El destino de los despiadados hermanos de Beverly Hills que mataron a sus padres podría dar un vuelco inesperado

Lyle y Erik Menéndez lo tenían todo: una mansión, autos de lujo y una vida entre famosos. Los masacraron con 16 balazos por supuestos abusos físicos, emocionales y sexuales. Ahora, aguardan una decisión que esperan los libere

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La familia perfecta, según sus vecinos de Beverly Hills: José Menéndez, su esposa Marie Louise “Kitty” Anderson y sus hijos Lyle y Erik (ABC)
La familia perfecta, según sus vecinos de Beverly Hills: José Menéndez, su esposa Marie Louise “Kitty” Anderson y sus hijos Lyle y Erik (ABC)
Lyle y Erik Menéndez llevan más de treinta años encarcelados en California por el brutal asesinato de sus padres, José y Kitty Menéndez, ocurrido en 1989. Condenados a cadena perpetua por homicidio en primer grado, hoy esperan que nuevas evidencias logren reabrir su causa y devolverles la libertad.

En una entrevista exclusiva con “48 Hours” de CBS, Lyle Menéndez habló desde prisión con la periodista Natalie Morales mientras espera el fallo crucial de un juez que podría cambiar el rumbo de su historia y la de su hermano.

Aunque admiten haber jalado el gatillo, Lyle y Erik sostienen que actuaron por miedo y en defensa propia, tras soportar una vida de abusos físicos, emocionales y sexuales a manos de sus padres. Su abogado, Cliff Gardner, asegura tener nuevas pruebas que respaldan esos reclamos y que podrían reducir su culpabilidad.

Gardner argumenta que, de haber sido consideradas estas evidencias, los Menéndez deberían haber sido condenados por homicidio culposo en lugar de asesinato premeditado, resultando en una sentencia más leve.

Entre las nuevas evidencias se destaca una carta que, según Gardner, fue escrita por Erik Menéndez a su primo Andy Cano en diciembre de 1988, ocho meses antes del crimen. En ese mensaje, Erik confiesa: “He estado tratando de evitar a papá. Todavía está pasando, Andy, pero ahora es peor para mí. ... Todas las noches me quedo pensando que podría entrar a mi cuarto. ... Tengo miedo. ... Está loco. Me ha advertido cien veces que no se lo diga a nadie, especialmente a Lyle”.

Cano, quien sufrió una sobredosis involuntaria y falleció en 2003, había testificado que Erik, a los 13 años, le reveló que su padre abusaba sexualmente de él, y que le daba “masajes genitales”, pero los fiscales sugirieron que su testimonio carecía de veracidad.

Lyle y Erik enfrentaron dos juicios. El primero terminó con un jurado dividido, y en el segundo, la fiscalía arremetió contra las denuncias de abuso, tildándolas de “excusas”. Fue en este segundo juicio donde fueron sentenciados a cadena perpetua por homicidio agravado.

En 2023, Roy Rosselló, ex integrante de la banda puertorriqueña Menudo, también acusó a José Menéndez de abusar sexualmente de él en los años 80, cuando era adolescente y el grupo estaba bajo contrato con RCA Records, donde Menéndez era un alto ejecutivo, según CBS.

Rosselló afirma que fue víctima de los abusos de Menéndez entre 1983 y 1984, cuando tenía entre 14 y 15 años, en la residencia de los Menéndez y en Nueva York. “Cuando escuché sobre esto por primera vez, lloré”, confesó Lyle Menéndez a “48 Hours”. “Para mí, fue muy significativo que salieran a la luz cosas que hicieron que la gente se diera cuenta de que, al menos en parte, lo que hemos dicho sobre los abusos es verdad”.

Ex Menudo acusa al padre de los Menéndez de abuso: José Menéndez, en la fila superior, segundo por la izquierda, aparece en una foto con antiguos miembros de Menudo en 1983, incluido Roy Rosselló, abajo a la derecha. (Sony Music/RCA Records)
Ex Menudo acusa al padre de los Menéndez de abuso: José Menéndez, en la fila superior, segundo por la izquierda, aparece en una foto con antiguos miembros de Menudo en 1983, incluido Roy Rosselló, abajo a la derecha. (Sony Music/RCA Records)

El testimonio de Rosselló y la carta inédita de Erik llevaron al abogado Cliff Gardner a presentar en mayo de 2023 un recurso de habeas corpus solicitando que se anulen las condenas, por considerar que estas nuevas evidencias son lo suficientemente sólidas y relevantes como para cambiar el rumbo del caso.

