Claudio Uberti, el primer “arrepentido” que confesó la recaudación que hacía para Néstor Kirchner

El ex funcionario fue condenado por el escándalo de la valija de Antonini Wilson, ocurrido hace 16 años. También declaró como imputado colaborador en la causa por los cuadernos de las coimas

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Cuando explotaba la causa de los cuadernos y un grupo de ex funcionarios kirchneristas ya habían sido detenidos sospechados de formar parte de un engranaje de corrupción que recaudaba dinero entre empresarios, Claudio Uberti se presentó en la fiscalía de Carlos Stornelli para pedir ser un arrepentido: “Yo le llevaba a Néstor Kirchner bolsos con el dinero que recaudaba de las concesionarias viales que estaban bajo mi órbita”.

Así comenzó la declaración que prestó como imputado colaborador en el marco del expediente en donde la entonces ex presidenta terminó acusada por ser jefa de una asociación ilícita. Tras la homologación por parte del juez federal Claudio Bonadio del acuerdo que había alcanzado con el fiscal Carlos Stornelli, Uberti se convirtió en el primer funcionario arrepentido de la era kirchnerista. En su declaración, vinculó directamente a Néstor y Cristina Kirchner con el cobro de las coimas y habló de vuelos repletos de valijas entre Buenos Aires y Santa Cruz.

“Yo le llevaba a Néstor Kirchner bolsos con el dinero que recaudaba de las concesionarias viales que estaban bajo mi órbita. Las entregas se hacían en el despacho presidencial de la Casa Rosada o en la Quinta de Olivos. También hubo entregas en el domicilio de De Vido”, introdujo el ex funcionario arrepentido, según la declaración completa a la que accedió este medio.

Y, sin dudarlo, ratificó una sospecha que tenían los investigadores pero que hasta ahora no habían podido escuchar de la boca de ningún otro arrepentido. “Cristina Kirchner estuvo presente varias veces en las que yo fui a dejar los bolsos, ella sabía todo lo que se hacía”, dijo.

Según relató, todo empezó con un enojo de Kirchner. “El Malo”, según se lo conocía en los círculos de poder. Una tarde le hizo un planteo porque su área, las concesiones viales, no contemplaba un circuito de recaudación ilegal de dinero. Días después de esa primera discusión, llegó su jefe directo con instrucciones.

El encargado de comunicarme mis tareas fue el ministro de Planificación, Julio De Vido. Me explicó qué había que hacer e incluso me fijó una meta que con el tiempo quedó desdibujada porque nada alcanzaba para satisfacer a ‘El Malo’. Debía recaudar USD 150 mil por mes de cada una de las empresas concesionarias que estaban en mi área”, contó. Tenían que ser dólares.

Claudio Uberti, en un acto oficial en otros tiempos
Claudio Uberti, en un acto oficial en otros tiempos

Le entregué el bolso y le conté que una empresa había aportado solamente pesos; explotó, su ira fue tal que empezó a pegarle patadas al bolso y volaron los pesos por todo el despacho”, recordó. “El Malo tenía esos modales”, dijo. Uberti detalló “Me maltrataban mucho. Un día, Néstor Kirchner repentinamente se dio vuelta en un avión en el que viajábamos los dos y me pegó sin ninguna razón aparente”.

“En otra ocasión, en un viaje a Madrid, Kirchner se molestó con el jefe de protocolo, Rubén Zacarías, porque habían llegado tarde los diarios. Entonces lo miró a su secretario Daniel Muñoz y le pidió que le dé tres. Muñoz se paró y le dio tres trompadas a Zacarías que lo dejaron en el piso. ‘Esto es para que sepas qué les pasa a los traidores’, exclamó Kirchner al aire”, repasó. Uberti, que estaba en el lugar, y el propio Zacarías no podían creer lo que veían.

En otro tramo de su declaración, relató algo que ocurrió en el departamento de Uruguay y Juncal. El matrimonio ya vivía en la Quinta Presidencial de Olivos y pasaban poco por el domicilio de Recoleta, que se había transformado en una suerte de búnker. “Un día llegué con 10 millones de dólares. No estaban Néstor ni Cristina, entonces pedí conocer el dormitorio. Pero no se podía pasar. Estaba repleto de valijas, bolsos y mochilas con billetes”, contó.

El ex funcionario también mencionó al empresario Gerardo Ferreyra, dueño de Electroingeniería. “Me encontré con él en el estacionamiento de un restaurante ubicado en Pampa y Figueroa Alcorta, en los bosques de Palermo. Hicimos un pase de valijas de un auto al otro. Fueron casi 10 millones de dólares”, repasó. Y apuntó a Techint, una firma que –según declaró– pagó coimas por 50 mil dólares. Ese dinero –dijo– no tuvo nada que ver con la “embajada paralela” en Venezuela, cuyos negocios al margen de la ley le adjudican a Uberti. Tampoco con una gestión que habrían prometido en su momento Kirchner y De Vido para interceder ante Chávez frente a la expropiación de Sidor. Sin embargo, los empresarios de Techint quedaron afuera de la causa de las coimas.