Russell Malone: el jazz, las máquinas, la tradición y por qué “la música va a estar bien”

El guitarrista estadounidense toca el domingo y el lunes en Bebop Club. “Soy optimista sobre el futuro de la música, porque la música se queda; no irá a ninguna parte”, asegura en esta entrevista con Infobae Cultura

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“Los jóvenes tienen mucho interés por nuestra música; eso es bueno. Por eso sé que la música va a estar bien”, dice Russell Malone
“Los jóvenes tienen mucho interés por nuestra música; eso es bueno. Por eso sé que la música va a estar bien”, dice Russell Malone

Recostado sobre un sillón de cuero marrón —el brazo derecho acobija su cabeza, el izquierdo sostiene el celular que lo enfoca—, Russell Malone dice: “¡Hi!” Es una videollamada, habla desde Estados Unidos. En línea está también Mariano Loiácono, músico, trompetista, que solo por esta vez oficia de traductor. Malone es del 63; nació en Albania, la ciudad de Ray Charles, y emprendió una minuciosa formación autodidacta que se inicia a los cuatro años con una guitarra de juguete, regalo de su madre, continúa compartiendo estudio y escenario con músicos de la talla de Jimmy Smith, Roy Hargrove, Dianne Reeves y Ron Carter, y sigue hasta estos días, recorriendo el mundo, con una parada en este rincón austral: el domingo y el lunes próximos estará en la Argentina: toca en Bebop Club.

“Lo primero: la gente. La gente en Argentina es increíblemente amable. Y tiene un gran respeto por la música y las artes. La última vez estuvo increíble. Tengo muchas ganas de volver y tocar”, dice. Malone y Loiácono compartirán ambas veladas. Por eso se impacienta y dice que Loiácono le parece un “músico maravilloso”. De la última vez recuerda un nombre: Julia Moscardini. Esta vez lo acompañan, además del trompetista, Pablo Raposo en el piano, Mauricio Dawid en el contrabajo, Juan Chiavassa en la batería y Sebastián Loiacono, invitado, en el saxo tenor. Malone parece ser de esos músicos que solo piensan en tocar, como una obsesión, como un oasis, pero en seguida rompe la idea: “Y la comida: en Argentina la comida es increíblemente buena”. “Solo cosas buenas puedo decir sobre Argentina”, y sonríe.

Cualquier conocedor del jazz lo coloca como uno de los mejores guitarristas del género de las últimas tres décadas. Durante su carrera ha atravesado estadios y clubs, masividad e intimidad. Para él, son detalles: “No importa si es el lugar es chico o es un teatro enorme un festival multitudinario, siempre y cuando la gente escuche, siempre y cuando los músicos con los que estoy tocando lo hagan bien, siempre y cuando el dinero sea bueno”.

Russell Malone toca el domingo y el lunes en Bebop Club, Uriarte 1658, Palermo, CABA
Russell Malone toca el domingo y el lunes en Bebop Club, Uriarte 1658, Palermo, CABA

¿Qué significa el jazz hoy, aquel género nacido en Nueva Orleans a finales del siglo XIX, al que Joachim-Ernst Berendt definió como “la confrontación de los negros con la música europea”? “Desde que tengo memoria vengo escuchando que el jazz no sé qué, pero todos los días veo cómo se acercan jóvenes muy interesados. Quienes tocan esta música hoy son realmente fenomenales: todo el tiempo aparecen músicos increíbles. Mi generación tiene que dar dirección y orientación, aunque creo que la música va para cualquier lado. Pero se necesita la experiencia de tocar con músicos como nosotros, porque estamos acá desde hace un poco más de tiempo; tenemos que darle a los jóvenes esa oportunidad. Ellos tienen mucho interés por nuestra música; eso es bueno. Por eso sé que la música va a estar bien”.

La industria musical ha cambiado mucho. El mercado y la tecnología se han acelerado. ¿El jazz representa un refugio en tiempos veloces y autómatas? No para Malone: “No creo que el jazz sea un tesoro o algo así. No tengo ningún problema con las máquinas y la tecnología en la música. Cuando apareció el sintetizador todos pensaban que era una cosa de otro planeta, una locura. Cuando salió por primera vez el Hammond B3 Oregon fue considerado una máquina respecto del piano. Y de golpe apareció Jimmy Smith tocando una música increíble. Lo mismo pasó cuando la guitarra eléctrica entró en escena. Hoy no se puede pensar en el jazz sin la guitarra eléctrica pero en algún momento fue una novedad. Así que todo bien con las máquinas”, responde y sonríe.

Los tiempos imponen la novedad, y el jazz se sube al juego sin descuidar sus raíces. “Hay que estar atento, muy atento, pero no ser esclavo de la tradición”, dice Malone. “Cada generación le va dando un color distinto a la música. De hecho si Charlie Parker no hubiese tenido la mente tan abierta hoy estaríamos tocando swing. Sin embargo, cambió la historia. Y así pasó un montón de veces. Hoy tenés a los músicos más jóvenes que están influenciados por el hip hop. Está muy bien, porque después, cuando tocan, ponen todo eso dentro del jazz. Yo crecí tocando blues y funk y todo eso. Cuando toco mi propia música intento incorporar esos elementos. De eso se trata. Me mantiene fresco”. Y agrega: “Soy optimista sobre el futuro de la música, porque la música se queda; no irá a ninguna parte”.

“Soy optimista sobre el futuro de la música, porque la música se queda; no irá a ninguna parte”
“Soy optimista sobre el futuro de la música, porque la música se queda; no irá a ninguna parte”

Con quien tocó durante muchísimo tiempo es el contrabajista Ron Carter en el Ron Carter Trio, él en guitarra y Donald Vega en piano. De hecho estuvieron en Argentina con esa formación. “De él aprendí a ser accesible, a ser amable y a dar el cien por ciento en el escenario, porque si lo das obtenés también ese cien por ciento”, dice. “Y me enseñó algo muy importante: a ser muy profesional. Él es muy, muy profesional. Bueno... todos los músicos con los que he tocado han sido muy profesionales, pero Ron lo es todavía más. Hemos estado girando durante muchos días y a veces los días de gira se hacen intensos, difíciles, ruidosos... Ron ya es una persona grande, está un poco cansado, pero cuando pisa el escenario pone toda su energía en la música”, agrega.

¿Que por qué sigue haciendo música, tocando, girando, edificando la gran arquitectura de los sonidos, como decía Beethoven? “Porque amo la música y amo tocar”, espeta. “Unidad. Lo que encuentro en la música es unidad. Nos une si sos músico y también si no lo sos. Es un lenguaje tan universal. Nos vincula de otra manera. Te encontrás con gente y decís ‘¿nos conocíamos?’, y de pronto te ponés a tocar y es increíble. La palabra que define lo que nos trae la música es unidad”, concluye, todavía recostado en el sillón de cuero marrón, con el brazo derecho acobijando su cabeza, y el izquierdo, extendido, sosteniendo el celular.

* Russell Malone Quintet

Domingo 11 y lunes 12 de febrero a las 20 y a las 22:45 horas en Bebop Club, Uriarte 1658, Palermo, CABA

Entradas a través de www.bebopclub.com.ar o por boletería.

[Fotos: Laura Tenenbaum]