Xavi y el Barça se pierden en su crisis bidireccional: irregulares resultados y contradicciones con la directiva

Las últimas derrotas ante Girona y Amberes dejan muy tocado al actual técnico azulgrana que se la juega ante el Valencia en Mestalla. Deco evidencia el distanciamiento entre directivos y entrenador

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Xavi Hernández durante el partido ante el Girona (REUTERS).
Xavi Hernández durante el partido ante el Girona (REUTERS).

“Somos un Barça en construcción”, afirmó Xavi nada más ser atropellado por el Girona. Y cualquiera que haya hecho reformas en casa sabe lo que esa frase significa: estamos jodidos. El técnico azulgrana pronunció esas palabras a pesar de que su equipo ha fichado trece jugadores en dos años y de que la temporada pasada fue campeón de Liga. Xavi tenía todos los ojos puestos en él desde su llegada al banquillo del Barcelona el 6 de noviembre de 2021. Pero ahora nota que esas mismas miradas lo acusan, desde todos los puntos, sin que encuentre ni en el vestuario ni en los despachos un sitio en el que cobijarse.

Las últimas derrotas ante Girona y Amberes, que no había conseguido ningún punto hasta la fecha, han desatado una ola de críticas que este sábado (21.00 horas) encalla en Mestalla ante el Valencia. “Lo que necesita el club es estabilidad. Sabemos que el fútbol no tiene memoria. Cuando digo que estamos en construcción es porque habrá baches, pero hay que seguir creyendo en el proyecto, incluso si se pierde o empata en Valencia”, explica Xavi. Su equipo, eliminado de la fase de grupos de Champions en las pasadas dos temporadas, en la actual ha acabado primero, pero sin transmitir buenas sensaciones a través de su juego. En lo que va de curso ha encajado dos goles menos que el total de la pasada campaña y únicamente Koeman cuenta con peor porcentaje de victorias que Xavi.

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Discrepancias con la directiva

No son sólo los números, también el ambiente y esa comunicación no verbal cada vez más expresiva ante la cada vez más dubitativa comunicación verbal. “El cómo no ha sido malo. Hemos tenido el partido en nuestras manos, pero no hemos aprovechado nuestros momentos y el Girona, sí”, explicaba el técnico azulgrana después de la derrota ante el nuevo líder de la Liga. “No hemos hecho un buen partido”, admitía Deco.

Xavi da indicaciones durante el partido ante el Amberes (REUTERS).
Xavi da indicaciones durante el partido ante el Amberes (REUTERS).

Y tras Girona, llegó Amberes y una nueva polémica. El Barça anunció cambios de última hora en la convocatoria para enfrentarse al cuadro belga y Ronald Araujo, Robert Lewandowski e Ilkay Gündogan, que en un principio no viajaban a Bélgica tuvieron que montarse en el avión. “Se ha generado una tensión innecesaria en el tema de la lista de convocados. Lo cambio porque hablamos entre todos, especialmente con los jugadores. Hubo un consenso con el presidente, con Deco y cambiamos la lista”, explicaba Xavi. “La convocatoria es un tema del entrenador. Nosotros no hemos consensuado nada”, rechazó después Deco. Otro campo de batalla donde el técnico está perdiendo poder.

La prensa, en el punto de mira de Xavi

Xavi Hernández es un entrenador que no tiene pelos en la lengua, dice lo que piensa y siente en cada comparecencia, aunque sus declaraciones puedan levantar críticas. Para el recuerdo quedan sus explicaciones tras los partidos en los que su equipo no ha mostrado la mejor versión. Al sol de Getafe y la altura del césped, se une ahora un tercer intangible personificado en los medios de comunicación. “Sin duda creo que lo que diga la prensa afecta al juego del equipo. Se generan situaciones y escenarios que, para mí, no son reales. Me pasó como futbolista y le pasa a mis futbolistas. Creo que les afecta demasiado lo que se dice en el entorno”, explica tras la sufrida victoria (2-1) de su equipo ante el Alavés.

“A mí no me afecta lo que dice el entorno porque yo no tengo que hacer prácticamente nada. Yo no juego. Tranquilidad. Les he dicho que estén tranquilos. Que a mí me dijeron que era el cáncer del Barça y estoy aquí de entrenador. Tranquilidad y calma. Sobre todo le afecta a los más jóvenes. Ves a Iñigo, a Lewandowski, a Cancelo, a Gündogan y no les afecta. Pero hay mucha gente joven y hay que protegerles. La sensación, cuando ves las caras de los jugadores, es que están así. Tranquilidad. Yo llevo cuatro días sin mirar nada y estoy tranquilísimo. Pero claro, no creo que todos estén igual que yo. Estos jugadores merecen un crédito”, asegura.

Para Xavi y el Barça cada partido se ha convertido en un examen. Este sentimiento de urgencia se ha instalado en el vestuario, que hace jornadas que cuenta sus partidos por finales. A siete puntos del Girona y cinco del Real Madrid, los azulgranas viajan a un escenario, Mestalla, propenso a avivar fuegos en los últimos años. Después se enfrentará al Almería y Las Palmas en Liga y Barbastro en Copa antes de pelear por la Supercopa de España, su primer título como técnico azulgrana el curso pasado. En Arabia consiguió una felicidad que jornada a jornada parece que se le escapa.