Basta de preguntar quién fue mejor, si Messi o Maradona…

El columnista, que vio jugar desde sus inicios a ambos jugadores, explica por qué son parte de una línea que nació mucho antes. Aunque hay temas de actualidad como las sociedades anónimas en el fútbol, la pregunta sobre los diez vuelve una y otra vez

Compartir
Compartir articulo
Una bandera con Messi y Maradona durante los festejos por el campeonato de 2022
Una bandera con Messi y Maradona durante los festejos por el campeonato de 2022

Me resulta altamente estimulante cuando algún joven colega (todos lo son en realidad), me tiene en cuenta para pedirme una entrevista. Sobre todo si trabaja en algún medio del interior del país. Y es por ello que busco la manera de encajar en los horarios propuestos aún cuando estos coincidan con mis obligaciones laborales. Por ahí justo estoy al aire o escribiendo una nota para Infobae, nuestro medio. Siempre habrá 10 minutos durante los cuales esquivar la simultaneidad y así salir en vivo con el compañero. Un privilegio.

Por lo general las preguntas transitan un amplio espectro y se vinculan con la coyuntura. ¿Qué opina usted sobre las SAD?, podría ser la primera requisitoria en estos días de debate parlamentario.

-Bueno, vea, yo estoy en contra de las SAD.

Y desarrollo rápido: “En nuestro país los clubes fueron son y serán de los socios. Llevan a cabo acciones sociales, deportivas y pertenecen a la cultura inamovible de una comunidad. No son empresas que se compran… Adviértase, por ejemplo, un caso llamativo cómo resultó la compra de Newcastle en 2021 a Mike Ashley. Él era el dueño de la cadena de ropa deportiva “Sports direct” y le vendió el club a Mohamed bin Salmán, príncipe heredero de Arabia Saudita. Fue el príncipe quien en nombre del fondo soberano saudí Public Investment Fund, lo convirtió en el club más rico del mundo. Sin embargo el mismo no es de un particular, es del estado saudí. Y pese a que la Premier League no acepta que un club sea propiedad de un estado, el entonces primer ministro británico Boris Johnson intercedió ante la Premier y les “pidió” a todos los clubes que aceptaran la compra por parte de los saudíes. El punto es que el fondo es a su vez dueño de los 5 principales equipos del torneo árabe, en los cuales juegan Benzema, Cristiano Ronaldo, Neymar y otras grandes figuras, por lo que perfectamente podrían desembarcar en Newcastle ya que son del mismo dueño, en función de ello la Premier, a pedido de los clubes ha limitado esa posibilidad.-

Solo si el colega que me entrevista me pidiera más ejemplos le diría: “Esto nos lleva a un tema importante, que es la Multipropiedad, es decir un grupo económico que maneje distintos equipos. Tenemos el caso de Manchester City, que es de capitales de los Emiratos Árabes Unidos. Su propietario es el City Football Group Limited (CFG), una sociedad que administra clubes de fútbol. Esta empresa le pertenece a tres organizaciones: el 78% es propiedad mayoritaria del Abu Dhabi United Group, el 10% de la firma estadounidense Silver Lake y el 12% de las firmas chinas China Media Capital y CITIC Group.

La empresa controla y administra a los siguientes clubes: El 100% de Manchester City FC (Inglaterra) , Melbourne City (Australia) , Montevideo City Torque Troyes (Uruguay) , AC Lommel SK (99%) (Bélgica), New York City FC (80%, USA) Palermo (80%, Italia), Mumbai City FC (65%, India), Girona FC (47% , España), Sichuan Jiuniu FC (29,7% , China), Yokohama F. Marinos (20% , Japón) y Esporte Clube Bahia (90%, Brasil). Tal como observan –les remato- este poderoso grupo tiene presencia en Europa, Estados Unidos, Sudamérica, Asia y Oceanía

