La historia secreta de cómo Matthysse fabricó su propio nocaut

No defraudó porque perdió sino que perdió porque nunca se propuso ganar

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Matthysse perdió su título mundial ante Pacquiao (Foto AFP)
Matthysse perdió su título mundial ante Pacquiao (Foto AFP)

Lucas Matthysse recibió una combinación de dos golpes frente al ucraniano Viktor Postol: el segundo impactó en la sien izquierda y Matthysse creyó que algo había estallado alrededor de su órbita ocular. Se quedó a esperar el final de la cuenta de 10 segundos y perdió mansamente la pelea.

Fue el 3 de octubre de 2015 y se lo consideró retirado del boxeo.

Manny Pacquiao, el ilustre filipino campeón de seis categorías oficiales fue a realizar su combate numero 68 a Brisbane, Australia contra Jeff Horn y perdió por puntos.

Fue el 2 de julio de 2017 y se lo consideró retirado del boxeo.

Pacquiao venía de perder ante Jeff Horn en Australia (Foto: Reuters)
Pacquiao venía de perder ante Jeff Horn en Australia (Foto: Reuters)

Sin embargo la Asociación Mundial de Boxeo, otrora prestigiosa entidad, se asemeja más a una empresa que a una institución. Y así como invento al "campeón interino", al "campeón regular" y al "supercampeón" para ir moviéndolos en función de la multiplicación de peleas "por el título mundial" que ya nadie entiende –a excepción de quienes realizan el negocio de la televisión– encontró entre dos retirados –uno ilustre, Pacquiao y otro con buen marketing, Matthysse– la posibilidad de disputar la corona mundial de peso medio mediano.

Es así como se comienza a fabricar el combate entre Matthysse y Pacquiao. El primer paso fue hacer reaparecer al boxeador argentino que el 6 de Mayo de 2017 le ganó a Emmanuel Taylor por nocaut técnico en el 5° asalto nada menos que en Las Vegas. Ahora debía ganar la corona mundial vacante. Y lo logró ocho meses después (27-1-2018 o sea éste año) ante Tewa Kiram, un tailandés de escasas condiciones y corazón a quien noqueó en 8 asaltos en el Forum de Inglewood, California. La pelea fue reprobada por el público ante la falta de acción hasta aquel 8° round en el cual el chubutense se decidió a atacar. Fue una derecha cruzada lo que produjo la primera caída y un toque de zurda lo que consolidó el nocaut y la obtención del titulo vacante.

El argentino venía de vencer a Kiram por nocaut (Foto: AFP)
El argentino venía de vencer a Kiram por nocaut (Foto: AFP)

Manny Pacquiao, senador nacional en Filipinas y perfilado hacia una futura candidatura presidencial, había finalizado su contrato con la empresa Top Rank. De la mano de Bob Arum alcanzó sus mayores logros en memorables peleas como las realizadas ante Shane Mosley, Juan Manuel Márquez, Timothy Bradley, Erik Morales, Antonio Margarito, Marco Antonio Barrera, Miguel Cotto, Ricky Hutton y también frente a quien es la cara visible y famosa de la empresa "Golden Boy" nada menos que Oscar De La Hoya a quien derrotó en el 2008 por nocaut técnico en la 5° vuelta.

Pacquiao además perdió en inolvidable noche contra Floyd Mayweather por puntos el 2 de Mayo del 2015 y aunque la verdad sobre su bolsa es insondable, se cree que no pudo ganar menos de 20 millones de dólares limpios por ese combate que lo aproximan a un total de 43 millones de dolares en la última década bajo la conducción de Bob Arum sin incluir aquellos recursos logrados por la explotación de su imagen.

Liberado de todo compromiso con Top Rank y a través de su presidente Gilberto Mendoza (h), la AMB impulsó la posibilidad del regreso de Manny Pacquiao a una pelea por el título. Esta institución fuertemente cuestionada por su injerencia en negocios del boxeo ha despertado el interés investigativo del FBI por depósitos millonarios en bancos norteamericanos que parecieran no corresponderse con los ingresos genuinos como ente institucional. Y en este caso puede interpretarse cómo fue armando la pelea entre Matthysse y el regreso de Pacquiao en procura de su séptimo titulo mundial en una franja de 17 kilos entre la categoría mosca –primera corona en 1997- y la welter que sería su séptimo titulo oficial reconocido.

