Rod Stewart a los 77 años: ¿Todavía pensás que soy sexy?

Con sus ocho hijos y su pareja desde hace 15 años, la voz más áspera del rock y uno de los artistas más populares del planeta –con más de 250 millones de discos vendidos– celebra su cumpleaños. Y son muchas las razones para festejar

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Rod Stewart lanza con 76 años su nuevo álbum, "The Tears of Hercules"
EFE/EPA/VICKIE FLORES/Archivo
Rod Stewart lanza con 76 años su nuevo álbum, "The Tears of Hercules" EFE/EPA/VICKIE FLORES/Archivo

Hace casi veinte años que la misma pregunta surge en cada uno de los cumpleaños del dueño de la voz más áspera e inconfundible del rock: ¿Todavía pensamos que es sexy, como decía una de sus más célebres canciones, que compuso cuando apenas pasaba los 30?

Rod Stewart pasó otra vez la prueba -y con creces- el mes pasado, cuando subió a tiktok y después a Instagram un video en el que se lo ve con su mujer, la modelo Penny Lancaster, bailando la coreografía de aquel famoso tema que se hizo viral entre chicos que ni siquiera saben quién es.

Frente al árbol de Navidad de su mansión de Essex, en Inglaterra, y con traje de lentejuelas negro, el ídolo con más de 250 millones de discos vendidos se mueve y brinca como si el tiempo no hubiera pasado para él. “Gracias por mostrarnos cómo se hace”, posteó y superó los 450k likes, que ya tiene cerca de siete millones de vistas.

No más preguntas: a los 77, Sir Rod sigue dando cátedra con el estilo que lo convirtió en Caballero de la Orden del Imperio Británico, hace apenas siete años. Por entonces, el príncipe William, encargado de condecorarlo, le dijo: “Es genial que todavía estés tan activo y cantando”. “No me queda otra -contestó el rockstar-: ¡Tengo ocho hijos!”.

Nacido el 10 de enero de 1945 en Highgate, al norte de Londres, Roderick David Stewart fue el menor y el único entre sus cuatro hermanos que no llegó al mundo en Escocia. La guerra iba a terminar ocho meses más tarde, y Rod fue hijo de esa esperanza. Recuerda su infancia como “increíblemente feliz”. Su padre, Robert, entrenador de fútbol, no tardó en notar el talento de su hijo; no para la música -faltaba para eso-, sino como defensor y delantero. Fue un pésimo alumno en el colegio -abandonó a los 15 años-, pero su habilidad en la cancha lo convirtió en el capitán del equipo de su secundaria.

Pero en la casa de Rod, la música siempre había estado presente. Fanático de las baladas románticas de Al Jonson -el artista mejor pago de su época, hoy cuestionado como el “rey del blackface”-, fue Robert quien le regaló su primera guitarra. No sabía que lo estaba alejando de su sueño de verlo jugar en primera. A mediados de 1960, lo ficharon para el Brentford F.C.; hay pocos registros de eso, ya que renunció a las pocas semanas, para decepción de su padre. “Tenía la facilidad, pero no el entusiasmo”, explica en sus memorias, Rod Stewart: “Autobiografía”, publicada en 2012. En el libro también dice sobre sus opciones de carrera: “La vida de un músico es mucho más fácil que la de un futbolista: puedo emborracharme y cantar, pero no puedo hacerlo y jugar a la pelota. Me definí por la música, pero sólo hay dos cosas que realmente puedo hacer: cantar y jugar al fútbol”.

Ronnie Wood, Rod Stewart y Kenney Jones durante los Brit Awards 2020 (EFE/EPA/VICKIE FLORES/ Flores)
Ronnie Wood, Rod Stewart y Kenney Jones durante los Brit Awards 2020 (EFE/EPA/VICKIE FLORES/ Flores)

Un año después, en el ‘61, audicionó por primera vez junto a los Raiders con Joe Meek, el productor del momento: fue un fracaso. Famoso por haberle dicho a Brian Epstein que no se molestara en hacerle un contrato a los Beatles, Meek sí firmó con los Raiders, pero con una condición: que se deshicieran de Stewart y de su voz rasposa. No sabía, ni pudo intuir que ese sería precisamente el rasgo distintivo del cantante.

“Rod”, como sabemos, no se dio por vencido, estaba entrenado para patear al arco cuantas veces fuera necesario. De los Raiders, en cambio, poco queda más que el recuerdo de esa anécdota. En plena era de las ideas, se unió a los beatniks y se fue a vivir en comunidad a una casa barco en Sussex. Se convirtió entonces en un activo defensor del desarme nuclear, fue detenido tres veces por participar de marchas y sentadas por la paz. Alguna vez dijo que aquellas marchas eran el mejor lugar para conocer chicas, y así fue como conoció a su primera novia formal, la estudiante de arte Suzannah Boffey.

El cantante británico Rod Stewart en uno de sus espectaculares shows (EFE/Carlos Díaz)
El cantante británico Rod Stewart en uno de sus espectaculares shows (EFE/Carlos Díaz)

Boffey quedó embarazada en 1963, cuando ambos tenían 18 años, y las familias de los dos los convencieron de que eran demasiado chicos para hacerse cargo de un hijo. Sarah nació el 6 de noviembre de ese año y fue dada en adopción; después de ese acontecimiento, Rod y Suzannah se separaron.