“Estos chicos fueron abusados desde niños. Fueron abusados toda su vida. Este es un caso de homicidio culposo, no un caso de asesinato a sangre fría. Así de simple”, aseguró Gardner a “48 Hours”. “Mi esperanza es que el juez se dé cuenta de que estos nuevos elementos de prueba son realmente creíbles y convincentes, y que decida anular las condenas”.

Si esto se concreta, quedará en manos de la Fiscalía del Condado de Los Ángeles decidir si los hermanos Menéndez deben ser juzgados nuevamente o no. Mientras tanto, Lyle y Erik aguardan en prisión.

Los hermanos Menéndez admitieron haber matado a sus padres, pero alegan haber actuado en defensa propia. (Créditos: ABC)
Los hermanos Menéndez admitieron haber matado a sus padres, pero alegan haber actuado en defensa propia. (Créditos: ABC)

La espeluznante historia

Una historia que comenzó aquella fatídica noche del 20 de agosto de 1989, cuando los disparos de una escopeta Mossberg calibre 12 rompieron la calma del exclusivo barrio de Beverly Hills y destrozaron para siempre a una familia que, de puertas para afuera, parecía tenerlo todo.

José Menéndez y Marie Louise “Kitty” Anderson, un matrimonio aparentemente exitoso y feliz, eran conscientes de que sus hijos Lyle y Erik estaban desviándose del camino que habían trazado para ellos, un sendero de estudios, trabajo duro y logros. Sin embargo, jamás imaginaron que la situación llegaría a un punto tan crítico, ni que la furia y el resentimiento que los jóvenes acumulaban en su interior estaban a punto de estallar de la peor manera.

Lyle y Erik Menéndez, tenían 21 y 18 años cuando masacraron a sus padres. Llamaron all 911 luego de la matanza, e inventaron un coartada (AP)
Lyle y Erik Menéndez, tenían 21 y 18 años cuando masacraron a sus padres. Llamaron all 911 luego de la matanza, e inventaron un coartada (AP)

Desde afuera, la vida de los Menéndez parecía perfecta: una imponente mansión de estilo mediterráneo en el exclusivo barrio de Beverly Hills, valuada en 5 millones de dólares y anteriormente habitada por estrellas como Elton John y Prince. Coches de lujo, los mejores colegios, profesores particulares y vacaciones en el extranjero. Pero a pesar de todos estos privilegios, Lyle y Erik no parecían satisfechos.

José, un incansable trabajador, había depositado grandes esperanzas en sus hijos, pero poco a poco veía cómo esos sueños se desmoronaban. Lyle había sido suspendido de la prestigiosa Universidad de Princeton por copiar en un examen, mientras que Erik acumulaba arrestos por hurtos menores en la ciudad de Calabasas. La fortuna de su padre los había salvado hasta entonces, pero los padres comenzaban a temer que tantos lujos estuvieran arruinando a sus vástagos.

El parricidio por el que los hermanos Menéndez fueron condenados

El 20 de agosto de 1989, tras un día de navegación familiar, José y Kitty se relajaban viendo una película de James Bond en la sala de su hogar. Nada hacía presagiar la tragedia que se avecinaba. Según la investigación posterior, cuando los jóvenes regresaron del cine ejecutaron su siniestro plan. José recibió un disparo en la nuca que lo mató al instante.

Kitty, alarmada, intentó huir pero fue alcanzada en la pierna por un escopetazo. Mientras yacía gimiendo en el suelo, recibió múltiples impactos en el pecho y el rostro que la desfiguraron por completo.

En total, José recibió 6 balazos y Kitty, 10.

José y Kitty Menéndez, brutalmente asesinados por sus hijos Lyle y Erik en su mansión de Beverly Hills el 20 de agosto de 1989. (Captura TV)
José y Kitty Menéndez, brutalmente asesinados por sus hijos Lyle y Erik en su mansión de Beverly Hills el 20 de agosto de 1989. (Captura TV)

Luego de cometer el brutal parricidio, Lyle y Erik llamaron al 911 fingiendo desesperación. Pero pronto surgieron sospechas sobre su posible autoría, más aún cuando en los meses siguientes se embarcaron en fastuosos gastos, derrochando un millón de dólares de la herencia en lujos extravagantes. Sin embargo, el caso dio un vuelco cuando Erik, atormentado, confesó el crimen a su psicólogo, el Dr. Oziel, sin mencionar aún los presuntos abusos que luego alegarían en el juicio.