Gilberto Mendoza (h) ya tenía campeón mundial: Lucas Matthysse; ahora interesaría a Manny Paquiao para que haga su negocio . El senador llegó a un rápido acuerdo con el Alcalde de Kuala Lumpur (Malasia) Mohammed Amin Nordin Abdul Aziz. Por cierto que los términos minuciosos del negocio no trascendieron pero Aziz se haría cargo de un paquete que incluyera estadio (Axiata Arena), pasajes, estadías, transportación, peleas preliminares, oficiales del combate, porcentaje de la AMB, gastos de la empresa organizadora local, giras de presentación y promoción de los boxeadores en Manila y Kuala Lumpur previas a la pelea, la comunicación local e internacional y otros de menor cuantía. Como parte del acuerdo se exhibiría un spot de 3 minutos sobre Kuala Lumpur momentos antes del combate con exhibición obligatoria en todo el mundo.

El pesaje de la pelea en Kuala Lumpur (Foto: Reuters)
El pesaje de la pelea en Kuala Lumpur (Foto: Reuters)

Es por ésta razón que Manny Pacquio fundó su propia empresa: MP Productions. Se convertiría así en el tercer boxeador en tener su empresa detrás de De la Hoya (Golden Boy) y Floyd Mayweather (Mayweather Promotion). Por su parte Marcos Maidana ("Chino Promotion") recién la comienza y es a modo experimental. Por cierto que De la Hoya debió participar llevando su organización a Kuala Lumpur y Bob Arum envió a dos de sus gerentes para reordenar las deficiencias que se estaban cometiendo en la sede del combate. Y en ambos casos fueron asociados al negocio de Pacquiao quien habría de convertirse en el empresario de su rival, de los jueces, de los oficiales de la AMB, anfitrión de los invitados y protagonista en carácter de desafiante. O sea que tal como lo hicieran De La Hoya y Mayweather en oportunidades anteriores, Pacquiao le pagaría a su rival la bolsa. Una locura de este tiempo del boxeo.

Matthysse supo desde que firmó el contrato para pelear por la corona vacante contra el mediocre Tewa Kiram que en caso de ganar -90 por ciento- debía exponer su flamante titulo con un rival que designaría la AMB bajo la organización de "Golden Boy". Mario Arano, conductor de Mathysse subordinado a las decisiones de "Golden Boy" pero necesario como figura legal en los Estados Unidos donde una empresa no puede ser promotora y representante a la vez de sus boxeadores, firmó la pelea contra Tewa Kiram por 150.000 dólares de bolsa y en caso de ganar la "primera defensa" por 400.000 dólares.

Luego que Gilbertico Mendoza hiciera el acuerdo con Manny Pacquiao y éste con Kuala Lumpur, la oferta para Matthysse se optimizó. Lo que se presume es que De La Hoya cerró con Pacquiao en 2.500.000 dólares para él más algunos porcentajes, de los cuales 800.000 dólares limpios serían la base para Matthysse, quien acarició el millón de dólares. No tenía muchas alternativas: peleaba con Manny por esa cifra o la AMB –asociada a los intereses de Pacquiao en éste caso y en otros a diversas empresas- procedía a designarle un rival más duro o quitarle la corona.

Top Rank participó del negocio de las aplicaciones "ESPN" y "Extreme" sólo para los Estados Unidos que ofrecieron el combate en aparatos de telefonía celular exclusivamente por los cuales los abonados pagan 4.99 dólares al mes. Los derechos de televisión tuvieron varias empresas participantes: "MP Production"; "Golden Boy", "Turner" , "Showtime" perfectamente distribuidos en diferentes plataformas -según los distintos lugares del mundo- mientras que la recaudación por la venta de tickets fue para los organizadores locales del gobierno en sociedad con Manny Pacquiao.

El filipino tiene una carrera política en su país (AFP)
El filipino tiene una carrera política en su país (AFP)

Al momento de subir al ring, Pacquiao de 39 años con 69 peleas ( 60 triunfos de los cuales 39 fueron por k.o; 7 derrotas y 2 empates) tenía claro que un triunfo le serviría a su futuro político y hasta deportivo por el cual habría de cobrar además no menos de 7 millones de dólares libres de gastos e impuestos. El riesgo de una derrota contra el argentino lo haría retroceder en su marcha hacia la candidatura presidencial mientras que un triunfo potenciaría su fuerte imagen de luchador invencible "capaz de ganar cualquier pelea contra quien fuere, un presidente campeón del mundo…"

