "Ardor", Paula Giménez traza paralelos entre la sexualidad humana y la animal, con ejemplos concretos de pulpos, mariposas y más. (EFE/Cabalar)

La playa

llovía un montón

me acuerdo porque me tuve que sacar el

pantalón apenas entré

qué indigno, pensé

quedar en culo

te reíste y sí

si no hubiera sido porque íbamos a terminar la situación era hasta erótica

pero no, no podíamos caer ante nuestro ritmo

perfecto

esa danza que nos sale tan bien en cualquier contexto

en cualquier lugar no

había que hablar

poner en palabras todo lo que pasó todo lo que hiciste borracho

me daba hasta miedo

te lo digo ahora, que no estoy en orto y no te

tengo en frente

borracho te pasás de vivo

borracho sos de esos con los que chicas como

yo no se quieren cruzar y no importa que tengas concha

no me importa que tus tetas sean mis tres deseos ni tu boquita carnosa

ni tu mirada de cachorro

ni el chocolate que me traés después

cuando te das cuenta de que te fuiste al pasto

ahí estaba yo, en bombacha y a la espera de

que me prestes un shorcito, algo necesito no estar desnuda cuando te hablo,

solté

pude batir unas cuantas cosas igual

te quedaste pensando mientras tomabas mate

y mirabas un punto fijo qué pocas palabras que sos, dije

y ahí nomás te pusiste a llorar vos

que nunca nunca

de los nuncas llorás te vi harto

harto de mí pero principalmente de vos de tus impulsos de machito sexy

de tu triste canchereada

de tu caminar con las piernas abiertas de todo eso que hacés y que te hace

tal vez para protegerte de este mundo horrible lo entendiste y me sorprendió

todavía no me habías dado ropa seca yo seguía ahí

atónita con tu llanto descontrolado en otro en tu cocina

con ganas de abrazarte porque te amo con ganas de irme porque ya sé

te acercaste vos

con lo que te cuesta

me diste un beso en el cachete y me mojaste la pestaña

y se me desarmó el discurso

me dio mucha bronca, había estado días pensando en todo lo que te iba a decir

y ahora estaba perdida

me desactivaste y me pareciste el tipo más

tierno del planeta todo lleno de angustia en la cara

y la expresión era fatal perdón, soy el peor

la verdad que sí, lo sos

un abrazo de esos que son pausas un beso en el cuello

cachete nariz boca

creo que fue el coger más maravilloso que

tuvimos

nuestro final

no podía ser de otra manera me subiste a la mesada

sabíamos cómo hacer para explotarnos tus tetas ínfimas apoyadas en las mías tu pubis ejerciendo presión

no necesito más y lo sabías fue catastrófico

porque te odio y te amo y no te soporto

cómo voy a hacer para coger así con alguien

más

si no existe nadie más así

cómo vamos a hacer para soportar la estupidez

del desamor y todo eso que sabíamos que iba a pasar

por la adrenalina cruzada cuando nos

mirábamos

mientras me la chupabas

en un momento frenaste y me preguntaste si me quería ir de vacaciones con vos

¿te acordás?

me pareció la propuesta más delirante pero sos pillo

me tenías en tu boca, ¿cómo te iba a decir que no?

te quedaste quieto

con tu lengua apoyada entera en mi vulva

y me miraste con los ojos abiertos y gigantes dale, sí, te respondí distraída entre la suavidad

y el desoriente

eso es jugar sucio

me acabás de escribir

tengo tu mensaje sin ver en whatsapp dice “te cabe México en enero?”

hace siete meses que cortamos y no apareciste más

tengo muchas ganas de mandarte a cagar pero del 19 al 27 estoy libre

y la verdad es que me encanta la playa

¿te conté que ayer nos vimos en la parada del bondi?

creo que por primera vez charlamos yo mirá que no soy pesado y me doy

cuenta cuándo me dan cabida y cuándo no pero con él no entiendo nada

así que subimos

me dejó pasar y me agarraron cosquillas

el bondi, repleto así que nos acomodamos por

el medio

cerquita de la puerta

yo transpiraba onda adolescente y pasó algo tan random

tan fuera de registro

tuvo una erección sí, así como leés

yo lo tenía atrás y por eso me di cuenta porque sentí cómo, de a poquito, se le fue parando

¿entendés? en el bondi me volví loco

parecía una realidad paralela onda

¿adónde está la cámara?

yo te amo, flaco, pero al menos invitame a

tomar un café

igual no me quejo

me encantó, de hecho

lo sentí muchas veces sobre mí

tuve ganas de darme vuelta y decirle algo pero me pareció más incómodo

así que hice lo que cualquiera: saqué culo yo que jamás me animo a nada

pero ahí estaba, entregado al cien con mi ir, dispuesto a todo sintiéndolo de a ratitos

y fantaseando una vida juntos

rezaba para que me agarrara de la cintura

y cual película nos diéramos uno de esos besos

pero las películas películas son y el bondi se movía demasiado

yo quería velitas una cena rica

su pija en mi boca

¿lo dije o lo pensé?

la felicidad duró poco

yo sabía que él se bajaba cerca, me lo había dicho

sufrí

sufrí porque me latía cada vez más y quedaban

cada vez menos cuadras

como soy un imbécil no pude hacer nada más

que eso

demostrarle con mi cuerpo que sí que él sepa que apenas se acerca me abro

como un libro como un pollo como una flor

*

ahora estamos en la oficina los dos lo tengo en frente

es raro porque él sabe y yo sé pero ninguno de

los dos dice nada

hay presión en el aire

siento que mmmmm

voy a ir a charlarle

ahora que él me está mirando me voy a acercar

no puede quedar así esta historia deseame suerte

tiemblo como un bebé mal dormido

¿por qué me cuesta tanto? ¿será que nunca

poder encarar? a veces creo que el clóset lo tengo adentro

¿qué le digo?

“cheeeee, qué viajecito el otro día” no

muy fuerte

“¿llegaste bien a tu casa?” tampoco

es obvio que llegó bien, lo tengo en frente en un toquecito

quiero que me mire mirame mirame mirame ahí va

me miró voy

ayyy askjfhaskdjfhkajsdhjkfgrsgklsdhfgkj

¿moriré?

Quién es Paula Giménez

♦ Nació en Buenos Aires, Argentina, en 1986.

♦ Es escritora y periodista.

♦ Trabaja en distintos medios de comunicación y fue la creadora –junto a Posta– del primer podcast sobre sexo de América Latina.

♦ Creó junto a Filonews el segmento Sexipedia, que revolucionó la forma de hablar sobre sexualidad en los medios de comunicación mainstream.