Luego y solo si me lo preguntan puedo continuar con ejemplos sobre la verdadera prevalencia de las SAD y tal como lo remarca Horacio Zamudio –el querido colega y entrañable amigo que más sabe sobre el fútbol de Europa y especialmente del de Inglaterra- concluyo : “A pesar de todo esto y digan lo que digan el Real Madrid y el Barcelona son sociedades civiles, ¿quieren repasar los logros?:

Real Madrid ganó 14 champions/copas de Europa; Barcelona ganó 5. Los 6 más grandes de Inglaterra ganaron lo siguiente: Manchester United 3: Manchester City 1 : Liverpool 6 ; Chelsea 2 ; Tottenham 0, Arsenal 0 y les agrego al PSG 0; total ,12. O sea, les voy concluyendo cual si esta hubiese sido la última pregunta, “que los 7 clubes ingleses juntos tienen menos Champions que Real Madrid. Y buscando la frase final suelo remarcar: el PSG del príncipe de Qatar, el Jeque Tamim bin Hamad Al Thani, con Messi, Mbappé, Neymar y Sergio Ramos no ganó ninguna Champions, les pregunto: ¿ustedes queridos amigos creen que en el fútbol ganar es solo una cuestión de dinero?

Satisfecho al creer que había explicado la inconveniencia de clubes argentinos en manos de corporaciones o dueños desconocidos en lugar de los dirigentes elegidos por los socios de cada institución, la entrevista podría ampliarse. Y si es a última hora de la tarde o por la noche mucho más aún. Seguramente habrá que responder quién fue el más grande de los boxeadores de la historia y luego de la Argentina. Ahí entran definiciones y recuerdos sobre Muhammad Alí, Carlos Monzón, Nicolino como artista y creador de un arte para uno. Y pasaremos de Fangio –el más grande piloto de la historia- a Verstappen y de Vilas a Djokovic sin saltear los campeonatos del 78, del 86 y de Qatar 22. Por cierto que no podríamos dejar de recorrer algo de la prensa deportiva desde la época empírica y artesanal hasta su sorprendente hoy…Todo va bien hasta que en la agonía del diálogo, creyendo haber dado todas las respuestas, alguien pregunta:

-Y díganos, para finalizar y ya no lo molestamos más: ¿quién fue más grande para usted Diego o Messi?

Esta pregunta no por esperada, deja de ser mortificante. Me he dado cuenta que elípticamente la respondí de las dos maneras. Y que tales respuestas se dieron en diferentes tiempos y también en distintas horas. Y me plantearon en todos los casos saber si ellos eran uno, mil o ninguno; igual que yo. Ya me había ocurrido en épocas pasadas cuando Enrique Omar Sívori hacía furor en la Juventus y asombraba a Europa (desde 1958) . Por entonces la pregunta emergente y menos masiva surgía espontáneamente: " y que le parece ¿Sívori es mejor que Alfredo ( Di Stefano ) para el Mundo, Alfredo, rey vitalicio del Madrid…. “. En ese caso siempre la respuesta fue Alfredo porque era un número uno sin controversias, había generado lo que luego se conoció como “el fútbol total” de los sorprendentes holandeses.Y así ocurrió con Pelé – otro rey indiscutido- hasta que aparecieron Cruyff primero (número uno desde el 73′ hasta el 76 aproximadamente) y Diego desde los 80′... Cruyff quedó rápidamente relegado por Diego sin alcanzar la dimensión de Alfredo. Es así como fueron quedando en el podio Alfredo, Pelé y Diego…Y apareció Messi, un sueño.

El tiempo sepulta a la pasión, relega el recuerdo, elimina la emoción. Junto a los últimos testigos se esfuma la historia. ¿Cuál de mis yo dice que Diego fue más grande que Messi? ¿ El que lo vio debutar en la primera en el 76′, el que entraba y salía de su casa en Napoles en el 85′, el que editó millones de ejemplares de la revista El Gráfico en el 86′, el que escribió su biografía en el 2000, el que acompañó su agonía hasta dejarse morir de soledad en el 20?