Locche le ganó un recordado combate a Paul Fuji en 1968
Locche le ganó un recordado combate a Paul Fuji en 1968

Lucas Matthysse no cobró dinero para perder, lo percibió para pelear. Sabía que tenía al referí, a los jurados y al público en contra. Igual que lo que le pasó a Carlos Monzón contra Nino Benvenuti el 7 de Noviembre de 1970 en el Palazzo dello Sport de Roma. Similar a lo que debió afrontar Nicolino Locche contra Paul Fujii el 12 de Diciembre de 1968 en Tokio. Mejor, mucho mejor que lo que le tocó a Jorge "Locomotora" Castro cuando enfrentó a John David Jackson el 10 de Diciembre de 1994 en Monterrey…

Todos ellos ganaron heroicamente: Locche le dio una paliza a Fujji y lo obligó a abandonar; Monzón puso nocaut a Benevenuti con mucha paciencia y mucho coraje, y "Locomotora" iba perdiendo, tenía los ojos cerrados, sangraba por ambas cejas, la boca era una mueca destrozada, estaba exhausto y le pidió por favor al referí (Stanley Christodoulou, el mismo de Galíndez-Kates, otro ejemplo de estoicismo) "un round más", fue el que le sirvió para poner nocaut a Jackson.

No se trata de imponer el triunfo como única alternativa válida. En el deporte ganar o perder son una parte del todo. Se trata del cómo: cómo se gana y cómo se pierde.

Hay derrotas dignificantes: la de Ringo Bonavena contra Cassius Clay el 7 de Diciembre de 1970 en el Madison Square Garden por nocaut técnico al caer tres veces en el 15° y último asalto después de una batalla en la que dio mucho más de lo que podía y perdió por ir a cruzarse y tomar riesgo intentando meter una mano. La del "Chino"Maidana con Floyd Mayweather (primera pelea), a quien atacó sin dudar que en ese esfuerzo podría darse el milagro de embocarlo. O la actitud de Sergio "Maravilla" Martínez en el 12° round de su memorable combate contra Julio Cesar Chávez que a pesar de las ventajas indescontables en su favor en las tarjetas y tras su caída fue a atacarlo a Chávez, a cambiar golpes, a ofrecerse por entero, tal el compromiso consigo y con el público.

La caída de “Maravilla” Martínez en la pelea contra Chávez Jr. (Getty)
La caída de “Maravilla” Martínez en la pelea contra Chávez Jr. (Getty)

Matthysse subió al ring sin convicción. Pensó en sufrir el menor daño posible antes de abandonar la pelea. En ninguna de las tres caídas (3°, 5° y 7°) se advierte precisión o potencia en ninguno de los golpes de Pacquiao. Lo más parecido a un tongo que es la actitud adversa simulada. Tampoco pareció una situación generada por "stress" o desequilibrio emocional. Por el contrario Matthysse siempre transmitió estar consciente de cuanto hacía. Tanto es así que cuando el árbitro inició la cuenta de la tercera caída en el 7° asalto lo hizo con su pulgar derecho para el "uno" y casi al llegar al "dos", interrumpió el conteo y dio por finalizada la pelea. Extraña actitud toda vez que el referí hace eso cuando el boxeador caído está en riesgo y hay que acudir de inmediato al médico. ¿Qué había pasado? Simple: Matthysse arrojó el protector bucal y esa actitud en código pugilístico es decirle al referí "no peleo más, me voy, abandono". Algo así como si desde el rincón hubiesen arrojado la toalla.

Matthysse cayó por tercera vez en el round 7 y el árbitro terminó la pelea (Foto: AFP)
Matthysse cayó por tercera vez en el round 7 y el árbitro terminó la pelea (Foto: AFP)

Todo aquella actitud deliberada que va en el sentido contrario de la naturaleza del deporte constituye un fraude. Hay quienes hacen todo lo posible por ganar y pierden. Es la enorme mayoría. Una lógica del resultado deportivo. Luego hay quienes sufren lo que consideraban el "casi triunfo" en derrota y otros mas estoicos, por suerte muchos, que revierten la "casi segura" derrota en triunfo. Unos y otros han iniciado la contienda para ganar. Deporte en estado puro.

Matthysse no defraudó porque perdió sino que perdió porque nunca se propuso ganar.

La derrota no le significó ni dolor, ni frustración. Antes bien, pareció un alivio. ¿Para qué seguir peleando…?

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