Por entonces, el astro tocaba la armónica en las calles del Swinging London junto a su amigo, el músico de folk Wizz Jones, y decidieron hacer lo mismo en otras ciudades. Viajaron primero a París y después a Barcelona. Dormían debajo de los puentes hasta que fueron deportados de España por “vagancia”.

A su regreso, Rod adoptó el estilo Mod que todavía caracteriza su look: los trajes de sastrería impecable y el pelo peinado en puntas, como la cresta de un gallo, a fuerza de frotarlo con mayonesa o agua con azúcar. También se dejó influenciar por las inclinaciones musicales de esa tribu urbana que entonces se enfrentaba a los roqueros sobre sus scooters italianos intervenidos con luces y colores: se fascinó con el jazz moderno -que dio nombre al movimiento, Mod es un apócope de modernists-, el soul y el rythm and blues. Así se sumó con la armónica -y como eventual vocalista- a los Dimensions, que solían tocar en el mítico Studio 51, donde reinaban los Rolling Stones. La banda se disolvió, pero fue una escuela: Stewart dice que aprendió a ser artista mirando a Mick Jagger en escena.

Rod Stewart y Penny Lancaster lograron el equilibrio y la pasión intactos (REUTERS/Simon Dawson)
Rod Stewart y Penny Lancaster lograron el equilibrio y la pasión intactos (REUTERS/Simon Dawson)

No había cumplido los 20 cuando Long John Baldry lo descubrió tocando con la armónica uno de sus temas, a la salida de un concierto en Twickenham, y lo invitó a ser parte de los All-Stars. Fue su primer trabajo pago como músico: 35 libras a la semana. También se ganó un apodo, Rod the Mod, con el que empezó a animarse a cantar más fuerte, se había transformado en el joven dandy de la música. En simultáneo arrancó con su carrera solista, grabó algunos demos, y terminó por firmar con la discográfica Decca Records para grabar su primer álbum, en septiembre de 1964.

Al disco debut, Goodmorning little schoolgirl, no le fue tan bien -Rod insistió en llevar material propio y dio de baja temas que le parecían demasiado comerciales-, pero fue el puntapié inicial para que lo notaran en los programas de televisión y comenzaran a llamarlo para actuar en vivo en shows musicales, sobre todo porque su estilo. Un año después protagonizó un mini documental sobre el mundo Mob, que llevaba su nombre: “Pascuas con Rod”.

Rod Stewart junto a uno de sus hijos, continúa con su vida familiar después del encierro por la pandemia (Splash News/The Grosby Group)
Rod Stewart junto a uno de sus hijos, continúa con su vida familiar después del encierro por la pandemia (Splash News/The Grosby Group)

Tuvo que grabar otros dos discos que pasaron sin pena ni gloria –pasó ese tiempo escuchando a Sam Cooke, que sería para siempre uno de sus mayores referentes-, hasta que se unió a la banda de Jeff Beck. En ese grupo tocó por primera vez con Ron Wood, quien se convertiría en uno de sus mejores amigos. Con la banda recorrió Europa y llegó, también por primera vez, a los Estados Unidos. En sus memorias cuenta que el pánico escénico de cantar ante el público americano sólo se le pasó después de un brandy. La banda fue ovacionada. Para cuando editaron su segundo álbum, el grupo ya se estaba separando: Ronnie y Rod ya eran parte de Faces.

Rod Stewart en su show cantando el tema que lo hizo más popular: Da Ya Think Im Sexy (Crees que soy sexy)

El primer éxito de Stewart como solista, An Old Raincoat Won’t Ever Let You Down, llegaría antes que el de Faces, y tendría a Wood en la guitarra. Ese debut internacional se conoció en el mundo como El álbum de Rod Stewart. Unos meses más tarde, ya con disco propio, First Steps, Faces comenzó su primera gran gira. Con su segundo disco solista, Every Picture Tells a Story, en 1971, logró su primer gran hit, Maggie May, que encabezó las carteleras de los Estados Unidos, Inglaterra, Canadá y Australia, durante varias semanas. Había nacido un rockstar.

En su segundo disco solista incluyó Twisting the night away, de su ídolo Sam Cook. Fue un suceso absoluto. A mediados de los setenta, Faces anunció su separación: la carrera solista de Rod se había vuelto demasiado intensa como para desdoblarse como frontman de la banda, lo mismo ocurría con las giras y compromisos de Ron con los Stones. Se mudó a Los Ángeles y sacó un nuevo disco, Atlantic Crossing, con hits como Sailing, hasta hoy el mayor éxito comercial del cantante en los Estados Unidos.