Aunque la confidencialidad médico-paciente impedía usar las confesiones, los hermanos cometieron un error fatal al amenazar de muerte al terapeuta, anulando así el secreto profesional. Gracias a esto y a otras evidencias, fueron formalmente acusados del asesinato de sus padres por el gran jurado el 8 de diciembre de 1992.

Los juicios

El juicio, televisado en 1993, se convirtió en un circo mediático que polarizó a la opinión pública. La defensa argumentó que los hermanos habían actuado movidos por una infancia de abusos a manos de su padre, un supuesto tirano controlador y violento.

Pero los fiscales retrataron a Lyle y Erik como dos jóvenes privilegiados, narcisistas y malcriados que mataron por codicia y libertinaje. Además, la fiscalía basó su acusación en que los hermanos cometieron el asesinato de forma fría y premeditada para heredar el patrimonio de sus padres, estimado en 14 millones de dólares.

En el primer juicio el jurado no pudo llegar a ninguna definición, pero hubo un segundo juicio menos mediático.

Lyle y Erik Menéndez fueron hallados culpables de asesinar a sus padres y sentenciados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad
Lyle y Erik Menéndez fueron hallados culpables de asesinar a sus padres y sentenciados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad

La condena

Tras dos procesos intensos y altamente publicitados, con encendidos argumentos de ambas partes, los Menéndez fueron hallados culpables de asesinato en primer grado y condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional el 17 de abril de 1996. Desde entonces, han pasado décadas entre rejas, cumpliendo sus sentencias en prisiones de máxima seguridad e intentando apelar sin éxito sus condenas.

A pesar de haberse casado en prisión y de haber solicitado numerosos recursos legales, ningún tribunal ha accedido a revisar el caso. Recién en 2018, los hermanos lograron ser trasladados juntos a una misma penitenciaría en San Diego, pudiendo así compartir el día a día por primera vez en casi tres décadas.

Erik Menendez y su hermano Lyle en mayo de 1991 frente a los tribunales. Fue el momento en que la Corte de California debió decidir si las confesones hechas a su psiquiatra -y que fueron grabada- podían ser usadas como evidencia (REUTERS)
Erik Menendez y su hermano Lyle en mayo de 1991 frente a los tribunales. Fue el momento en que la Corte de California debió decidir si las confesones hechas a su psiquiatra -y que fueron grabada- podían ser usadas como evidencia (REUTERS)

En las últimas semanas, el abogado de los hermanos Menéndez, Cliff Gardner, reveló a CBS la existencia de nuevas pruebas que podrían cambiar el rumbo del caso. Se trata de una carta escrita por Erik Menéndez a su primo, descubierta recientemente por un familiar mientras revisaba un antiguo depósito. Un giro inesperado en una historia que, décadas después, parece estar lejos de haber sido completamente escrita.

Lyle y Erik, los que una vez fueron los “príncipes” mimados de Beverly Hills, por el momento pasan el resto de sus vidas pagando por el atroz crimen que conmocionó a Estados Unidos.

Erik y Lyle Menéndez, prometedores tenistas entrenados con rigor por su exigente padre José, quien soñaba con convertirlos en estrellas del deporte.
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Nuevas pruebas podrían cambiar el destino de los Hermanos Menéndez
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Netflix anunció en 2023 “Monsters: The Lyle and Erik Menendez Story”, nueva serie de la antología “Monster”. Recreará el brutal asesinato de José y Kitty Menéndez a manos de sus hijos en 1989. Tras el éxito de “Dahmer”, se esperan revelaciones impactantes.

Lyle y Erik en su infancia, cuando nadie podía imaginar la tragedia
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El impactante parricidio de Beverly Hills: ¿Víctimas o victimarios?
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Lyle y Erik Menéndez, encarcelados por matar a sus padres en 1989, buscan un giro en su caso. (AP)
Lyle y Erik Menéndez, encarcelados por matar a sus padres en 1989, buscan un giro en su caso. (AP)

El especial de CBS, “La lucha por la libertad de los hermanos Menéndez” ya está disponible en Paramount+ en Estados Unidos.

Entre las nuevas pruebas del caso figura esta carta escrita por Erik Menéndez a su primo Andy Cano en diciembre de 1988.
(Tribunal Superior del Estado de California, Condado de Los Ángeles)
Entre las nuevas pruebas del caso figura esta carta escrita por Erik Menéndez a su primo Andy Cano en diciembre de 1988. (Tribunal Superior del Estado de California, Condado de Los Ángeles)