España se queda rezagada en la carrera por la innovación: se sitúa en el puesto 29 del ránking mundial, lejos de Alemania, Francia o Italia

España puntúa muy bajo en cuanto a políticas impulsoras para hacer negocios -91º puesto mundial-, aunque el peor indicador es el de crecimiento de su productividad laboral

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Una investigadora trabaja en el nuevo Centro de Oncología Experimental del Instituto de Investigación del Hospital Universitario 12 de Octubre.
Una investigadora trabaja en el nuevo Centro de Oncología Experimental del Instituto de Investigación del Hospital Universitario 12 de Octubre.

La carrera por la innovación es clave para el avance de las economías a nivel mundial. Sin embargo, España, continúa rezagada con respecto a otros países en inversión en esta materia, así como en políticas públicas que impulsen el desarrollo de la innovación. Así, nuestro país se sitúa por segundo año consecutivo en 29ª posición en el índice de innovación que elabora anualmente la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), publicado hoy y en el que Suiza se sitúa líder por décimo tercer año consecutivo.

En un ránking donde los países europeos están muy bien posicionados -12 de los 20 primeros son economías del Viejo Continente-, España está por debajo de otros de similar tamaño en la región como Reino Unido (cuarta posición), Alemania (octava), Francia (undécima), o Italia (26ª). Supera en un puesto a Portugal (30ª) y sigue por encima de potencias emergentes como India (40ª), Brasil (49ª) o Rusia (51ª), pero no de China, que en los últimos años ha ido ascendiendo posiciones hasta ocupar la duodécima en esta edición.

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El índice, que la OMPI elabora desde 2007 y esta vez compara a 130 países utilizando 80 variables, muestra como punto fuerte de España el desarrollo de sus infraestructuras (16º puesto mundial) y, por contra, su puntuación más débil es en materia institucional -43ª del mundo, incluso por debajo de China, aunque mejor que Italia-.

En detalle, España puntúa muy bajo en cuanto a políticas impulsoras para hacer negocios (91º puesto mundial), aunque el peor indicador de los 80 estudiados para el país es el de crecimiento de su productividad laboral, donde se sitúa en 107ª posición. Otros subíndices donde España muestra debilidad son el porcentaje de inversión del PIB en educación, el número de graduados en disciplinas científicas y de ingeniería, la financiación de empresas emergentes o la colaboración entre universidades e industria en materia de I+D.

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Por contra, España se sitúa en sexta posición mundial en cuanto a matriculación de estudiantes en enseñanza superior, octava en producción cinematográfica, o duodécima en porcentaje del PIB gastado en software, factores que contribuyen a su buena posición final. Otros puntos fuertes de la economía española destacados en el informe son la inversión en I+D de sus principales multinacionales, la situación de su mercado doméstico, o la formación ofrecida por sus empresas.

El documento incluye también una clasificación de las 100 ciudades más atractivas para la innovación y el desarrollo (medidas por el número de patentes y artículos científicos que concentran), en la que Madrid ocupa la posición 48ª y Barcelona la 54ª. Esa clasificación está liderada especialmente por ciudades asiáticas, ya que Tokio, Hong Kong, Seúl, Pekín y Shanghái están en los cinco primeros lugares. Las dos principales ciudades españolas están en la zona media de la lista junto a otras del continente europeo como Zúrich, Milán o Bruselas, y bastante por encima de otras como Roma, Viena, Oxford, Lyon, Basilea o Hamburgo.