La polémica biografía de Philip Roth, que casi no se publica porque su autor fue acusado de abuso sexual: empezá a leerla

Blake Bailey escribió un esperado trabajo sobre el gran escritor estadounidense pero su editorial original lo retiró y luego lo tomó otra. Ahora se consigue en castellano. Aquí, un fragmento.

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Philip Roth. Un escritor admirado y cuestionado. (Foto Gettyimages)
Philip Roth. Un escritor admirado y cuestionado. (Foto Gettyimages)

El libro estaba listo y recién distribuido por las librerías cuando vino el bombazo: Blake Bailey -el autor de una biografía de Philip Roth titulada simplemente Philip Roth. La biografía- había sido acusado de acoso sexual y violación y la editorial que lo publicaba en inglés -W. W. Norton- decidió no entregar más ejemplares, dejar de promoverlo... bajarlo. Habían pagado por ese trabajo medio millón de dólares y el título ya se colaba en la lista de los más vendidos.

Quienes acusaban a Bailey eran exalumnas que habían cursado con él durante la década del 90 y también una editora, con quien Bailey coincidió en la casa de veraneo de un conocido en 2015. Ella, Valentina Rice, dio detalles. Sencillos: se apagaron las luces, dijo, él se metió en el cuarto de ella, ella dijo que no y él decidió que sí. Violación.

Bailey negó todo pero a esa altura hasta su agente había cancelado el contrato con él. Era abril de 2021 y se esperaba que la biografía del eterno candidato al Premio Nobel, del neoyorkino, del admirado y controvertido Philip Roth fuera uno de los libros del año. En vez de eso, se caía.

"Philip Roth: la biografía" (Debate) de Blake Bailey
"Philip Roth: la biografía" (Debate) de Blake Bailey

Sin embargo, un mes después otra editorial anunció que publicaría el libro: la editorial Skyhorse. No es cualquier sello sino el mismo que había sacado A propósito de nada, la biografía de Woody Allen que Hachette desistió de editar después de que el director de cine fuera acusado por su hija Dylan de haberla abusado en la infancia.

Los contratos de la biografía de Roth para otros idiomas siguieron en pie y en castellano salió por editorial Debate. Y está entre las novedades de este mes de junio.

¿Y Roth?

El autor estadounidense, que murió en 2018, no quedó a salvo de la polémica. Él mismo había elegido a su biógrafo. Y el nombre de Roth está ligado a lo más crudo del sexo desde que publicó El lamento de Portnoy (O El mal de Portnoy, según la traducción), la novela en que un hombre habla con su psicoanalista de su adolescencia. Y está llena de deseos políticamente incorrectos, sexo con botellas, sexo con pedazos de hígado. Puede hablar de una mujer como “un suculento par de tetas”, por ejemplo.

El libro fue best seller y también lo marcó. Dijo Roth mucho después: “Mientras trabajaba no era consciente de que, a partir de ese momento, nunca me iba a librar de este paciente psicoanalítico al que llamaba Alexander Portnoy; de que, de hecho, estaba a punto de intercambiar mi identidad por la suya y de que, posteriormente, muchas mentes considerarían que su personaje y toda su parafernalia eran míos, y de que mis relaciones con gente conocida y desconocida cambiarían en consecuencia”.

Blake Bailey. El autor de la biografía de Philip Roth. (AFP)
Blake Bailey. El autor de la biografía de Philip Roth. (AFP)

Roth fue largamente acusado de misoginia. Fue infiel. Cuando era un profesor de 40 sedujo a una alumna de 19. A los sesenta y pico tenía una novia de 25. Él siempre creyó que por eso no ganó el Premio Nobel, para el que había sido candidato cada año. “Lo lamento si mis hombres no tienen los sentimientos correctos hacia las mujeres, o la gama universal de sentimientos hacia las mujeres”, dijo.

No hizo falta que apareciera el #MeToo ni la marea verde para que se lo señalara. En 1976, había aparecido en la tapa de la revista Village Voice junto con otros autores como Saul Bellow, Norman Mailer y Henry Miller, bajo el título: “¿Por qué estos hombres odian a las mujeres?”.

En su libro, Bailey cuenta infidelidades y atracción por las menores. Es un trabajo exhaustivo que ya había sido elogiado. En The New York Times, la novelista Cynthia Ozick lo había calificado como una “obra maestra narrativa, tanto de la totalidad como de la particularidad, de las crisis unidas al carácter, del carácter que hace brotar la percepción, de la percepción en el deseo y del deseo en el destino”.

Vida y obra de un autor polémico y apasionante por un biógrafo no menos polémico. Aquí, varios fragmentos de ese trabajo:

* Philip Roth. La biografía ya puede adquirirse como libro electrónico en Bajalibros, clickeando acá.

