⁠Comunidad rodeó a ladrón en centro comercial de Valledupar para justiciarlo y todo quedó en video

Sin importarles que estaban a la vista de todos, ladrón y justicieros actuaron de manera violenta

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El delincuente fue sometido por un grupo de al menos 8 personas - crédito @OscuraColombia / X
El delincuente fue sometido por un grupo de al menos 8 personas - crédito @OscuraColombia / X

A plena luz del día, a la vista de clientes y trabajadores del centro comercial Los Mayales, de Valledupar, un grupo de al menos 8 hombres detuvo y golpeó brutalmente a un joven que, presuntamente, habría cometido hurto minutos antes en uno de los locales.

La pieza en la que varios sujetos lo rodean y empiezan a golpearlo hasta generarle múltiples lesiones en rostro y cuerpo se ha hecho ampliamente viral en las redes sociales y pone en evidencia el fenómeno creciente de la justicia por mano propia.

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El señalado habría sido atrapado con las manos en la masa, mientras robaba en el centro comercial - crédito @OscuraColombia / X

Lejos de pedir que se detuvieran, las personas en la parte posterior animaban a los mal llamados justicieros, mientras estos arrinconan al señalado y lo tumban repetidamente al suelo para someterlo, mientras las autoridades se presentaban en el lugar para efectuar su captura.

En la toma, de poco menos de 30 segundos, jamás llega a verse la intervención del equipo de seguridad de Los Mayales, pero se presume que, al igual que la Policía, se presentaron tras el alboroto que interrumpió la rutina de compras de varias familias cesarenses.

Unidos hasta bajarlos de la moto: comunidad en el norte de Bogotá actuó ferozmente contra ladrones

En una intersección del sector de Muquetá arrojaron su vehículo al suelo y los golpearon entre varios - crédito @colombiaoscura_ / Instagram

En un sorprendente acto de justicia ciudadana, residentes del sector Muequetá en Barrios Unidos, Bogotá, se enfrentaron a dos individuos acusados de intento de robo a mano armada.

El incidente, que tuvo lugar a mitad de la noche, fue capturado por cámaras de seguridad locales, mostrando el momento en que los presuntos criminales fueron interceptados y retenidos por personas del área, después de amenazar a un vecino para despojarlo de sus pertenencias.

La comunidad de Muequetá decidió tomar justicia por mano propia luego de que ambos delincuentes amenazaran a un vecino con arma de fuego - crédito @colombiaoscura_ / Instagram
La comunidad de Muequetá decidió tomar justicia por mano propia luego de que ambos delincuentes amenazaran a un vecino con arma de fuego - crédito @colombiaoscura_ / Instagram

Los eventos se desencadenaron cuando los supuestos asaltantes, tras amenazar a un residente con un arma de fuego, intentaron huir en su motocicleta. Sin embargo, un valiente vecino logró detener su escape, derribándolos al pavimento. Mientras uno de los sospechosos intentaba escapar a pie, observó cómo su cómplice era rodeado no sólo por el individuo inicial sino también por otros vecinos dispuestos a impedir su fuga. Esta acción colectiva refleja un creciente descontento y una actitud proactiva contra el crimen en la comunidad.

Este episodio destaca el papel que juegan las cámaras de seguridad en la vigilancia comunitaria, proporcionando evidencia crucial en situaciones de justicia por mano propia. Además, la reacción de los habitantes de Muequetá ante el delito señala una tendencia preocupante hacia la autodefensa, en contextos donde la seguridad ciudadana es percibida como insuficiente. El caso genera un debate en torno a la seguridad, la justicia y el papel de la comunidad en la prevención del crimen, motivando reflexiones sobre el equilibrio entre la acción civil y la intervención de las autoridades.

La justicia por mano propia solo complicaría las cosas para las víctimas de hurto

Al respecto, el abogado penalista Ricardo Burgos, precisó en entrevista para Citytv la acción limitada de los ciudadanos a la hora de hacerle frente a la delincuencia: “Lo que permite la ley colombiana es capturar a la persona que presuntamente cometió un delito y llevarla ante las autoridades competentes. Nada de golpearlos hasta casi matarlos o quemar los vehículos en los cuales están transitando”.

Bajo esta línea, el también penalista Iván Javier Mojica Rozo explicó que, “aunque hacer un seguimiento a las cifras de linchamientos puede resultar complicado porque, según, ‘la policía rara vez hace un registro sistemático de estos hechos’, algunas evidencias nos permiten ver un aumento de estos casos, tanto en Colombia como en América Latina. Una de las representaciones más comunes, y a la vez más peligrosas de este fenómeno, es el acto del linchamiento, el cual ha llegado a dejar hasta 140 muertes en un año”.