Sánchez anuncia un punto y aparte con todos los nuevos párrafos por escribir

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José Miguel Blanco

Madrid, 29 abr (EFE).- Después de cinco días de reflexión, Pedro Sánchez ha comunicado este lunes que continúa al frente del Gobierno, que su sitio por ahora sigue estando en La Moncloa.

Con mucha expectación, con suspense incluido hasta en la hora en que comparecería para anunciar su decisión, ha explicado que ha puesto en la balanza pros y contras y ha sido fiel a su biografía de resistencia cuando el sentimiento generalizado en las filas socialistas apuntaba a una dimisión.

Que haya contradicho ese pesimismo ha llevado al alivio a quienes en su partido ya hacían cábalas sobre la necesidad de abordar de inmediato una sucesión en un momento muy delicado, pero también ha debido servirles de alerta para estar preparados ante tesituras como en las que les ha puesto su líder desde el miércoles.

El desenlace de esta situación, más allá de la continuidad del presidente, es que su decisión, según ha dicho él mismo, es un punto y aparte.

Sánchez continúa. Dice que lo hace "con más fuerza si cabe", pero garantiza que algo va a cambiar, y eso es lo que a partir de ahora ha de concretar.

Se trata de dar contenido al compromiso contraído de trabajar desde este momento con firmeza por una regeneración democrática que considera pendiente y por avanzar y consolidar derechos y libertades.

El Consejo de Ministros se prepararía para traducir en breve en medidas esas palabras que podrían tener en la Justicia uno de sus puntos de mira si atiende a peticiones como las que ha hecho ya Yolanda Díaz invitando a ir más allá del pacto de investidura, modificar la conocida como ley mordaza y reformar el poder judicial.

También la senda de alguna reforma judicial estaría sobre la mesa si sigue los resultados de la encuesta del CIS hecha pública horas después de la comparecencia y en la que una abrumadora mayoría (el 81,4% de los consultados) apoya una modificación de la Justicia.

A la espera de que se desvelen los pasos que se van a dar, Sánchez ha pedido colaboración a la sociedad para luchar contra el "fango" de los bulos y los ataques personales que dice están sufriendo tanto él como su esposa, Begoña Gómez.

Su continuidad no va a frenarlos. Así lo ha reconocido él mismo ante la evidencia de que su permanencia va a avivar el argumento de la oposición, personalizado especialmente en el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (quien habla ya de una "tomadura de pelo"), de que los cinco días de reflexión han sido pura estrategia política para sumar apoyos.

Pero tras este periodo, Sánchez ha afirmado que tanto él como su esposa están convencidos de que podrán con esa "campaña de descrédito"

"He decidido seguir", ha pronunciado de forma solemne en la escalinata de acceso al edificio principal del Palacio de la Moncloa echando por tierra las apuestas sobre una dimisión, una cuestión de confianza o la convocatoria de elecciones en el momento que, por ley, pudiera hacerlo. Es decir, a finales de mayo.

Seguir implica que mantiene el respaldo de su socio de coalición, Sumar, pero no que se disipen de la noche a la mañana las dificultades que se le presentaban cinco días atrás.

Una vez terminada su reflexión, como en el relato de Augusto Monterroso, el dinosaurio sigue estando ahí, y más allá de los reproches de la oposición, la aritmética parlamentaria permanece inalterable.

Eso supone que se mantiene la incertidumbre sobre el aval de las Cortes a las iniciativas que apruebe el Gobierno y, en especial, sobre algunas que son clave como los presupuestos para 2025.

Junts sigue teniendo la llave, y las elecciones en Cataluña el 12 de mayo, en cuya campaña se prevé que se implique de nuevo Sánchez de forma inmediata tras retomar su agenda, pueden desembocar en un endiablado resultado con repercusiones en Madrid.

Ya ha habido opiniones de otros socios parlamentarios como ERC, quien por boca del president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha censurado la "comedia de cinco días" de Sánchez dudando de su honestidad, o las del portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, cuestionando la forma en que lo ha hecho.

Con esos toques de atención, él seguirá siendo presidente cuando en mayo el Congreso apruebe la ley de amnistía, y desde su cargo podrá culminar la hoja de ruta que desembocará en el reconocimiento de Palestina como Estado y hacer el análisis que corresponda tras las elecciones europeas del 9 de junio.

Los comicios a la Eurocámara siempre tienen una lectura nacional a la que se apuntan los partidos que salen bien parados en ellos y de la que rehuyen los que no salen contentos del recuento, pero en esta ocasión adquirirá también un tinte plebiscitario después del movimiento de Sánchez.

Un movimiento para seguir, y seguir para cambiar. Ha hecho un punto y aparte con todos los nuevos párrafos por escribir. EFE

BB/bal