Rod Stewart y su hijo Sean
Rod Stewart y su hijo Sean

En 1979 se casó con la actriz y modelo americana Alana Collins, con quien tuvo a Kimberly – en 2011 tuvo una hija con Benicio del Toro, la primera nieta de Rod, Delilah– y Sean. Se divorciaron en 1984, cuando él ya estaba saliendo con la modelo de Sports Illustrated Kelly Emberg, con quien tuvo a Ruby, en 1987. Rod cuenta en sus memorias que estaba por proponerle casamiento, cuando conoció a la espectacular Rachel Hunter, de sólo 21 años, en un boliche de Los Ángeles. Él tenía 45, y la conexión fue “inmediata”. Asegura que lo sedujeron su belleza extraordinaria, su acento neozelandés, su frescura y su inteligencia. También que tuviera su propia carrera: ella ya era famosa por sus trabajos comerciales y sus videos de aerobics cuando empezó a salir con el cantante.

Renee nació en 1992 y Liam en 1994, pero bajo la imagen de la pareja perfecta, Rachel luchaba por no sentirse absorbida. La diferencia de edad fue más fuerte, dicen los dos. Hunter lo dejó en 1999. Para Rod fue el mayor golpe de su vida. “Yo era un rockstar, ¡no se deja a un rockstar! ¡nadie deja a Rod! Me golpeó como nada antes –dijo en una entrevista con el “Daily Mail” cuando el tiempo ya había curado las heridas–. Ella tenía solo 21 cuando nos casamos y fue mamá un año después. No lo entendí cuando mi hermana me dijo que era demasiado joven para mí, pero sí después: ella necesitaba vivir su vida”. Entendió, entonces, también por primera vez, lo que era sufrir por amor: “Tenía frío todo el tiempo y me tiraba en un sillón con un manta todo el día, con una botella de agua caliente en el pecho. Así aprendí lo que era tener el corazón roto, pensé que iba a volverme loco”.

Rod Stewart y Penny Lancaster llegan a The Sun's Who Cares Wins Awards en Londres, el 14 de septiembre de 2021 (REUTERS/May James)
Rod Stewart y Penny Lancaster llegan a The Sun's Who Cares Wins Awards en Londres, el 14 de septiembre de 2021 (REUTERS/May James)

Pero el dolor no duró más que unos meses en los que hizo análisis, yoga y todo tipo de terapias alternativas para reponerse. Ninguna funcionó como cruzarse con otra modelo igual de rubia, Penny Lancaster, después de un show en el Dorchester Hotel de Londres. “El bajista de mi banda, Carmine (Rojas), me advirtió: ‘Acabás de separarte, no estás listo’, y yo casi le pego. Pero, seis meses después, me dio su teléfono”. Con ella formó la que hasta hoy es su pareja más longeva: se casaron en 2007 en Italia, después de que él firmó el divorcio con Hunter. Ya tenían a su primer hijo, Alastair, y Aiden, que nació en 2011. Siguen juntos, y bailando: “Me arregló el corazón de todas las maneras posibles”, dice.

También sostiene que, gracias a Penny, pudo saldar sus viejas deudas de padre. Había vuelto a ver a Sarah, aquella hija que dio en adopción cuando era un adolescente y se enteró de que tenía un papá ultra famoso cuando cumplió 18 años. Pero en las últimas décadas, tras la muerte de los padres biológicos de la mujer de 59 años, que se crió en Sussex, Rod y ella se acercaron, primero como amigos y después, en una genuina relación de padre-hija, sobre todo después de que ella tuvo un serio problema de adicción a la cocaína. Rod estuvo presente en toda su rehabilitación, con dinero, pero también con amor.

Es común verlos ahora en fotos, junto a los otros siete hijos del astro y Penny. “Soy un padre distinto para cada uno, porque todos tienen diferentes edades -Aiden, el más chico, tiene 10-. Con los más grandes aprendí a escuchar sin juzgarlos, y más cuando tuvieron sus períodos malos con el alcohol y las drogas, de los que por suerte se sobrepusieron.

A Alaistar, de 15, hace poco le di ‘la’ charla de sexo. Me dijo que ya sabía todo: ‘Uso Internet, papá, ya sé todo’”, le confesó a “People” el pasado noviembre.

Incluso, hace unos meses, se fotografió con cuatro de las madres de sus hijos. Con todas, salvo con Suzannah, la madre de Sarah, que no pudo recomponer su relación con su hija, tiene una excelente relación. Y eso que alguna vez dijo, en relación a sus divorcios: “En vez de conocer a otra mujer y enamorarme, debería simplemente buscar a una que no soporte y comprarle una casa”.

Stewart es nombrado Sir por el príncipe Williams (AP)
Stewart es nombrado Sir por el príncipe Williams (AP)

El viejo corazón de Rod todavía es joven. Superó, con el apoyo de Penny, un cáncer de tiroides y que le extirparan unos nódulos benignos de las cuerdas vocales. Otro desafío superado: tuvo que aprender a cantar de nuevo. Sostiene que su secreto para tener una pareja tan feliz es haber mantenido siempre la intimidad, “no sólo con sexo, sino con charlas, abrazos, besos”.

Cualquiera que los haya visto riendo y haciendo los pasos de la coreografía de Do ya think I’m sexy? en diciembre pasado, sabe que esa complicidad entre ellos se mantiene intacta.

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