Philip Roth. La biografía (Fragmentos)

“El señor Roth es un escritor cuyo arte y cuya fuerza son mayores que su grandísima reputación”, había escrito ocho años antes el eminen­te crítico Frank Kermode, tras leer Pastoral americana, la novela acerca de la decadencia de Newark y la pérdida de la inocencia estadounidense durante los años sesenta, que llegaría a ganar el Premio Pulitzer. Es po­sible que Kermode pensara en una novela anterior, situada también en Newark, en la que seguía basándose en buena medida la reputación de Roth: El mal de Portnoy, su gran éxito de ventas de 1969 acerca de un muchacho judío obsesionado con su madre y siempre detrás de chicas shikses, que se masturba con un pedazo de carne de hígado (“follarme la cena de mi mismísima familia”).

Gran parte de lo que luego escribiría Roth sería una reacción a la mortificante fama que le proporcionó este libro: la percepción generalizada de que había escrito una confesión personal en vez de una novela, por no hablar de la percepción que se impu­so entre los miembros del establishment judío, para quienes Roth era un propagandista semejante a Goebbels y Streicher. El gran filósofo israelí Gershom Scholem llegó incluso a sugerir que Portnoy desencadenaría una especie de segundo Holocausto.

Un estadounidense. Philip Roth con Barack Obama en 2011, cuando fue distinguido por el entonces presidente. (Foto Patsy Lynch/Shutterstock)
Un estadounidense. Philip Roth con Barack Obama en 2011, cuando fue distinguido por el entonces presidente. (Foto Patsy Lynch/Shutterstock)

Dado el carácter magistral de toda su obra —treinta y un libros—, Roth llegaría seriamente a desear no haber publicado Portnoy. “Habría podido tener una carrera bastante seria sin ella y esquivar de paso un auténtico bombardeo de mierda y de insultos”: acusaciones de autodes­precio judío, de misoginia y de falta de seriedad en general. “Yo había es­crito ese libro que hablaba de sexo y de pajas y tal, así que me había con­vertido en una especie de payaso o de puto artista. Pero luego finalmente los tumbé. ¡Cabrones!”.

Roth fue uno de los últimos representantes de una generación de nove­listas heroicamente ambiciosos que incluía a amigos y a rivales ocasio­nales como John Updike, Don DeLillo y William Styron (vecino suyo en el condado de Litchfield, Connecticut), y cabría afirmar que su obra es la que tiene las mayores posibilidades de perdurar. En 2006, The New York Times Book Review sondeó la opinión de unos doscientos «escritores, críticos, editores y otros expertos en literatura» y les pidió que identifi­caran “la mejor obra americana de ficción publicada en los últimos vein­ticinco años”. Seis de los veintidós libros seleccionados para elaborar la lista final habían sido escritos por Roth: La contravida, Operación Shylock, El teatro de Sabbath, Pastoral americana, La mancha humana y La conjura contra América. “Si hubiéramos preguntado por el mejor escritor de ficción de los últimos veinticinco años —decía A. O. Scott en el artículo que acompañaba la lista—, [Roth] habría ganado”.

***

Cuando Roth ganó su segundo Premio Nacional del Libro por El teatro de Sabbath, los galardonados ya no eran anunciados de antemano, por lo que había dado razonablemente por supuesto que sus posibilidades de conseguirlo eran escasas. El presidente del jurado de la sección de narra­tiva, Thomas Mcguane, reconocería que su esposa había arrojado la no­vela de Roth “a la otra punta de la habitación al cabo de las primeras sesenta páginas”, mientras que otro miembro del jurado, Erica Jong, “dijo que El teatro de Sabbath había ganado a pesar del tema [del que trata], que la totalidad de los integrantes de la comisión encontraron repulsivo, pero la novela va más allá de eso para convertirse en una meditación sobre la mortalidad como ninguna otra”.

En medio del zumbido ensordecedor de comentarios adversos, Roth se ausentó de la ceremonia de entrega ce­lebrada en el Plaza el 15 de noviembre, y Wylie explicó que su cliente padecía una gripe bronquial. En realidad, Roth había recibido una especie de amenaza de muerte remitida por un profesor de Amherst College, William Pritchard, cuya elogiosa crítica de El teatro de Sabbath aparecida en la edición dominical de The New York Times había provocado el envío al “Departamento de Adulación e Inglés” de una carta anónima dirigida a él:

“Solo un pequeño lameculos miserable, un puto “profesor de inglés” de poca monta, se habría rebajado a calificar el último montón de cagadas de perro de ese cabrón judío como «su obra más rica y gratificante». ¿O acaso la fascinación de ese baboso judiazo por pasarse toda su vida pajeándose te ha dado la cálida sensación de haber encontrado a otro masturbador mara­toniano al que chupársela en papel impreso? Los maricones como tú debe­rían ser destruidos con fuego concentrado de fusil AK-47. Semejante reme­dio volvería a situar la educación superior americana al nivel que antes tenía. O contribuiría a que así fuera”.

En sus tierras. El estadounidense Philip Roth. (Foto Archivo GENTE)
En sus tierras. El estadounidense Philip Roth. (Foto Archivo GENTE)

Tras consultar al FBI, Roth pidió a Conarroe que asistiera a la cere­monia en su lugar y, si fuera necesario, pronunciara en su nombre un breve discurso de aceptación del premio: “He escrito un libro perverso—decía Roth citando a Herman Melville a propósito de Moby Dick—y me siento inmaculado como el cordero”.

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