Si la pregunta me la hacen cuando ese Maradona llega a mi mente vuelvo a verlo gambetear dibujando con su mágico trazo el gol a los ingleses y no hallo a nadie superior. No puede haberlo. Es la punción emotiva lo que me impide razonar. Lo escucho hablar, pelearse, defender derechos. No hubo nadie mejor. Lo veo en la caja de la chatita salir de Fiorito hacia La Paternal y lo recuerdo repetir con diáfana vocecita de niño: “Mi sueño es jugar en la selección y ganar un Mundial…”. Si justo la pregunta me cae en ese momento, en el ocaso de un crepúsculo entristecido, digo: “Diego fue más grande que los equipos que integró pues por él fueron grandes…Y luego , sin querer mientras hablo, recuerdo a la multitud napolitana alborozada tras un Dios que les devolvió el orgullo. No era una hinchada, era un pueblo, eran más de 3 millones de personas que volvían a hablar su dialecto en toda Italia y gritar identidad sin vergüenza. Diego era ese Dios que los había devuelto al credo. Y ese otro pueblo aquí, en la plaza, en las calles, en los parques y en monumentos para agradecerle en vida y llorar su muerte.

Hace poco me reiteraron esta pregunta sobre Messi o Diego. Era un domingo por la tarde. Un domingo de enero sin fútbol y por lo tanto con mucho tiempo. Por alguna razón que ignoro, la emoción no vino sobre mí. Las emociones, por lo general, no son diurnas. Más bien se dan bajo el titilar de las estrellas de un espacio melodioso. No vi nada detrás ni sentí el pinchazo de la aguja que lastima el alma. Me olvidé de referenciar los pasos previos a cualquier comparación razonable. No hablé de la cantidad de jugadores por plantilla según las épocas, ni de la cantidad de cambios, ni del VAR, ni sobre la calidad de los campos de juego, el calzado o la logística. Tampoco de las diferencias entre la promiscuidad de una vivienda con camitas amontonadas, viento, barro y guisos en relación con la excelencia de La Masia. Y esas otras diferencias entre quien vivió peleándole al poder y a la FIFA respecto de la figura más cuidada y reconocida por la FIFA, su paradigma universal, el mejor jugador, un orgullo argentino. Mientras buscaba una respuesta vacía de evocación emotiva solo repasé que no hay ningún gol de Diego que Messi no haya repetido en alguno de los 783 partidos jugados en estos 19 años de carrera. Y que en cientos de jugadas se advierte que, como Diego, sabía aún de espaldas por la mirada periférica, el ruido, el olor, la corrida del asistente por la línea o la posición visual buscada por el árbitro donde estaba el balón y como resolver anticipadamente la jugada en ciernes. Debí decir como en tantas oportunidades anteriores que el fútbol requiere de actores paradigmáticos y que estos, como en las monarquías, tienen sucesión. No hubiese habido Messi sin Diego, ni Diego sin Pelé, ni Pelé sin Di Stefano… Pero no dije nada sobre esto. Se me vinieron los partidos del Mundial de Qatar y solo exclamé: “Este pibe – por Messi – Dios mío, qué jugador, qué belleza, cuánto arte, ¿no? “. O sea que al nombrarlo con asombro y admiración primero a Messi y tras la despedida me quedó como que subrayé a Messi sin nombrar a Diego.

Habré de evitar estos pinchazos de la emoción. Messi sigue jugando –gracias a Dios- y no solo en el Inter de Miami sino que le esperan la Copa América de mitad de año y acaso los Juegos Olímpicos del 24′ en París. Luego veremos si podremos disfrutarlo en el Mundial del 26. Ojalá, mientras tanto resulta mágico que Maradona, 45 años después de haber sido siga siendo. Su nombre resuena en oídos queridos de dos generaciones que no lo vieron y lo aman, sigue lleno de voces y de cantos como si su breve paso a la eternidad lo hubiera hecho más nuestro.

Todos fuimos Diego, lo tenemos alojado en el esternón y nos duele, nos sentimos amados por él que siempre regresa…Mientras tanto amamos y disfrutamos de Messi… Una bendición.