Hombre que murió a manos de siete policías en Chinchiná, Caldas, falleció “asfixiado y estrangulado”

Gran consternación causó el fallecimiento de Keiver José Mora Torres, un hombre de apenas 23 años, que resultó muerto en medio de un procedimiento policial el 23 de diciembre de 2023.

Los hechos se registraron en pleno casco urbano de Chinchiná, Caldas, en vísperas a la celebración navideña del año inmediatamente anterior. Al parecer, el joven había llegado a su casa, en compañía de su hermano, cuando comenzó a emitir gritos y sonidos molestos que obligaron a los vecinos a solicitar la presencia de las autoridades.

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Una vez los miembros de la fuerza pública llegaron al lugar de los hechos, unas residencias en el sector de La Galería del municipio caldense, los uniformados tomaron a Mora Torres del cuello antes de golpearlo en repetidas ocasiones y lanzarlo al suelo.

Posteriormente, los policías habrían arrastrado al hombre de 23 años por las escaleras del conjunto residencial en el que permanecían hasta que salieron de la propiedad privada. El trato habría sido tal que los uniformados habrían usado hasta gas pimienta para controlar a la víctima, que además fue esposada antes de ser agredida.

Una vez en la calle, las agresiones contra el joven continuaron hasta el momento en el que llegó un carro de la Policía Nacional, en el que se lo llevaron hasta la estación municipal. Incluso, cuando llegaron a aquel sitio, los uniformados lo habrían dejado tirado en el piso, sin brindarle atención alguna tras los golpes recibidos.

Pocos minutos después, al notar la gravedad de los hechos, los policías decidieron trasladar al hombre al hospital San Marcos de Chinchiná, donde llegó sin signos vitales.

Frente a ello, la Fiscalía General de la Nación solicitó las capturas de subteniente Manuel Alejandro Velásquez Burgos, subintendente Julio César López Aranzales, patrullero Roger Fernando García Moreno, patrullero Santiago Echeverri Gómez, patrullero Sergio Estiven Bañol Betancur, subintendente Gerson Alveiro Gafaro Portilla y el patrullero Alejandro Buitrago Arroyave.

La justicia colombiana los acusa por homicidio agravado, tortura agravada, detención arbitraria y abuso de autoridad y omisión de socorro. Y es que, según se documentó en la necropsia que dio a conocer Caracol Radio, el joven murió “asfixiado y estrangulado”.

“Durante el proceso de necropsia se encuentran múltiples lesiones por mecanismos abrasivo y contundente en diferentes áreas de la superficie corporal consistentes en signos de forcejeo, huellas de arrastre corporal, golpes para desencadenar dolor en periodo premortem y signos de movilización en ambas muñecas, al examen interno se encuentran huellas de trauma contundente en cráneo, tórax, abdomen y extremidades que no afectan órganos internos y signos de asfixia dados por hematomas y fractura en el esqueleto laríngeo, lo que permite inferir razonablemente que fallece a causa de una asfixia desencadenada por un estrangulamiento por compresión externa y trauma contundente en cuello”, dice el documento.

Además, el mismo medio reveló un par de videos en los que se ve cómo los uniformados agredían al joven en una de las calles del municipio, así como también cargaban el cuerpo, aparentemente sin vida, luego de percatarse del estado de salud de la víctima.

Cabe resaltar que la situación obligó a que entes como la Justicia Penal Militar y Policial entraran a adelantar las investigaciones pertinentes frente a los hechos. De igual forma, el Comando de Policía de Caldas dio a conocer que, como parte de la Política de Integridad Social, las autoridades iniciaron una investigación formal, en coordinación con la Fiscalía.

“Los uniformados deberán enfrentar cargos penales por omitir su deber como funcionarios públicos y faltar a la ética policial”, señalaron desde la entidad.